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De vinos por Moravia, en el país de la cerveza

Viñedos, pueblos medievales, bosques y paisajes de cuento. La vendimia en esta región checa se vive como una gran fiesta.

El castillo de Valtice  que acoge el Salón Nacional del Vino.
El castillo de Valtice que acoge el Salón Nacional del Vino. Inma Moscardó

Viajar en otoño a Moravia del Sur es una fiesta. La del vino y la vendimia, porque en esta región del sudeste de la República Checa, el país de la cerveza, la recolección de la uva se vive de forma especialmente alegre.

Desde finales de verano, los paisajes se empiezan a teñir de tonos ocres donde destacan sus cuidadas campiñas llenas de mimados viñedos. A su alrededor encontrará pueblos medievales plagados de historias y sorpresas naturales como el mágico karst de Moravia con sus formaciones rocosas, bosques, ríos y cuevas que agujerean el relieve, ideal para los amantes de las excursiones al aire libre.

En la región de Moravia del Sur se produce el 97% de los vinos del país. Los más famosos son sus delicados y premiados blancos, pero déjese sorprender por sus contundentes tintos y sus suaves rosados y participe como un moravo más del variado programa cultural con el que los checos reciben la vinobraní (vendimia), con bailes tradicionales, ferias, desfiles y mercados medievales.

El fantástico castillo de Valtice alberga una espectacular bodega con más de 100 caldos
para degustar

Mikulov, Valtice, Sakvice –donde sus rosados son especialmente famosos– o Strachotín son algunas de las localidades donde entre cata y cata también podrá disfrutar de platos típicos de la gastronomía checa y de sus deliciosos postres y tartas o hacer rutas en bicicleta entre viñedos y bodegas.

Panorámica de Mikulov con la colina Santa al fondo
Panorámica de Mikulov con la colina Santa al fondoI.M.

Entre cata y cata

A unos 65 km de la coqueta y dinámica capital de Moravia del Sur, Brno, y muy cerca de la frontera con Austria está la localidad de Valtice, que junto con la vecina Lednice son consideradas las capitales del vino de esta región checa.

Apenas separadas por un corto camino de 7 km, ambas son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y comparten jardines románticos y un cuidadísimo diseño paisajístico y palacios de cuento de hadas.

Hotel Barceló Brno Palace,
Hotel Barceló Brno Palace,

El de Valtice, un espectacular edificio barroco del siglo XVIII construido por el príncipe de Liechtenstein, es la sede permanente del Salón Nacional de Vinos, donde podrá degustar hasta 100 variedades de caldos del país centroeuropeo.

Hay catas guiadas donde podrá probar entre seis y diez tipos de vinos desde 160 coronas (unos seis euros) o tours libres de dos horas donde podrá catar todo lo que se le antoje de esta fabulosa cava desde 499 coronas (unos 19 euros).

Muy cerca, y también al sur de Brno está Mikulov. Una joya medieval rodeada de colinas y perfectamente conservada. Sobre una de estas atalayas está su famoso castillo renacentista desde donde se vigilaba la ruta comercial del ámbar. El castillo también cuenta con una importante bodega y es sede del museo regional.

Visitas obligadas son el histórico barrio judío, del que apenas se conserva nada, y el cementerio, uno de los más antiguos y grandes de Chequia, que incluye un memorial en homenaje a las víctimas del holocausto nazi. Termine la visita en alguno de los cafés y ambientadas terrazas de la plaza Mayor.

Guía de viaje

Cómo ir. Czech Airlines tiene vuelo directo diario desde Madrid a Praga por 141 euros. Al llegar a Praga lo mejor es tomar el tren, unas dos horas y media de trayecto, hasta Brno, como base para las excursiones.

Dónde dormir. Barceló Brno Palace. Un cuatro estrellas ubicado en un magnífico edificio palaciego y muy céntrico, con una muy buena atención. Desde 85 euros la noche.

Dónde comer. Pegas, típica taberna en el centro de Brno, famosa por su cerveza, que fabrican ellos mismos.

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