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El caso del Pissarro del Thyssen robado por los nazis continúa abierto

Uno de los abogados de la familia Cassirer deja la puerta abierta a la apelación

Carmen Cervera, baronesa Thyssen, con el cuadro de Pissarro.
Carmen Cervera, baronesa Thyssen, con el cuadro de Pissarro.GETTY

Casi dos décadas más tarde, un juez de Los Ángeles ha dado la razón al Museo Thyssen-Bornemisza al considerar que es el propietario legal del cuadro del impresionista francés Camille Pissarro, Rue Saint-Honoré, dans l’après-midi. Effect de pluie (Calle de Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia). El magistrado considera, tras el juicio celebrado en diciembre, que los demandantes, descendientes de la familia judía Cassirer, que se vio obligada a entregar la obra pictórica a los nazis, no han podido demostrar que el barón Thyssen y el Estado español adquirieran la pieza sabiendo que era robada. A pesar de ello, el juez sugiere que España tiene el compromiso moral de devolverla.

Nada más conocer el veredicto, el director gerente del Thyssen, Evelio Acevedo, manifestó la satisfacción por el veredicto, ya que “una vez más se ha producido un fallo favorable a la Fundación”. También reconoció el trabajo realizado por la citada institución y sus sus abogados en la investigación histórica de todo el proceso de adquisición del cuadro por parte del barón Thyssen-Bornemisza y, posteriormente, por el Estado español. “El juez ha tenido en consideración todo ello, así como el hecho de que la familia Cassirer hubiera sido ya compensada por el gobierno alemán en 1956”, señaló Acevedo.

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La resolución no ha sido la esperada para Bernardo Cremades, del bufete Cremades & Asociados. El despacho representa a la Comunidad Judía de Madrid y a la Federación de Comunidades Judías de España, personados como terceros en el conflicto entre la Fundación Thyssen y la familia Cassirer. “Creemos que el juez se ha curado en salud. Falla en favor del Thyssen, pero deja ver que el barón Thyssen no fue del todo diligente a la hora de adquirir a la obra”. Por eso, añade, y aunque está todo muy reciente y ahora toca ver qué proponen los abogados de los Cassirer, afincados en Miami, no descarta seguir con el proceso. “Estamos valorándolo, porque es susceptible de apelación. Además, en función de lo que pasase, podría elevarse incluso al Tribunal Superior de EE UU”.

Pissarro pintó el cuadro en 1897, que fue adquirido por la familia Cassirer. En 1939, Lilly Cassirer, antes de escapar de Alemania, se vio forzada a vender el cuadro a los nazis. Años más tarde, la obra entró en circulación dentro del ambiente de los coleccionistas privados, aunque la familia propietaria pensó que había perecido durante la Guerra. En 1976, uno de los mayores coleccionistas de arte del siglo XX, el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, encontró en una galería de Nueva York la obra y la adquirió por 300.000 dólares (266.802 euros).

En 1993, el cuadro, que hoy alcanza un valor de 13 millones de euros, pasó a ser propiedad del Estado español al adquirir la colección del aristócrata de origen holandés. En 2001, los descendientes de Lilly Cassirer, residentes en California, se percataron de la existencia de la obra y exigieron su devolución, petición que les fue denegada. Decidieron ir a los tribunales, que han dado la razón a la pinacoteca española, pero han dejado una cuestión en el aire: si el Barón era conocedor de la procedencia del cuadro. “Nosotros defendemos que sí era conocedor, o como experto en arte debería haberlo sido”, defiende Cremades. La pintura formaba parte de la famosa lista de obras robadas por los nazis. Además, en el reverso del lienzo está escrito el nombre de la familia propietaria.

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