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El próximo jefe del Mecanismo Único de Supervisión tendrá muchos frentes

Daniele Nouy terminará su mandato a finales de año, y su adjunta, en febrero

Escultura del euro ante la sede del BCE, en Fráncfort (Alemania).
Escultura del euro ante la sede del BCE, en Fráncfort (Alemania).REUTERS

Ten cuidado con lo que deseas. Este podría ser el consejo para quienes compiten por sustituir a Daniele Nouy como supervisor bancario jefe del BCE cuando termine su mandato, a finales de año. Se ha convertido en uno de los trabajos más importantes en la eurozona: Nouy ha dado forma al organismo, creado tras la crisis, tomando medidas enérgicas contra la laxitud de la regulación y con firmeza ante los bancos quebrados.

No faltan candidatos. Alemania apoya a la vicegobernadora del Banco Central de Irlanda, Sharon Donnery; entre sus posibles rivales están Elisa Ferreira, vicegobernadora del Banco de Portugal, y tres italianos: Andrea Enria, presidente de la Autoridad Bancaria Europea, Ignazio Angeloni, otro de los principales supervisores bancarios del BCE, y Fabio Panetta, vicegobernador del Banco de Italia.

Quien acabe haciéndose cargo del Mecanismo Único de Supervisión tendrá la bandeja de entrada llena: aplicación de normas más estrictas sobre la clasificación de los préstamos incobrables, consolidación del control de los bancos sobre el blanqueo de dinero y presión para que se complete la unión bancaria.

La reducción de las barreras nacionales es una condición previa para cualquier consolidación transfronteriza a gran escala en el sector. Esta, a su vez, es una de las principales soluciones al problema más apremiante del supervisor a medio plazo: la falta crónica de rentabilidad de los prestamistas. Se espera que los bancos europeos obtengan una rentabilidad sobre fondos propios agregada de solo el 7,4% en 2019, según las proyecciones del BCE publicadas el año pasado. Suponiendo un coste de capital del 10%, eso significa que la mayoría de los bancos están destruyendo valor para sus accionistas con un crecimiento económico decente y las deudas incobrables en mínimo histórico. Esto, a su vez, limita la capacidad de los bancos para invertir en un mejor cumplimiento de las normas y en TIC.

Además, la adjunta de Nouy, Sabine Lautenschlaeger, se irá en febrero. Parece estar muy mal planificado, y significa que el sucesor de Nouy se enfrentará a una lucha en múltiples frentes.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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