_
_
_
_
_

Las vacunas, la mejor arma contra las enfermedades

La inmunización evita cerca de tres millones de muertes anuales en el mundo y previene 60 fallecimientos por hora, según un estudio de la industria farmacéutica La cobertura en España es alta, del 95%, lo que no ha impedido que reaparezcan casos de sarampión o difteria por los grupos antivacunas

GettyImages
CINCO DÍAS

En julio, en plena temporada estival, la Asociación Española de Pediatría recomendaba vacunar a los niños menores de 1 año si su destino de vacaciones, con estancia prolongada, era Francia, Grecia, Italia, Reino Unido o Rumanía. Y desaconsejaba los viajes a países tropicales.

Europa sufre un “preocupante” brote de sarampión, más acusado en las naciones citadas, advertía la entidad en un comunicado. Hasta mayo de 2018, los franceses lidiaban con 2.380 casos; los griegos, con 2.075; los italianos, con 1.715; los ingleses, con 630 y los rumanos, con más de 500.

Son una herramienta clave para combatir y prevenir enfermedades y reducir las tasas de mortalidad

El riesgo recaía especialmente en los bebés, porque la triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) se administra por vez primera a los 12 meses. De ahí la sugerencia de los médicos de que adelantaran la dosis al menos 4 semanas antes de coger un avión, sin que ello obviara retomar después su habitual calendario de inmunización.

Las vacunas son una herramienta clave para combatir y prevenir enfermedades contagiosas como el sarampión -una de las principales causas de muertes entre los más pequeños-, y reducir las tasas de mortalidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inmunización contra este virus evitó en el mundo 20,4 millones de decesos entre 2000 y 2016, una disminución del 84%.

Desde los noventa, la mortalidad infantil en menores de cinco años se ha reducido en un 52% en el mundo gracias a la inmunización

Desde 1990, la mortalidad infantil de menores de 5 años se ha reducido un 52% gracias a la inmunización, hasta los 6,6 millones de fallecidos al año.

Sin viruela

No es el único ámbito. Existen 40 vacunas para la prevención de 25 enfermedades. Entre ellas, las más tradicionales, que han ayudado a erradicar virus como la viruela (el último caso se registró en 1977) o que son hoy candidatas a serlo en algunas regiones, a pesar de los nuevos brotes, como la polio, tétanos, el sarampión o la gripe.

U otras más novedosas, contra la hepatitis (España registró, por ejemplo, un pico de la A en verano-otoño de 2017, con más 2.600 casos. Los especialistas recomendaron (y aún lo sugieren) intensificar la vacunación en grupos de riesgo principalmente), o el virus del papiloma humano. Así como las que están aún en estudio: contra patologías tan epidémicas y mortales como el VIH, la malaria, el ébola o determinados tipos de cáncer.

La creación de una nueva vacuna implica 12 años de trabajo y más de 500 millones de inversión

En general, la inmunización evita cerca de tres millones de muertes anuales en el mundo y previene 60 fallecimientos por hora, recoge el estudio El valor del medicamento, elaborado por centro de investigación de la consultora de salud Weber. La tasa de cobertura es del 96% en Europa, el 95% en España, aunque el calendario vacunal no es obligatorio.

En los últimos años, los especialistas reivindican, sin embargo, su papel (y poder) para garantizar la salud pública, hasta el punto de que aconsejan promover y reforzar las dosis. ¿Por qué? Por un lado, debido a la propagación de los movimientos antivacunas (que ponen en riesgo a la población). De hecho, infecciones casi erradicadas en Europa (difteria, tosferina, tétanos, paperas) han rebrotado por el rechazo a la inmunización, creando alarmas sanitarias.

Y, por el otro, debido al fenómeno de importación de enfermedades por el aumento de los movimientos y concentración de población (turismo) y la mayor probabilidad de que el sistema inmunológico sea atacado por virus y bacterias más resistentes.

Imagen del virus del sarampión.
Imagen del virus del sarampión.GettyImages

Ahorros

“Son las intervenciones sanitarias consideradas más coste-efectivas, gracias a que sus beneficios normalmente superen con creces el gasto sanitario; y también se mide en términos de morbimortalidad evitada”, destaca el citado informe El valor del medicamento, elaborado por la consultora Weber.

Así, el ahorro es de 22 euros por cada euro invertido en vacunas infantiles, cinco en costes directos y 17 en indirectos, calculan el estudio Weber. Si se citan casos concretos, como el de sarampión, por cada euro invertido en la triple vírica se ahorra más de 21 en costes directos de asistencia médica. O en el de la gripe, en las personas mayores, se reduce un 39% las hospitalizaciones y se ahorra 1,35 euros por cada euro invertido.

“Las vacunas son productos biológicos complejos y sofisticados. Se emplean alrededor de 12 años y más de 500 millones de euros en crear una nueva vacuna. Producir un solo lote puede requerir entre 6 y 33 meses”, señalan desde Farmaindustria.

“Son productos a los que se le exigen los estándares de seguridad más elevados: todas las vacunas que se usan actualmente han demostrado claramente su eficacia y seguridad. Superan prolongados y estrictos procesos de pruebas para garantizar su calidad, mediante un seguimiento continuo”, sostienen.

Pese a sus efectos adversos, en su mayoría leves y transitorios (fiebre, dolor, hinchazón enrojecimiento…) y excluyendo algunos graves aislados, la vacuna sigue siendo clave para la prevención y mantenimiento de la salud pública global.

Disminuye la incidencia de las enfermedades y la gravedad de aquellos que la padecen o de los que la puedan contraer en el futuro; crea inmunidad y si la cobertura es alta, como en el caso de España que es del 95%, el resto está protegido, aseguran asociaciones expertas. Sus beneficios superan grandemente las desventajas y se pueden constatar. Dejarlas de lado, puede salir caro.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Más información

Archivado En

_
_