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Sánchez propone a Calviño de vicepresidenta para dar rigor fiscal a su política social

Los economistas ven adecuado crear el cargo ante la desaceleración y creen que el perfil lanza un mensaje de confianza ante la UE y el mercado

La Ministra de Economía, Nadia Calviño.
La Ministra de Economía, Nadia Calviño.Efe

La gran novedad entre las propuestas económicas escuchadas en el debate electoral celebrado el lunes por los cinco principales candidatos a la presidencia del Gobierno fue un nombramiento. El líder del PSOE, y presidente en funciones, Pedro Sánchez, anunció que si gana los comicios creará una vicepresidencia económica que tendría al frente a la actual ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño. La propuesta, coinciden los economistas consultados, busca dar una pátina de rigor al programa social del PSOE mandando un mensaje de credibilidad a la UE y a los mercados con un perfil de su confianza, y recuperando la figura del número dos económico para encarar la desaceleración.

La vicepresidencia económica es un cargo que no existía en España desde el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que tuvo a la cabeza primero a otro perfil fuerte en la UE, el excomisario de Asuntos Económicos y Monetarios Pedro Solbes (2004-2009), y luego a Elena Salgado (2009-2011). El cargo ya lo ostentó antes Rodrigo Rato en el Ejecutivo de José María Aznar, si bien Mariano Rajoy evitó esta figura manteniendo un tenso equilibro de poder entre sus responsables de Economía, Luis de Guindos, y Hacienda, Cristóbal Montoro.

“Recuperar una vicepresidencia económica es algo acertado en el contexto actual”, expone Raymond Torres, director de coyuntura de la fundación de las cajas de ahorro (Funcas), “por la desaceleración, que puede requerir un reacción del Gobierno con celeridad porque todas las anteriores recesiones han ocurrido de forma muy abrupta” y por elegir a una única persona para “dar coherencia entre el pilar macro de la economía y las reformas necesarias”.

“Uno de los errores cometidos en esta etapa es que la economía lo ha impregnado todo y haría falta una vicepresidencia económica que ofrezca un interlocutor principal en una situación de retos como la que estamos”, coincide el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich. Aunque Calviño ya ha venido dirigiendo la Comisión de Asuntos Económicos, teniendo de facto la última palabra en esta materia, Pich considera una “buena noticia” que una única persona lidere por cargo un área que si no acaba compartiendo con “Hacienda, Industria, Medioambiente y Trabajo, en algunos temas”.

“El inconveniente es que la misma persona haga todo. Manejar el Presupuesto supone 400.000 millones de euros, en eso tiene que haber entendimiento y delegación de responsabilidades”, apunta Torres, que considera clave la personalidad de quien se haga cargo de esta última partida. Un papel que previsiblemente repetiría la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Aunque a ella también se la venía situando en las quinielas para ganar peso en un futuro Gobierno de Sánchez, Montero bien podría lograrlo asumiendo la portavocía. En cualquier caso, según fuentes conocedoras de su relación, su entendimiento con Calviño en los asuntos compartidos estos meses ha sido bueno. Eso sí, la elección de Calviño, más técnica, para la vicepresidencia frente a Montero, con un perfil mucho más político, es parte del mensaje que busca Sánchez.

Calviño, que antes que ministra fue la máxima responsable de los presupuestos comunitarios, goza de amplio reconocimiento en Bruselas donde, expone Pich, encaja en el equilibro comunitario logrado “entre la socialdemocracia y el liberalismo conservador”.

En este sentido, los líderes de CC OO, Unai Sordo, y de UGT, Pepe Álvarez, restaron este martes importancia al posible nombramiento, a pesar de que Calviño ha sido el miembro del Ejecutivo que ha puesto más piedras en el camino a sus peticiones de derogación de la reforma laboral o vinculación de las pensiones al IPC por ley, pues los sindicatos fían ya el éxito de sus demandas a su propia capacidad de movilización en las calles y en las empresas.

“Paradójicamente, en la medida en que tiene la confianza de la UE, Calviño puede ser más audaz en políticas sociales”, opina a su vez Torres, que explica que, al darse por sentado su compromiso con la estabilidad fiscal, Calviño “tendrá más margen” para plantear actuaciones de “lucha contra la pobreza y corrección de desigualdades” sin despertar excesivas suspicacias. “Dependerá de las ideas que tenga” la frustrada aspirante a liderar el FMI, “y del propio presidente”, apostilla el economista.

La propia Calviño, que este martes participó en la Conferencia Internacional de Banca que organiza anualmente Banco Santander, se limitó a agradecer el apoyo de Sánchez y a desear que el 10N depare un Gobierno “fuerte, estable con una agenda económica clara y que refuerce la confianza” aunando “responsabilidad fiscal, sostenibilidad social y reformas estructurales”.

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