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Decálogo para iniciarse en el coleccionismo de arte

Más que económica, la rentabilidad puede ser social

GETTY IMAGES

El mercado del arte es una gran fuente de controversia entre quienes entienden este mundo como una inversión y quienes optan por un coleccionismo meramente cultural. El fundador del club para coleccionistas Wecollect, Enrique del Río, apunta que la dificultad para obtener rentabilidad económica se debe a que la inversión “no está profesionalizada, no hay ningún fondo aprobado por la CNMV”. En el lado opuesto, el director general de los Encuentros Colecciona y la feria Estampa, José María de Francisco, insiste en que el coleccionismo no debería tener como meta la rentabilidad económica y asegura que el mercado es “uno de los motores de la creación de arte”. Estas son algunas de las claves de este polémico negocio:

  1. Sostenibilidad. De Francisco asegura que son los pequeños y medianos coleccionistas los que respaldan el mercado del arte: “En contra de lo que se suele pensar, solo con los grandes inversores muy poca gente podría vivir del arte, son los coleccionistas sostenibles los que apoyan y garantizan la supervivencia del mercado del arte”.
  2. Presupuesto. Por ese motivo, tampoco es necesario realizar un gran desembolso económico. “Existen cada vez más plataformas con obras accesibles a cualquier tipo de presupuesto”, describe la consejera delegada de Sotheby’s España, Aurora Zubillaga. En el mercado español, las piezas oscilan entre los 5.000 y los 60.000 euros, aunque hay trabajos por mucho menos. En este sentido, la directora de la Fundación Zuloaga y cofundadora de ES Fascinante, Margarita Ruyra de Andrade, señala que, si bien es posible adquirir dibujos y grabados por debajo de los 100 euros, “para comprar algo con potencial de revalorización y cierta trascendencia artística suelen hacer falta más de 3.000 euros”.
  3. Formación. Conocer el mercado es uno de los primeros pasos a tener en cuenta antes de adquirir alguna pieza. “A la hora de empezar una colección, lo principal es tener un buen criterio, y para eso hay que leer sobre historia del arte, acudir a bienales y exposiciones”, explica el presidente de la Fundación Rosón Arte Contemporáneo (RAC) de Pontevedra, Carlos Rosón. En este sentido, considera que internet es una herramienta muy útil, pues no se trata solo de ver la obra de un artista, sino también de analizar su trayectoria. “Al fin y al cabo, el coleccionista es un estudioso”, condensa el artífice de la Colección Los Bragales y presidente de la Asociación de Coleccionistas 9915, Jaime Sordo.
  4. El papel de las galerías. La directora del Máster en Mercado del Arte y Gestión de la Universidad Nebrija, Diana Angoso de Guzmán, recomienda dejarse asesorar por los galeristas, ya que son ellos quienes hacen la primera criba. Acudir a un profesional en busca de asesoramiento es una de las recomendaciones de la mayoría de los expertos; pero esta práctica no convence a Ruyra de Andrade, quien considera que solo es necesario para aquel que invierta muchos miles de euros y entienda la compra como una inversión que debe revalorizarse. “Quien cobra una comisión no es imparcial; el galerista no es un asesor, es un vendedor. Algunos amigos tampoco lo son porque recomiendan comprar a autores que ellos ya coleccionan para que se revaloricen sus cuadros”.
  5. Implicarse con los artistas. Una vez que se adquiere una obra, no conviene olvidarse de ella; tanto quienes buscan el retorno económico como quienes entienden que su labor es el mecenazgo tratan de implicarse con los artistas para garantizar su futuro. “No se trata de tener una bolita de cristal, también hay que gestionar bien las inversiones, nadie compra un edificio para invertir y, después, lo deja abandonado. Hay que presentarles a las instituciones, a becas, residencias, patrocinios”, comenta Del Río, quien lamenta que esta labor no se toma lo suficientemente en serio.
  6. Entorno social. Más allá del retorno económico o emocional, el coleccionismo abre las puertas a nuevos y selectivos círculos. “Se genera un entorno social interesante, la gente afín se junta y enriquece su mundo profesional, lo que da lugar a una élite que comparte un gran amor por la cultura”, cuenta De Francisco. En esta línea, el fundador de Wecollect emplea una metáfora futbolera. “Florentino Pérez no es solo presidente del Real Madrid porque le guste ese deporte, sino que los contactos que se generan en el palco también son relevantes. A través de determinadas inversiones, adquieres un prestigio social para poder rodearte de determinados círcu­los”, comenta.
  7. Pasión. Incluso quienes lo consideran una inversión, reconocen la particularidad del arte. Algo que tiene claro la consejera delegada de Sotheby’s España, Aurora Zubillaga, quien recuerda que la rentabilidad no será solo económica, sino también emocional. “Es una passion investment, como todas las inversiones que no se hacen solo para ganar dinero, sino porque gustan, como también son los relojes y los vinos”, argumenta Del Río. Asimismo, el presidente de 9915 hace hincapié en que un verdadero coleccionista solo vendería una obra para poder continuar ampliando su colección.
  8. A largo plazo. “El arte no es la inversión más líquida, como lo pueden ser unas acciones, pero es muy segura porque lo normal es que, pasado un tiempo, se revalorice, pero hay que esperar para ver resultados”, detalla el responsable de Wecollect, que también apunta que para quien vaya a invertir poco dinero, es mejor que tenerlo en el banco. Angoso de Guzmán reconoce que “muchas veces el coleccionista no tiene la idea de vender, pero le tranquiliza ver que la obra no está perdiendo valor”.
  9. Logística. El coleccionismo de arte ­también conlleva unos costes de almacenamiento, mantenimiento e intermediación. Rosón recomienda “buscar asesoramiento en todo lo que tiene que ver con la logística y los seguros, no solo alguien que diga qué es lo que hay que comprar. Por su parte, Sordo hace hincapié en que “el coleccionista debe tener la generosidad de prestar la obra a museos y exposiciones porque adquiere un compromiso con la sociedad”.
  10. Huir de las tendencias. La consejera delegada de Sotheby’s España insiste en pedir consejo especialmente sobre cuál es el mejor momento para comprar una obra. En este sentido, Angoso de Guzmán asegura que no se debe comprar nunca un artista que esté de moda. “Lo vas a pagar al precio más caro”.

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