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Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Jim Ratcliffe, el rico rey del plástico, prefiere la bici a la polución

El multimillonario británico dueño de la petroquímica Ineos rescata el equipo ciclista de Chris Froome

Jim Radcliffe, propietario de Ineos.
Jim Radcliffe, propietario de Ineos.HOGUE
Carlos Gómez Abajo

Jefe de un imperio petroquímico y defensor del papel ecológico de la bici; nacionalista británico y partidario de un Brexit a las bravas, pero que en cuanto puede mueve sus bártulos a otro país más amable a nivel fiscal. Son las contradicciones, quizás solo aparentes, de Jim Ratcliffe (Fails­worth, 18 de octubre de 1952), el hombre más rico de Reino Unido, que acaba de anunciar que su grupo, Ineos, será mecenas –en la práctica, propietario– del equipo ciclista hasta ahora conocido como Sky, el de Chris Froome.

Con una fortuna de 11.500 millones de euros, según Forbes –el año pasado alcanzó los 14.400–, sir James Arthur Ratcliffe está considerado el más rico de su país desde hace un año. Ingeniero químico, fue creando su imperio poco a poco, invirtiendo en empresas de las que se desprendían sus rivales y llevándolas a beneficios.

Tampoco es que el equipo Sky vaya mal económicamente, ya que lleva años dominando el Tour de Francia y otras vueltas largas, pero últimamente sí estaba metido en escándalos de dopaje, motivo por el que el canal de televisión propiedad de Rupert Murdoch ha optado por dejarlo tras 10 años. Así que Ratcliffe tiene otro reto de los que le gustan. Los ingresos del equipo fueron de 39,7 millones de euros en 2017, la mayor parte de los cuales los aporta el patrocinador.

No es la única incursión en el deporte de Ratcliffe, que es dueño del Lausana suizo de fútbol, y desde hace años se habla de que está interesado en el Chelsea de Roman Abramovich. Él, personalmente, ha terminado carreras de resistencia, y ha realizado expediciones a los polos Norte y Sur, así como un viaje en moto de tres meses por Sudáfrica.

En 1985, se casó con Amanda Townson, con la que tiene dos hijos, Sam y George, y de quien se divorció en 1995. Tiene una hija con su segunda esposa, Alicia. Tiene casas en, claro, el barrio londinense de Chel­sea, y en Hampshire, al sur del país.

Creció en la periferia de Mánchester. Su padre era carpintero y su madre trabajaba en una oficina de contabilidad. Se graduó en Ingeniería Química por la Universidad de Bir­mingham: siempre le interesaron la ciencia y la ingeniería. “Ahora hay grados en psicología de caballos pero no encuentras un buen soldador”, decía al Financial Times.

Su primer trabajo fue con el gigante petrolero Esso (Standard Oil), y decidió ampliar sus conocimientos en finanzas haciendo un MBA en la London Business School en 1980. En 1989 empezó a trabajar en el grupo de capital privado de EE UU Advent, un acontecimiento que pocos años después se probaría crucial.

Con 40 años y dos hijos pequeños, hipotecó su casa para comprar con un socio y con apoyo de Advent una división de BP y cofundar Inspec. En 1998, con la compra de la planta de Amberes (Bélgica) que hasta entonces alquilaban, crearon Ineos.

Repitió la fórmula endeudándose y comprando sucesivamente una veintena de negocios del sector, devaluados por los ciclos económicos, y convirtiéndolos en rentables ahorrando en costes como las tarjetas de empresa.

En 2006 llegó la operación que lo catapultó a primera división: adquirió la división de refino y petroquímica de BP, Innovene, por 8.000 millones de euros. En 2010, para afrontar la crisis económica global y pagar menos impuestos, trasladó la sede de la empresa a Suiza, aunque en 2015 la devolvió a Inglaterra.

Ineos, valorada en 40.000 millones de euros, produce todo tipo de plásticos y químicos, para toda clase de productos cotidianos (coches, ordenadores, consumibles, medicamentos...). La empresa no ha salido nunca a Bolsa y es propiedad suya en un 60%; el resto se lo reparten Andy Currie y John Reece, que llevan casi 20 años con él.

Según varios medios británicos, los tres están estudiando mudarse a Mónaco para pagar menos impuestos, algo que Ratcliffe ha desmentido públicamente, pero que ha provocado las críticas de diputados británicos que lo contraponen con su defensa radical de un Brexit incluso sin acuerdo.

El propietario de Ineos defiende el mercado común europeo, pero detesta la burocracia de Bruselas. También critica de los políticos en general, no solo los europeos, su afición a relacionarse con banqueros, pero menos con industriales y empresarios de otros sectores.

Pionero en el fracking, ha presionado para reducir las restricciones a esta práctica y los impuestos ambientales en general, pero al anunciar la compra del equipo ciclista ha destacado que las bicis reducen la congestión del tráfico y la “polución en las ciudades”.

También es el mecenas del equipo de vela para la Copa del América de 2021 de Ben Ainslie, conocido crítico con la contaminación de los océanos, gran parte de la cual proviene de plásticos como los que produce Ratcliffe. Contradicción que comparte, en todo caso, con todos los que usamos todos los días más plásticos de los que nos gustaría.

Un gigante presente en 24 países

Ineos emplea a 19.000 personas y tiene delegaciones en 24 países, entre ellos España, en concreto en Bilbao, donde fabrica químicos derivados del azufre.

Jim Ratcliffe también es dueño de la marca británica de ropa para motoristas Belstaff.

Fue nombrado sir por la reina Isabel II en junio pasado, poco después de salir en los rankings como el más rico del país.

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Sobre la firma

Carlos Gómez Abajo
Licenciado en Físicas, máster en Periodismo UAM-El País y posgrado en Información Económica. Es redactor de Opinión de Cinco Días, y también ha escrito en Mercados y en la sección de ocio/lujo. Ha trabajado en el portal de noticias científicas Tendencias 21 y ha hecho traducciones, la mayoría de tipo económico.

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