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Nacho de Pinedo: “La transformación digital no debería suponer despedir a personas”

Es el fundador y consejero delegado de la escuela de negocios digital ISDI

Manuel Casamayón
Pablo Sempere

El Instituto Superior para el Desarrollo de Internet, más conocido como ISDI, cuenta con cuatro sedes tras una década en activo, aunque pronto vendrá una quinta. Este híbrido entre escuela y empresa, centrado en la formación digital pero también en sacar proyectos reales adelante para importantes compañías, fue fundado en Madrid por Nacho de Pinedo (nacido en esta ciudad en 1968). Allí se asentó la primera base, a la que pronto siguieron otra en Barcelona, otra en México y una cuarta en Silicon Valley.

Hay todo un océano entre ellas, pero están más cerca de lo que parece. Una videocámara, con su correspondiente pantalla, conecta a tiempo real unas oficinas con otras, cuando la diferencia horaria lo permite, claro. “Es una forma de promover la cercanía y el contacto”. En la sala, completamente diáfana y tan solo con unas pocas habitaciones cerradas y reservadas únicamente para reuniones, las mesas son triangulares “para ver mucho mejor a las personas con las que te sientas. Además, como no hay sitios fijos, al cabo de un día te has juntado con 9 o 12 personas diferentes, porque todos vamos rotando”.

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Estos dos simples detalles, el de la videocámara y el de las mesas de tres aristas, explican bastante bien cómo De Pinedo entiende la transformación digital, un concepto que, para empezar, está mal acuñado. Él prefiere hablar de transformación a la era digital. La primera idea, explica, hace referencia a máquinas, a cerrar tiendas, a despedir a trabajadores para poner robots... La otra, prosigue, habla de adaptación a los nuevos tiempos, para hacer que todo funcione de forma virtuosa. “La transformación digital debería suponer formar a personas, no despedirlas. No debería ser cerrar tiendas, sino combinarlas con otros canales”.

Esta manera de entender esta nueva época es la que ISDI trata de exportar. El proyecto de la escuela como aceleradora está en fase de desarrollo constante, acercando los procesos transformadores a grandes empresas como Toyota o Merlin Properties. Con la compañía de motor, por ejemplo, la escuela ha alcanzado un acuerdo para formar a sus altos directivos a nivel europeo, ayudándolos a entender el negocio digital y a ser receptivos con las propuestas y nuevas ideas. La escuela también le proporciona a la automovilística hasta 1.000 startups al año que trabajan en esta línea. “Toyota no quiere ser una empresa que fabrica coches, sino una que dé soluciones de movilidad”.

Por ISDI pasan cada ejercicio unos 3.000 alumnos de todo el mundo, y entre ellos, asegura De Pinedo, se cuentan a varios consejeros delegados y directivos de importantes empresas. El número de matriculados, de hecho, crece a un ritmo del 40% anual. Por eso, no queda más remedio que actualizar los planes de formación. “De un curso a otro cambiamos el 60% de los contenidos”.Al tradicional MIB (Master in Internet Business), el primer título que lanzaron, se le suman cada año diferentes programas. Uno de ellos es el Dibex, “pensado para directores y CEO que quieran conocer el entorno digital sin profundizar tanto como en un master”. Otro es el Master in Marketing Automation, hecho junto a Salesforce. “Somos una escuela muy volcada en la empleabilidad y el emprendimiento, por lo que tenemos que estar completamente al día”.

Trabajar en ISDI, dice De Pinedo, es divertido. Y a pesar de tener un alma abiertamente digital, muchas de las dinámicas que se ven en el día a día tienen que llegar a forzarlas. A las mesas triangulares y a la falta de lugares cerrados ya se han acostumbrado, también gracias al ambiente cálido que se vive en la oficina, donde mandan las maderas, el acero y un ambiente tranquilo, a pesar del pasar continuo de alumnos y profesores. “Y además porque son interesantes. Rompen totalmente los silos y convierten la oficina en una máquina de café”.

Otras, como las reuniones que intentan mantener de pie para animar la fluidez y rapidez, cuestan más adoptarlas, pero poco a poco van asentándose. A esto se le añaden otras políticas de las que presumen: “Somos una empresa feminista. Creemos en la igualdad de oportunidades y en que las mujeres parten de una situación mucho peor”. Por eso, las bajas por maternidad o paternidad, así como los horarios flexibles, dice De Pinedo, están a la orden del día entre los muros de la escuela. La transparencia es otro de los puntos clave, algo que la propia sede deja entrever al ver puertas acristaladas en todas las salas cerradas. “Yo tengo mi calendario y agenda abiertos, para que todo el mundo sepa lo que tengo en el día. Y todos están al corriente de las cuentas”. La empresa, apunta, espera facturar 20 millones de euros en 2019.

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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