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Elecciones generales

Siete meses de bloqueo, cuatro años de inestabilidad

España llega a las elecciones generales de este domingo con la amenaza de un nuevo bloqueo

Los candidatos de los cinco principales partidos políticos de ámbito nacional.
Los candidatos de los cinco principales partidos políticos de ámbito nacional.Getty Images

Siete meses de bloqueo. Cuatro años de inestabilidad. Este domingo 10 de noviembre 37 millones de españoles están convocados a votar en las elecciones generales, que serán las cuartas en tres años y once meses, y que, según prácticamente todas las encuestas, dejará un escenario de dos bloques (el de izquierdas y el de derechas), al igual que en los pasados comicios de abril, pero esta vez con altas posibilidades de que ninguno de los dos sectores consiga una mayoría para formar Gobierno.

El PSOE, que parte como favorito para volver a ganar, jugó esta campaña a dos bandos, pero sobre todo intentó ocupar el centro político al endurecer su discurso respecto a Cataluña para intentar cosechar votos a su derecha, principalmente de Ciudadanos. El candidato socialista y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, también destacó, aunque en menor medida, su compromiso con el feminismo y con la defensa de los derechos sociales.

“A partir del domingo, descartando el escenario de sorpasso en la derecha por parte de Ciudadanos al Partido Popular (PP) y separando un abismo al PSOE de las fuerzas independentistas, puede ser que el PSOE y Ciudadanos descuelguen el teléfono para explorar vías de entendimiento”, señala el politólogo experto en teoría política Ismael García Ávalos. Ciudadanos, según señalan todos los sondeos, se desinfló después de las elecciones generales de abril en las que quedó a solo nueve escaños del PP (57 contra 66) y a menos del 1% en término de votos.

El PP, a diferencia de la campaña anterior, mostró a un Pablo Casado más moderado y alejado de la beligerancia que caracterizó su campaña para las pasadas elecciones. Suavizó, aunque sin perder la contundencia, su discurso respecto a Cataluña y, sabiendo que su liderazgo del centro-derecha no peligraba, no se preocupó demasiado en contestar los ataques de Ciudadanos y Vox.

Es la propia ultraderecha la que podría abrir la posibilidad de que el nuevo Congreso facilite un Gobierno socialista, aunque sin desearlo. “Si Vox se convierte en tercera fuerza política, pero las derechas no suman, el PSOE podría sentirse tentado de solicitar el apoyo del Congreso sin grandes concesiones”, sostiene García Ávalos.

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El politólogo cree que el líder de la formación naranja, Albert Rivera, podría ofrecer sus escaños con la justificación de que sean para “un gobierno centrado”, que Más País (la nueva formación que dirige Íñigo Errejón) podría hacer lo propio y que, entonces, Unidas Podemos “tendría tremendamente complicado no facilitar al menos la investidura de Sánchez”. A eso se suma la posibilidad de la vía Rajoy, es decir, que el PP se abstenga para permitir un gobierno del PSOE, al igual que los socialistas hicieron con el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy tras las elecciones de junio de 2016.

La media de encuestas realizada por EL PAÍS sitúa a Vox como tercera fuerza política en número de escaños, pero el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ubicó a la extrema derecha en el quinto lugar y con menos diputados que en las elecciones de abril en el último sondeo que publicó, realizado antes de la sentencia del 'procés'. En cualquier caso, que el conflicto entre Cataluña y el Estado se sitúe en el centro de la escena política favorece a Vox.

Pero no favorece a Unidas Podemos, ni a Más País, que se sienten incómodos en ese debate. UP, que hace tiempo dejó de aspirar a “asaltar los cielos”, como repetía en sus inicios, se conforma con resistir y mantener su lugar a la izquierda del PSOE. La formación que lidera Pablo Iglesias no se vería casi perjudicada por la irrupción de Íñigo Errejón, exnúmero dos de Podemos, según los sondeos.

“Creo que Más País ha tenido dificultades para situarse en un escenario político poco propicio y le ha faltado una propuesta de valor clara que lo diferencie netamente”, dice García Ávalos. De cara al futuro, y en un complejo contexto para una propuesta basada en la transversalidad y en la articulación de nuevas mayoría, Más País tendrá el desafío de dejar de ser percibido como una escisión de Podemos, según valora el analista.

Nacionalistas y regionalistas

Ante un escenario de posible bloqueo debido a la paridad en el eje izquierda-derecha y la imposibilidad de que otras alternativas consigan una mayoría absoluta, como una alianza entre el PSOE y Ciudadanos, las formaciones nacionalistas y regionalistas podrían tener la llave del desbloqueo, si apoyan o se abstienen en una investidura que se puede definir por muy pocos votos.

Según la media de encuestas de EL PAÍS, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) volvería a ganar las elecciones en Cataluña, al igual que en abril, y conseguiría alrededor de 15 escaños, mientras que Junts Per Catalunya -la candidatura apoyada por el president Torra y el expresident Carles Puigdemont- se situaría con seis diputados. La otra formación independentista, la CUP, que se presenta por primera vez a unas elecciones generales, entraría con alrededor de tres escaños. En total, alrededor de 24 escaños en Cataluña irían al independentismo.

En el País Vasco y Navarra, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y EH Bildu conseguirían 10 escaños (seis para el PNV y cuatro para Bildu). El Partido Regionalista de Cantabria, del presidente autonómico Miguel Ángel Revilla, obtendría un escaño, al igual que el Bloque Nacionalista Galego, mientras que Coalición Canaria tendría dos.

El desafío de la economía

Ante la ralentización del crecimiento económico en Europa, España, a diferencia de los peores años de la crisis, ahora crece y lo hace por encima de la media europea, a pesar de que también ha ralentizado su crecimiento. Este 2019 el aumento del PIB español será del 1,9%, según las previsiones de la UE, 0,8% por encima de la media de la eurozona.

Sin embargo, el catedrático en economía de la Universidad Complutense de Madrid, Jorge Fonseca, alerta de que el alto nivel de deuda de España -en torno al 100% del PIB- “genera un contexto propicio para que la UE presione para que se reduzca, empezando por el déficit, en una situación de estancamiento global que requerirá la expansión del gasto, principalmente el gasto social”.

Fonseca remarca que “aunque se diga que España está preparada para una nueva recesión, es uno de los países de Europa que más podría verse afectado ante una crisis debido a la vulnerabilidad de su estructura productiva y la fragilidad de su sistema bancario”. 

El PSOE, que había reconocido la ralentización económica, pero no había mencionado la palabra “crisis”, comenzó a deslizar la posibilidad de que España se enfrente a una recesión y aseguró que, si sucede con el socialismo en el Gobierno, “el reparto será justo, a diferencia de lo que hizo el PP”.

El PP y UP fueron las dos formaciones que más insistieron en poner a la economía en el centro de la campaña. Casado afirmó que el partido que aumentó el empleo, mantuvo las pensiones y ordenó la economía fue el PP primero con el expresidente José María Aznar y luego con Rajoy. Unidas Podemos, por su parte, pidió el voto “para que la crisis no la paguen los de abajo” y deslizó la posibilidad de una gran coalición entre el PSOE y el PP o la abstención del PP para permitir un Ejecutivo socialista, con un futuro apoyo de los populares en posibles recortes.

De momento, y a pesar de la entrada de cuatro nuevos partidos de ámbito nacional en los últimos cuatro años, el PSOE y el PP volverán a quedar en los dos primeros puestos porque el peso político de los dos partidos del bipartidismo puede doblarse, pero de momento no romperse.

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