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Volcanes, junglas y mestizaje a las puertas de la Patagonia

La Región de Los Lagos, en Chile, es una fusión de tradiciones germanas y mapuches

Trekking por la ladera del volcán Osorno.
Trekking por la ladera del volcán Osorno.Javier Martínez Mansilla (Cinco Días)

La llaman la puerta de la Patagonia, pero poco tiene que ver este territorio exuberante moldeado por volcanes, selvas y lagos glaciares con las pampas australes. Viajamos al centro-sur de Chile para patearnos sus ciudades coloridas de herencia germana, para ascender por sus cerros andinos de laderas basálticas o navegar por sus lagunas verdosas.

Vamos a descubrir las tradiciones mapuches que se difuminan en el bosque templado, la niebla y el rastro del agua. Viajamos al corazón de la Región de Los Lagos de Chile.

Tronador, Puntiagudo, Osorno, Calbuco… Como faros de más de 3.000 metros de altitud emergen de entre un océano de nubes los conos volcánicos que reciben al viajero expectante desde la ventanilla del avión.

El aeropuerto lo encontramos a las afueras de Puerto Montt (213.000 habitantes), capital de esta región de 48.584 kilómetros, cuatro provincias (Chiloé, Llanquihue, Osorno y Palena), casi una veintena de volcanes activos y, por supuesto, de lagos, aunque aún no hayamos visto ninguno.

Tomamos rumbo norte para ponerle fácil remedio.

¡‘Hallo’, Puerto Varas!

La ciudad de Puerto Varas es el epicentro de expediciones por la zona.
La ciudad de Puerto Varas es el epicentro de expediciones por la zona.

A mediados del siglo XIX, el Gobierno chileno concedió a los laboriosos colonos alemanes un buen puñado de tierras para que poblaran el centro del país. De esta manera, las inmediaciones del lago Llanquihue (860 km2) se convirtieron en una “pequeña Germania” donde todavía se escucha el alemán, se cocina späztzle y se degusta cerveza bávara en esta fusión de tradiciones centroeuropeas y mapuches.

Puerto Varas (38.000 habitantes) es su principal bastión, a 23 kilómetros de Puerto Montt. Recorriendo las calles de esta animada ciudad descubrimos su arquitectura colonial de aires alpinos, la iglesia del Sagrado Corazón (1915) y sus espectaculares vistas (si la niebla lo permite) del lago Llanquihue y el volcán Osorno. En esta zona el tiempo es caprichoso y conviene hacerse a la idea pronto para ahorrarse decepciones.

Además del orden teutón y el espíritu mapuche, aquí también se mezclan las virtudes de un centro vacacional de referencia en Chile con la adrenalina de uno de sus destinos obligados para actividades de aventura. El kayak, la vela, el barranquismo, la pesca, la escalada y el excursionismo son las más populares.

La selva mapuche

Tomando Puerto Varas como epicentro de expediciones por la zona, exploramos el territorio selvático de los huilliches (rama austral de los mapuches). La primera toma de contacto la hacemos en la Senda Romahue. A 14 kilómetros de Puerto Varas se localiza este parque de conservación de la naturaleza de 25 hectáreas donde nos adentramos en el bosque nativo a orillas del río Maullín o esa jungla de coihués, arrayanes o canelos, árbol venerado por el pueblo mapuche.

Este es un refugio para especies, además del mejor lugar para conectar con la biodiversidad y las tradiciones aborígenes de la región.

Tierra de lava y de agua

Vistas desde el hotel Awa del lago Llanquihue y el volcán Osorno al atardecer.
Vistas desde el hotel Awa del lago Llanquihue y el volcán Osorno al atardecer.Javier Martínez Mansilla (Cinco Días)

Al este se extiende el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, el más antiguo de Chile (1926) y segundo más visitado del país, con 552.560 personas en 2018. En esta reserva de 2.510 km2, los lagos se suceden uno tras otro hasta la falda de los conos volcánicos que nos guían hacia la cordillera de los Andes.

Cambiamos la jungla por el basalto. Desde el centro de esquí, situado en la ladera del Osorno, parte la ruta circular por la loma de este volcán que se eleva hasta los 2.652 metros de altitud entre el lago Llanquihue y el de Todos los Santos y regala al senderista un espectáculo de formas y tonalidades en este paraje desolador.

A 6 kilómetros de la localidad de Petrohué, la lava del Osorno ha cincelado un angosto cañón donde las aguas de color esmeralda del de Todos los Santos se precipitan para crear uno de los lugares imprescindibles de la región.

Los Saltos de Petrohué son una serie de cascadas sobre lecho basáltico, envueltas por el follaje del bosque valdiviano y bajo la silueta del Osorno. Conviene madrugar para huir del turista y disfrutar de tanta grandeza natural. Entrada: 2 euros.

Desde Petrohué, principal población del parque, nacional, parten rutas en barco por el lago de Todos los Santos hasta la aldea de Peulla, muy cerca del Cerro Tronador (3.491 metros), que hace de techo de la región y frontera natural con Bariloche (Argentina).

Guía del viajero

Vuelos. La aerolínea low cost Level opera 4 vuelos directos a la semana desde Barcelona a Santiago de Chile. Desde 237 euros el trayecto.

Comer y dormir. El hotel boutique Awa, de estilo minimalista y ambiente sosegado, se sitúa a orillas del lago Llanquihue. Tiene 16 habitaciones con vistas al volcán Osorno, además de una cocina de raíces chilenas que recurre al producto local y de huerta propia. Del alojamiento destaca su catálogo de vinos de la tierra y el de excursiones por la zona. Coja un kayak y reme hacia el Osorno o apueste por el tentador spa y piscina interior. El lodge está 30 km al este de Puerto Varas. Precio: desde 315 euros.

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