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Distribución

El mensaje de los CEO de El Corte Inglés: “La máxima exigencia ética es irrenunciable”

Los ejecutivos resaltan los “importantes avances” logrados en su gobierno corporativo

Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa, consejeros delegados de El Corte Inglés.
Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa, consejeros delegados de El Corte Inglés.
Javier García Ropero

El Corte Inglés avanza en reforzar sus estructuras de gobierno corporativo y en la transformación de su negocio comercial. Así lo resaltan sus actuales consejeros delegados, Víctor del Pozo y Jesús Nuño de la Rosa, en una carta dirigida a sus accionistas y trabajadores incluida en el informe no financiero del grupo, relativo al ejercicio 2018.

La carta, redactada cuando Nuño de la Rosa aún ejercía como presidente de la compañía, pone énfasis en el primer punto, la de la mejora de su gobierno corporativo y la exigencia de comportamientos éticos y transparentes. Puntos fundamentales con los que El Corte Inglés debe cumplir ahora que cotiza en el mercado a través de sus bonos y, sobre todo, si en un futuro a medio plazo decide efectuar la esperada salida a Bolsa. Algo que, en todo caso, no está encima de la mesa del grupo en la actualidad.

En el balance que Nuño de la Rosa y Del Pozo realizan del ejercicio 2018, resaltan como uno de los aspectos más destacados “los importantes avances” en materia de gobierno corporativo, con la creación de distintas comisiones en el seno del consejo de administración. Entre ellas, la de nombramientos y retribuciones y la de responsabilidad social corporativo, que se unieron a la de auditoría y control.

También se aprobaron nuevas normas sobre conflictos de interés para administradores, directivos y empleados, en el Procedimiento Corporativo para la Gestión de Conflictos de Interés. Este se creó para “ante situaciones de potencial conflicto de interés, solucionarlas sin efectos negativos hacia la actividad empresarial”. Además, incorporó un consejero independiente más, Fernando Becker.

“Todo ello con la finalidad de alcanzar el máximo nivel de exigencia ética, que insistimos en calificar como irrenunciable”, apuntan los consejeros delegados, algo en lo que insisten más adelante: “Hemos profundizado en la responsabilidad social del grupo, de acuerdo con unos principios basados en criterios éticos irrenunciables”.

Avances que no solo se circunscriben en la aspiración de asemejarse a los criterios de transparencia de una empresa cotizada, sino que llegaron también como respuesta a las diferentes problemáticas que azotaron al grupo durante el año pasado. Por ejemplo, el conflicto de poder abierto entre el expresidente Dimas Gimeno y las consejeras Cristina y Marta Álvarez [esta última nombrada presidenta en pasado mes de julio], hijas de Isidoro Álvarez, que se saldó con el cese y posterior salida de Gimeno del grupo; o por las acusaciones por supuesta corrupción en la contratación de terceras empresas por parte del departamento de seguridad del grupo, algo que el propio Gimeno llevó a la justicia. El juzgado de Instrucción número 46 de Madrid sobreseyó el caso en marzo de este año.

La aprobación del protocolo ante posibles conflictos de interés se entendió como una respuesta para evitar conflictos de esta naturaleza en un futuro.

Año de transformación

En lo que respecta al negocio en sí, los principales responsables de la gestión de El Corte Inglés destacan 2018 como “uno de los años de mayores y más profundas transformaciones en nuestro modelo de negocio”. Entre los factores que impulsan ese cambio, mencionan el acelerón en la integración de la tienda física con la online, que junto a las nuevas instalaciones logísticas, permitió mejorar un 20% las ventas a través de este último canal, que genera el 4% de las ventas totales del grupo, más de 630 millones de euros.

Pero el principal es la transformación del gran almacén, el principal reto que afronta la compañía, “para convertirlo en lugar de experiencias que permita al cliente encontrar nuevas sensaciones y vivencias”, y dejar de ser un mero espacio de compras.

Un proceso que ha comenzado con la incorporación de espacios de realidad virtual, gimnasios, centros estéticos, ludotecas infantiles o una reforzada oferta gastronómica, además de servicios de asistentes de compra o personal shopper.

Una transformación que también viene motivada por un “entorno económico y social ágil y cambiante”, y un sector, el de la distribución, “al que se incorporan nuevos competidores”. Por ello, dicen los dos ejecutivos, “impulsamos nuevos conceptos comerciales que nos ayudan a mantener nuestra estrecha vinculación con la sociedad”.

Los cambios alcanzan a la propia estructura societaria del grupo. El Corte Inglés someterá a votación en su próxima junta de accionistas la fusión por absorción de Bricor por parte de El Corte Inglés, una operación similar a la que fue aprobada en 2017, en aquel caso con Hipercor.

También en lo relativo al medio ambiente. El Corte Inglés se pone como objetivo que todos sus centros tengan la certificación de Residuo Cero, algo que ya ha conseguido en Galicia. En el último año, redujo un 4% el consumo de energía eléctrica, un 7% el de agua y un 70% las emisiones de CO2.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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