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El Corte Inglés amortiza deuda y baja su necesidad de venta de bonos a 800 millones

El crédito puente inicial ascendió a 1.200 millones; la colocación será en el mes de octubre y de un plazo de cinco a siete años Las agencias darán una nota cercana pero inferior al grado de inversión

El rendimiento del bono emitido por El Corte Inglés

El conflicto en el seno de El Corte Inglés ha concluido. Las hermanas Marta y Cristina Álvarez ganan; su primo y anterior presidente, Dimas Gimeno, pierde tras dejar el consejo. Ahora, el gigante de la distribución se ha puesto como gran misión hacer los deberes y seguir poniendo orden en su balance.

El requerimiento de los bancos acreedores de finiquitar el préstamo puente por un año y 1.200 millones de euros que se incluyó en la refinanciación firmada el pasado enero por 3.650 millones está a punto de producirse, una vez que las tensiones en la firma se han aplacado. En principio, estaba previsto que esta deuda se sustituyera en junio por una emisión de bonos sénior, pero la inestabilidad en el consejo hizo aplazar la emisión, como publicó CincoDías el pasado 8 de mayo.

Pero, entretanto, el grupo no ha perdido el tiempo y se ha empleado a fondo en un plan para reducir su pasivo con ventas de determinados inmuebles no estratégicos. También ha usado la generación de caja para reducir ese préstamo puente desde los 1.200 millones de euros originales hasta el entorno de los 800 millones. La reducción ha sido de más del 33% en siete meses. Alrededor de ese importe será el que finalmente se venda en forma de bonos, que tendrán un vencimiento entre cinco y siete años, según fuentes financieras.

Una portavoz de El Corte Inglés ha declinado hacer comentarios sobre esta información.

Las cuentas del primer semestre sorprenden a las agencias

Al alza. El Corte Inglés finalizará los seis primeros meses de su ejercicio fiscal el próximo viernes 31 de agosto. Fuentes financieras señalan que los datos revelarán unas cifras muy positivas, mejores a las presentadas el pasado ejercicio, concluido el 28 de febrero, cuando elevó su cifra de negocios un 2,8%, hasta los 15.935 millones de euros. El beneficio bruto de explotación (ebitda) fue de 1.054 millones, un 7,4% superior, mientras que el beneficio neto creció un 25%, hasta los 202 millones.

Refinanciación. A finales del pasado enero, la compañía zanjó su financiación para los próximos cinco años con un préstamo de 1.450 millones de euros y una línea de crédito por 1.000 millones. Quedó en el aire un crédito puente por 1.200 millones La sustitución de este préstamo por un bono permitirá reforzar la estructura de financiación del grupo de cara al medio y largo plazo. El crédito puente, ya disminuido hasta el entorno de los 800 millones de euros gracias a las reiteradas amortizaciones, es por un año, ampliable a dos, aunque será pasados los primeros 12 meses cuando comenzará a subir de coste. No habrá que esperar a tanto. La emisión de bonos es inminente, salvo que ocurra una hecatombe en el mercado.

Las agencias de rating a las que el gigante de la distribución ha solicitado notas son Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s (S&P), que darán a conocer su veredicto antes de que arranque la colocación. Está previsto que los resultados lleguen a lo largo de septiembre y que la colocación se efectúe entre inversores institucionales en el mes de octubre.

Fuentes conocedoras de las negociaciones con las agencias de rating señalan que la recepción ha sido muy positiva y que se espera que la nota, si bien no llegará al grado de inversión, se sitúe entre un escalón y dos por debajo de ese venerado umbral: BBB– en Fitch y S&P, y Baa3 en Moody’s. Así, para las dos primeras agencias, la mejor nota para el grupo de distribución sería de BB+ y para la tercera, de Ba1.

El Corte Inglés, con los resultados de los exámenes encima del tapete, decidirá si usa las tres evaluaciones o solo las más favorables.

Los bonos serán, salvo sorpresa de última hora, sénior. Es decir, contarán exclusivamente con la garantía de la propia compañía, sin ningún aval adicional. Aunque en el test al que El Corte Inglés ha sido sometido por las agencias se ha tenido muy en cuenta el gran patrimonio inmobiliario del grupo, libre de cargas tras la refinanciación acordada a inicios de año. Cierto es que la deuda financiera neta, que ascendía a 3.757 millones a cierre de su ejercicio fiscal, entre el ebitda (1.054 millones) arroja una ratio de casi 3,6 veces. Un indicador aún demasiado alto para obtener el grado de inversión.

El interés de la actual deuda cotizada del grupo ofrece una rentabilidad inferior al 2,4%

“La cartera inmobiliaria del grupo está valorada (de acuerdo con criterios conservadores) en 16.875 millones de euros”, según un documento de la compañía. Tinsa realizó esa tasación en 2015, aunque es cierto que no se han descontado las últimas desinversiones.

El grupo de bancos que dirigirá la emisión de bonos está formado por Goldman Sachs, Bank of America Merrill Lynch y Santander, a los que se suman en un segundo nivel CaixaBank, Bankia, Sabadell, BBVA, Société Générale, Credit Agricole, Credit Suisse, BNP Paribas, Deutsche Bank y Unicredit.

Los fondos captados en la refinanciación de enero furon destinados a reemplazar el crédito sindicado de noviembre de 2013 y a “reordenar el programa de pagarés”, que a cierre de su ejercicio fiscal, el 28 de febrero de 2018, ascendía a unos 1.250 millones.

Los propietarios de esos pagarés –una parte de los más de 90.000 trabajadores de la empresa y también exempleados, jubilados y herederos – han tenido la oportunidad de reinvertir el importe, tras su amortización a medida que han ido venciendo, en productos financieros comercializados a través de su filial Seguros El Corte Inglés. Desde el pasado 22 de abril no se ha renovado ninguno de esos pagarés. Su eliminación ha sido una exigencia de los bancos, con la vista puesta en la profesionalización de la compañía, que podría desembocar en su salida a Bolsa en el futuro.

Actuales emisiones

El grupo realizó en enero de 2015 a través de Hipercor emisiones de bonos por 600 millones de euros que vencen en 2022 y pagan un cupón anual del 3,875% (véase gráfico). En medio del ruido provocado por el conflicto entre Dimas y sus primas, el interés se disparó en julio hasta rozar el 2,7%, desde el 2,1% de abril, pero ahora ofrecen un rendimiento –que se mueve de forma inversa al precio– de menos del 2,4%. Estos bonos no cuentan con calificación.

La empresa que preside Jesús Nuño de la Rosa dispone de un programa de pagarés en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), de BME, por hasta 500 millones y vencimientos de tres días a dos años. Actualmente tiene poco más de 400 millones de euros de estos instrumentos en circulación. Así, El Corte Inglés cuenta con un colchón a través de esta financiación ultrabarata de cerca de 100 millones.

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