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Tribuna
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El cambio climático revoluciona el mundo de la inversión

Para el gestor, la descarbonización es una oportunidad

Desde la Revolución Industrial, momento que los expertos señalan como punto de inflexión en el que empezó el calentamiento global, la temperatura del planeta se ha incrementado en 1,1 °C. Y, desde entonces, no ha hecho más que crecer.

El cambio climático ha dejado de ser un potencial riesgo futuro para convertirse en una realidad, por lo que no deberíamos su­bestimar la repercusión de este fenómeno en nuestras inversiones. Para ello, es fundamental comprender cómo se desarrolla el cambio climático y cuáles son sus implicaciones en nuestras carteras para estar preparados para el futuro.

Alcanzar el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre el 70% y el 90% a mediados de este siglo conlleva una transformación completa de la estructura del sector energético, así como de los sectores de automoción, transporte, agricultura, industria pesada y productos químicos, entre otros. Si no somos capaces de llevar a cabo esta transformación, estaremos corriendo un riesgo. Este reto, sin embargo, también puede plantearse como una manera de identificar nuevas oportunidades. Los mercados muestran una gran capacidad para asimilar información a corto plazo, pero no gestionan adecuadamente los horizontes temporales y las discontinuidades a ­largo plazo. Por esta razón, como inversores ­debemos centrar todos nuestros esfuer­zos en intentar anticiparnos, analizando cómo cambiarán los diferentes sectores e identificando aquellas compañías que estarán mejor preparadas para afrontar estos desafíos.

Así, algunas empresas no están pensando en invertir a cinco o diez años vista para operar de manera sostenible, para desarrollar la tecnología que sus clientes van a demandar, etc. Estas empresas con una visión cortoplacista verán cómo el tamaño de su negocio comienza a reducirse.

En cambio, hay otras compañías que, pensando en el largo plazo, están invirtiendo en capital humano, se están esforzando en mantener buenas relaciones con sus públicos de interés, están desarrollando nuevos productos y, en definitiva, están haciendo todo lo necesario para adecuarse a este nuevo entorno y prosperar.

En este escenario, adoptar un enfoque de inversión activo permite entender el modo en el que la empresa interactúa con la sociedad y su entorno para identificar aquellas empresas que más éxito tendrán en el largo plazo. Porque el cambio climático revolucionará todos los sectores y en todos ellos habrá compañías ganadoras y perdedoras, y la clave está en ser capaces de identificar las oportunidades que este fenómeno nos esconde.

Carla Bergareche es directora general de Schroders para España y Portugal

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