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Cefalú, la roca más chic y con más carácter del Mediterráneo

El viejo puerto de pescadores es un balneario turístico con mucho encanto La localidad siciliana presume y exhibe sin pudor sus tradiciones

La catedral normanda del Santísimo Salvador domina la Piazza del Duomo en Cefalú.
La catedral normanda del Santísimo Salvador domina la Piazza del Duomo en Cefalú.Fotos: Inma Moscardó

En el mundo casi todos los caminos llevan a Roma, pero en Cefalú conducen a su catedral o al mar. Esta alegre, bonita y pequeña localidad italiana es uno de los enclaves con más encanto y más visitados de Sicilia. Estratégicamente situada en el noreste de la isla, protegida por la roca –como llaman sus habitantes al promontorio sobre el que se fundó–, dista unos 70 kilómetros al este de Palermo, la capital siciliana.

Este antiguo puerto de pescadores tiene mucho sabor mediterráneo y se exhibe celoso de sus tradiciones y costumbres. Perderse en sus estrechas y adoquinadas calles es un viaje al pasado. Su historia se remonta al siglo V antes de Cristo y de esa época datan los restos de sus murallas, aunque los vestigios encontrados en algunas de las grutas del peñasco dan cuenta de asentamientos primitivos.

Porta Pescara.
Porta Pescara.

Callejear es también una manera de tomarle el pulso a la ciudad, porque Cefalú es para andarla. Se perderá muchas sensaciones si solo piensa en ella como un destino chic de sol y playa –que lo es–. Camine, observe y sorpréndase.

Ver, oír, disfrutar

Rara es la ventana o el balcón de los que no cuelga una tenda –cortina– de anchas franjas de colores, para proteger las viviendas del sol abrasador del verano, algo muy mediterráneo que resulta sumamente curioso para los turistas llegados de otros lares. De balcón a balcón o de ventana a la calle escuchará las conversaciones de los vecinos poniéndose al día o especulando sobre el tiempo.

Callejeando descubrirá un vestigio romano, árabe o normando, destellos de una ciudad medieval, de arte bizantino o gótico. En la vía pública parece que pasa algo eternamente. La algarabía está siempre presente y no solo por el trasiego de turistas que entran y salen de locales, restaurantes y tiendas de todo tipo y para todos los bolsillos, sino también por la forma de vivir de los sicilianos, llena de pasión.

Calles típicas del centro.
Calles típicas del centro.

De repente, en una esquina, aparece un pequeño vehículo cargado de frutas y verduras recién cortadas de la huerta y los vecinos se arremolinan a ver, tocar y comprar. Gloria bendita.

Siéntese en alguna recoleta terraza para tomar un capuccino –los italianos solo lo toman por la mañana– con un cannolo –un dulce típico en forma de tubo y cuyo relleno principal es una base de queso ricotta–. Uno de los lugares más tradicionales para disfrutarlo es la pastelería heladería Bar Duomo, en la plaza de la catedral.

A la hora del aperitivo, por la tarde o noche, póngase a tono con el omnipresente Aperol Spritz. El combinado de moda en los últimos años a base del conocido licor italiano de hierbas y raíces y de color naranja, y vino espumoso.

De aquí y de allá

Fenicios, cartagineses, griegos, romanos, bizantinos y normandos fueron construyendo la historia de Cefalú y dejando su huella en edificios, cultura y gastronomía. Una mezcolanza que supone un valor añadido para el viajero inquieto.

La catedral normanda del Santísimo Salvador es el monumento más emblemático de la ciudad. Su origen se remonta a principios del siglo XII y cuenta la leyenda que su construcción como templo fortaleza fue un deseo expreso del rey Rogelio II tras llegar sano y salvo a la costa después de una fuerte tempestad. En su interior destaca el magnífico Cristo, la bóveda y las paredes decoradas con imponentes mosaicos bizantinos de pan de oro.

El templo domina la plaza y juega un papel importante en la organización urbana de la ciudad. Frente a él está el antiguo monasterio de Santa Caterina, actual la sede del ayuntamiento.

Corso Ruggero, la calle principal de la ciudad vieja de Cefalú, está llena de tiendas y pequeños locales y rinde homenaje al rey de origen normando, se levanta sobre un antiguo trazado romano que dividía la ciudad este-oeste.

En paralelo a ella, más cerca del mar, está la vía Vittorio Emanuele, donde se ubica uno de los atractivos turísticos más famosos: la Porta Pescara o puerta de los pescadores, la única que se conserva de las cuatro que daban acceso a la ciudad y que conduce a la playa y al viejo puerto.

Tendrá que armarse de paciencia para hacer la foto porque el paso de turistas de un lado a otro no da tregua. Casi al lado está el lavadero público medieval y el museo Mandralisca con su importante colección de arte y arqueología. En un sitio así, ¿qué puede añorar? ¿Una vespa? Las hay en cada esquina.

Cannolo, dulce típico.
Cannolo, dulce típico.

Guía de viaje

Cómo ir. Iberia Express opera con dos frecuencias semanales que conectan Madrid y Palermo, los jueves y sábados. Desde 49 euros por trayecto y 179 euros en business.

Dónde comer y dormir. Casa rural Tenuta Luogo Marchese, un hotel con encanto, restaurante con terraza al aire libre y unas preciosas vistas, auténtica comida siciliana –mejor que no deje nada en el plato– y trato familiar.

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