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Saracho: “Banco Popular engañaba, era un desastre, una caca”

"Si alguien es un campeón del mundo en bajar la acción es Ángel Ron. La acción valía cerca de 0 con él" Reconoce que no le concedieron más liquidez porque los colaterales no eran buenos

El expresidente del Banco Popular Emilio Saracho durante su comparecencia ante la Comisión del Congreso que investiga la crisis financiera y el rescate bancario.
El expresidente del Banco Popular Emilio Saracho durante su comparecencia ante la Comisión del Congreso que investiga la crisis financiera y el rescate bancario.Pablo Monge

El que fuera el último presidente de Banco Popular desde el 20 de febrero hasta su resolución el 7 de junio de 2017, fue ayer tan crítico como su antecesor en el cargo, Ángel Ron. Aunque a diferencia de este, el que también fue vicepresidente de JPMorgan, decidió hacer en un primera aparición pública desde la liquidación de Popular, un discurso más centrado en su gestión y en primera persona, aunque ha sido tan o más crítico que Ron, y más irónico.

Como si fuera un careo ante un juez, tanto Ron como Saracho no pararon de hacerse reproches sobre su gestión y de pasarse la patata caliente sobre quien fue el culpable de la caída de Popular.

Saracho aseguró en la comisión de la crisis financiera en el Congreso en la que se incluye la caída de Popular, que la entidad estaba ya enferma una década antes de su llegada. Pese a ello, decidió asumir su presidencia, que duró solo 108 días antes de su intervención, “por responsabilidad”, pese a que inicialmente se negó a aceptar el cargo.

Explicó en una exposición que parecía sincera y que recibió el agradecimiento de los portavoces de los diferentes grupos políticos, que Popular “engañaba”, era “un desastre”, “una caca”, y “con un valor muy cercano a cero, pero no valía cero sus acciones”.

El banquero afirmó, de hecho, que la entidad podía haber muerto el 2 de abril de 2017 si se hubiesen reformulado las cuentas de 2016, en vez de optar por su reexpresión. La razón es que la primera opción hubiera supuesto incumplir una serie de ratios que activaban los bonos convertibles (cocos) y a su vez hacía que se incumpliera el ratio regulatorio de solvencia, lo que hubiera supuesto el fin del banco. Razón por la que se decidió su reexpresión. Reiteró que le avisaron sobre los riesgos de realizar ajustes de contabilidad del ejercicio que se acababa de cerrar.

Saracho llegó a definir a Popular como “una caca”. Afirmó que cuando llegó a Popular se encontró que el “banco era una bomba”, porque no sabían cómo estaban los activos, ni cuantas provisiones necesitaba. Popular vivió “una década por prestidigitación”, argumentó.

El banquero antes de aceptar la presidencia de Popular, acusó a Ron de haber dejado caer la acción del banco casi al 0%. “Si alguien es el campeón del mundo de bajar la acción es Ángel. El valor del banco valía cerca de 0”, declaró en el Congreso. De ahí que la evolución de los títulos del banco en los 108 días en los que estuvo al frente de la entidad en ningún momento le quitaba el sueño porque sabía que “tendía a cero”, ya que Banco Popular era incapaz de dar una buena noticia.

Saracho, que aseguró nada más empezar su exposición en el Congreso “no voy a mentir” tras recordar las responsabilidades legales que ello lleva consigo, insistió en que el banco “era un desastre”. “Este es el banco que Ángel Ron describía como una maravilla; en las tripas era un desastre. Se trataba de un banco con una crisis abierta de todo tipo: de ratios, de acción, de ratings, de reputación mediática, de política de comunicación, etc”, reiteró.

Justificó la decisión del Banco de España y del BCE de no inyectarle liquidez extra en las últimas semanas antes de su caída. Ha explicado que la ELA (liquidez extrema para poder abrir la ventanilla del banco y seguir operando) no se concedió porque los colaterales que se habían presentado por 40.000 millones no eran válidos, y lo reconoció. “Antes entraba todo como colateral. Ahora no”, añadió, para a continuación explicar que este dinero que se da como liquidez “es de todos los españoles”, y el Banco de España tiene que responder por ellos.

Sobre la ampliación de capital llevada a cabo en 2016 por 2.500 millones, el banquero declaró que era “inmoral que Popular hiciera una aplicación por este dinero, cuando le faltaban 8.000 millones”. “Engañar es solo algo que trae problemas a todo el mundo”, recalcó. “Este banco estaba ya condenado, y yo no lo sabía”, en referencia a la aceptación del cargo de presidente en febrero de 2017. “Si un banco no sabe lo que tiene en activo no puedo circular. Es una bomba. Se puede llevar por delante, no solo a miles y miles de personas que han invertido, sino también a todos los que tienen sus ahorros”, recordó.

Pese a ello, Saracho comentó que “peleé a muerte para no empezar a hablar de resolución”, con las autoridades europeas, para admitir luego que no había forma de vender un banco cuyo valor era negativo “en el mundo de los vivos”. con la solución adoptada, dijo, pese a ser dolorosa evitó “un desastre bíblico”, en alusión a los 30.000 millones en depósitos que estarían en juego en caso de una liquidación.

De cualquier forma, Saracho considera que durante la etapa de Ron no se cometieron delitos, aunque sí errores de gestión. 

Ampliación de capital

 

Ocultación de datos. Emilio Saracho criticó que las cuentas del ejercicio 2016, en las que se basó el folleto para la puesta en marcha de la segunda ampliación de capital, se cambiaron provisiones de una partida a otra para cubrir las exigencias que los inspectores habían requerido a la entidad, incurriendo así en “trampas” y demostrando que hubo una “voluntad de ocultación”.

Venta de participadas. Saracho explicó que trabajaba para desprenderse de TotalBank, la filial en Estados Unidos, por 540 millones dólares, y WiZink, por 1.200 millones, con la idea de rebajar el capital que tenía que captar Popular de 5.500 millones a unos 4.000 millones. No se llegó a la ampliación de capital, a pesar de que el accionista mexicano estaba dispuesto a poner 1.000 millones, pero tampoco se vendió la entidad, se lamentó.

 

Reunión con el Gobierno. Desveló que se reunió con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a petición del ministro de Economía, Luis de Guindos.

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