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España, a la cola mundial en dar oportunidades directivas a las mujeres

Obtiene el puesto 112 entre 125 países analizados por un informe de Adecco presentado en Davos

Índice de competitividad por el talento global
Raquel Pascual Cortés

¿Es España un país empresarialmente competitivo? En términos generales se podría decir que sí, atendiendo al puesto que ocupa en el Índice de Competitividad por el Talento Global, que elabora Adecco y que fue presentado ayer por sexto año consecutivo en Davos (Suiza), donde se reúnen desde hoy los máximos líderes económicos, políticos y empresariales del mundo.

Este índice, que ha sido elaborado en colaboración con la escuela de negocios Insead y la agencia Tata Communications analiza exhaustivamente casi un centenar de aspectos económicos, sociales y humanos de 125 países todo el mundo. España ocupa el puesto 31, con lo que mejora ligeramente respecto al año anterior, cuando se anotó este mismo puesto pero sobre un número menor de Estados analizados (119).

Sin embargo, descendiendo a los detalles de los resultados, en el caso español se observa que los puntos débiles de su competitividad siguen siendo los mismos que hace un año: las dificultades a la hora de contratar trabajadores, en lo que España ocupa el puesto 105 de 125 países; y la falta de relación entre el salario y la productividad (puesto 92).

Pero, además, en esta edición han irrumpido con fuerza dos cuestiones que hacen al mercado español mucho menos competitivo en su desarrollo económico y empresarial. Se trata de “la falta de oportunidades directivas para mujeres” respecto a lo que está en un nada honroso puesto 112, la peor puntuación obtenida por España en el centenar de indicadores examinados. Además, ha empeorado en comparación con hace un año, cuando España estaba en el puesto 90.

Precisamente, el Gobierno, consciente de esta deficiencia, acaba de incluir en los Presupuestos Generales del Estado para 2019, pendientes de aprobación parlamentaria, una nueva deducción fiscal en el impuesto de sociedades, que consiste en una desgravación de hasta el 10% del salario anual de cada mujer que una empresa incorpore a su consejo de administración.

En el análisis de la brecha salarial de género, España tampoco sale bien parada, con un puesto 50.

La otra china en el zapato de la competitividad española que ha cobrado fuerza en el índice presentado ayer es “la falta de colaboración en los organismos”. Esto determina en qué medida las personas colaboran y comparten ideas dentro de la empresa. Según la Encuesta de Opinión Ejecutiva del Foro Económico Mundial, en este punto España está en el puesto 107 de 125.

En menor medida pero también lastrando la competitividad española se situaron otros aspectos importantes y que se mantienen en los peores puestos respecto a años anteriores como son “el panorama empresarial (mercado de trabajo, gestión y política salarial), con una posición 76; la retención de cerebros (74); o el desarrollo del trabajador (puesto 79).

Puntos fuertes

Pero, a pesar de todos estos puntos débiles, España cuenta con otras muchas fortalezas que la hacen estar en la parte alta de esta clasificación. Son cuestiones, en su mayoría, que ya aparecían en el análisis del año anterior. Es el caso del número de matrículas en educación superior (puesto 5 de 125); la tolerancia a los inmigrantes (11); el estilo de vida; el comportamiento medioambiental y la calidad de las escuelas de gestión (posición 12 en ambas cuestiones) o la protección social (15) y la densidad de médicos por habitante (16).

Y como curiosidad, este año España se sitúa a la cabeza mundial de una sola cuestión del centenar de aspectos analizados: el saneamiento en su territorio. Su red de aguas es, según este estudio, la mejor del mundo. Asimismo, se encuentra en el top 25 mundial de otros indicadores determinantes de la competitividad como la enseñanza reglada; la productividad por trabajador; la clasificación de universidades; el uso de redes profesionales virtuales; la efectividad del Gobierno. Y, en general la retención del talento y la facilidad para hacer negocios (ambas en el puesto 25 del mundo).

Aunque España se sitúa entre los países de “renta elevada”, según el Banco Mundial, entre los países europeos analizados no logra un puesto demasiado bueno: el 20 sobre 37. De hecho, Portugal, la República Checa o Malta que obtienen mejores puntuaciones.

En general, los primeros puestos de este ranking mundial vuelven a ocuparse por los mismos países que hace un año. Suiza es nuevamente el más competitivo para el talento, la economía y los negocios. Completan el podio, Singapur, en segunda posición; y Estados Unidos, en tercera. Noruega y Dinamarca, también repiten cuarto y quinto lugar, respectivamente.

Esta edición, los autores se han centrado en analizar la importancia del “talento emprendedor”, algo que definen como la capacidad de aprovechar al máximo el potencial de las personas y los equipos, como motor y base de la innovación y el crecimiento. “Centrarse en el talento emprendedor es fundamental para fomentar la competitividad y la innovación que exige el mercado”, defiende la responsable mundial de Recursos Humanos del Grupo Adecco, Gordana Landen. 

Cuatro ciudades españolas

El Índice de competitividad del talento clasifica también la situación de 114 grandes ciudades de todo el mundo. En España repiten cuatro ciudades: Madrid, en la posición 23 de 114. Le sigue Bilbao (posición 44); Barcelona (49) y Zaragoza (54).

Este ranking de mejores ciudades para el talento está encabezada este año por la capital estadounidense, Washington, que ha escalado desde el puesto sexto. Le siguen dos habituales en este podio: Copenhague y Oslo.

Este estudio concluye que las ciudades serán cada vez más el centro del talento emprendedor. Y precisa que este tipo de talento no girará tanto en torno a la calidad de vida o conectividad de una ciudad sino alrededor de otros asuntos como la gestión de residuos, el transporte o la inclusión.

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Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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