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Los bonos de Haya Real Estate complican su venta por parte de Cerberus

El gestor de activos tiene 475 millones en deuda cotizada. Los bonistas pueden recuperar su dinero si se dan determinadas circunstancias

l gestor de activos inmobiliarios Haya Real Estate tiene el cartel de "se vende" desde el año pasado. En un proceso coordinado por Citi, el fondo Cerberus espera salir de la firma antes de final de año. Pero el comprador tendrá que afrontar un obstáculo extra: el blindaje de los bonos que la firma emitió en diciembre de 2017.

El ganador de la puja no podrá endeudar a la empresa por encima de determinado umbral o, si lo hace, deberá repagar los bonos al 101% del nominal. La salida del capital a través de una OPV inicialmente planteada fue descartada, como publicó CincoDías el 15 de marzo. Esta fórmula no hubiera tenido este problema extra.

De los tres finalistas, el candidato con más papeletas es el fondo Centricus, respaldado por el grupo japonés SoftBank. También se mantienen en la carrera, pero con desventaja Dobank, que en España controla el 85% del capital del servicer Altamira, y el gigante estadounidense del capital riesgo Centerbridge.

Las pujas por el gestor de inmuebles y créditos ligados al sector inmobiliario (a cierre de junio, contaba con 45.296 millones de euros en este tipo de activos) se sitúan en torno a los 700 millones. La peculiaridad está en su deuda cotizada, que incluye una cláusula que da a los bonistas la opción de exigir su recompra en caso de cambio de control, siempre que el adquirente endeude a la firma por encima de un determinado umbral para ejecutar esa operación.

Pérdidas del 12%

Los bonos de Haya Real Estate cotizan sensiblemente por debajo del precio al que fueron emitidos, al 88% del nominal, lo que implica unas pérdidas del 12%. Esta deuda cotizada marcó sus mínimos desde que fueron colocados en diciembre de 2017 el pasado mes de mayo, en el 75% del nominal.

En el folleto de la emisión se especifica que esa salvaguarda se activará si la ratio de endeudamiento –deuda neta entre ebitda– supera las 2,5 veces como consecuencia de una operación vinculada a la compra. A cierre de junio, este indicador, sin embargo, ya era superior, al situarse en 3,3 veces. Pero el nivel se medirá en el momento de cerrarse la compra, de manera que todavía no se puede anticipar si se podrá hacer o no uso de ella.

El objetivo de esa salvedad es limitar el margen del comprador para utilizar a Haya Real Estate como una palanca para financiar la compra en perjuicio de los bonistas, que verían cómo se dispara el pasivo. Los bonos pagan ahora un interés anual en torno al 5%. Los fondos de las gestoras de capital riesgo suelen exprimir al máximo sus inversores al endeudar a la empresa que compran, en operaciones denominadas en la jerga leverage buy out o LBO.

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