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La guerra de los envases para el agua en la que nadie gana

El cartón y la lata conquistan cuotas más amplias, pero los expertos dudan de la sostenibilidad de estos materiales alternativos

Imagen de diferentes marcas de bebidas en lata y cartón: agua mineral, con gas, saborizada, cervezas y refrescos...
Imagen de diferentes marcas de bebidas en lata y cartón: agua mineral, con gas, saborizada, cervezas y refrescos...Pablo Monge (Cinco Días)

En la lucha contra la contaminación y el cambio climático, un material destaca como uno de los mayores enemigos. “Maldito plástico: menos producción, más legislación”, resume el movimiento ecologista Greenpeace en un reciente informe sobre la gestión de los residuos de este tipo en España, del que se recupera apenas una cuarta parte.

La respuesta del sector del agua envasada, gran consumidor de plástico, no ha tardado mucho en llegar y el mercado de lata y cartón gana cada vez más fuerza. En cuanto a la sostenibilidad real de estas opciones, los expertos expresan, sin embargo, más de una reserva.

“La producción que se destina al agua es todavía pequeña, pero la demanda sube y el crecimiento es exponencial”, reconoce José Luis Velilla, director de marketing de Tetra Pak Iberia, filial española del líder mundial de los envases de cartón.

Ningún recipiente mejora los costes ambientales de los de plástico, según Jose Ygnacio Pastor, catedrático de la UPM

Junto con Bezoya y Agua enCaja Mejor, que no han contestado a preguntas para este reportaje, LY Company es una de las empresas que utilizan este material para embotellar su agua.

Creada en 2016, LY cerró 2017 con 400.000 envases; 2018, con 4 millones, y prevé alcanzar más de 30 millones de unidades este año, con una facturación que pasará de los 350.000 euros de hace dos años a los 8 millones de euros estimados en 2019, gracias a su propia marca Only Water y a los más de 60 productos customizados.

Envases de cartón de la marca Only Water.
Envases de cartón de la marca Only Water.

Es cierto, como sostienen su director general, Francisco Rodríguez, y Luis Velilla, que el Tetra Prisma –el nombre comercial del envase que utiliza LY– es reciclable al 100%. Pero para ello “hay que separar el cartón de las capas de aluminio y polietileno, recuperar los dos primeros y emplear el tercero para producir energía que alimente el proceso”, explica Jose Ygnacio Pastor, profesor de ciencia de materiales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

El principal inconveniente, en sus palabras, es la “complejidad” de esta técnica, y la necesidad de “concienciar al consumidor de que debe depositar el Tetra Prisma en los contenedores amarillos de plástico, y no en los azules para el cartón”. A lo que se añade la ausencia en España hasta principios de año de una planta capaz de llevar a cabo el reciclaje completo de este tipo de envase, por lo que un 25% de cada pieza se desecha.

Reciclaje infinito

Por el contrario, Cyrille Vecchi, director de sostenibilidad para el sur de Europa de Ball, el gigante de los envases de lata, asegura que esta es “el símbolo de la verdadera economía circular”, ya que se puede reciclar de forma infinita sin perder calidad. “Está compuesta de un solo material, el aluminio, y se recicla fácilmente”, resalta. Entre 2013 y 2018, la cuota de agua envasada con este material ha crecido un 68%.

Envase de aluminio de NEA.
Envase de aluminio de NEA.

Este año, la pionera española en envasar agua en lata, Ocean52, multiplicará por 10 su cifra de negocio, según su director general, Santi Mier. Y si NEA, desde su llegada en julio, ha centrado su distribución en el canal de hostelería y restauración, su director general, Alex Dakov, afirma que en los próximos meses esta marca empezará a verse también en los lineales.

Quien apuesta por envases “de una sola capa”, es decir, también por la lata, es Auara. Nacida en 2016, esta empresa ha sido también “la primera de Europa en fabricar botellas hechas con plástico 100% reciclado y reciclable”, según su fundador Antonio Espinosa, y este año prevé vender unos cinco millones de unidades.

En opinión de Pastor, la lata es el envase “menos recomendable”: su producción tiene costes medioambientales no sostenibles y el proceso de reciclado requiere demasiada energía. Su conclusión es que “ninguno de estos envases mejora la sostenibilidad y ciclo de vida de los envases de plástico”, y tampoco lo haría el vidrio, perfecto para ser reutilizado, pero ineficiente en la fase de producción.

La alternativa pasa por “reducir el consumo de plástico, reciclarlo adecuadamente y desarrollar nuevos materiales plásticos con menos impacto medioambiental”.

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