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Macron fracasa en el primer asalto para reformar la zona euro

El presidente francés apenas logra avances y los planes se aplazan hasta final de año La debilidad de Merkel y la resistencia de los países más reacios frena la ofensiva de París

El presidente francés, Emmanuel Macron, en la rueda de prensa posterior a la cumbre europea (Jack Taylor/Getty Images)
El presidente francés, Emmanuel Macron, en la rueda de prensa posterior a la cumbre europea (Jack Taylor/Getty Images)

La buena estrella de Emmanuel Macron se ha eclipsado. Al menos, de momento. El presidente francés ha fracasado estrepitosamente durante la cumbre de la zona euro celebrada este viernes, en la que tenía previsto dar el primer gran impulso a su propuesta de fortalecimiento de la Unión Monetaria.

La cita se ha limitado a poner en marcha la reforma del fondo de rescate de la zona euro, para convertirlo en respaldo financiero del Fondo europeo de Resolución, y a encargar un calendario para la negociación sobre el Fondo común de garantía de Depósitos.

Los ambiciosos proyectos de París sobre un presupuesto de la zona euro, un seguro de paro europeo o un ministro de Finanzas, solo aparecen mencionadas de manera elíptica en referencia al acuerdo franco-alemán suscrito por Macron y la canciller alemana, Angela Merkel, el pasado 19 de junio en Meseberg.

La ofensiva de Macron se ha estrellado contra un muro de resistencia y de avatares que obliga al mandatario francés a aplazar sus planes de refundación del club al menos hasta final de año. Macron había logrado antes de la cumbre que Merkel aceptase a regañadientes algunas de sus propuestas. Pero el acuerdo entre París y Berlín provocó una reacción de los países reacios a cualquier atisbo de unión fiscal, encabezados por Holanda..

La propia alianza con Merkel se ha revelado contraproducente porque ha resucitado los temores a un diktat franco-alemán entre los socios más pequeños, incluso entre los proclives a mayor integración.

La crisis sobre la política migratoria también ha contribuido a desbaratar las intenciones iniciales de Macron. La primera jornada de la cumbre europea, este jueves, tuvo que dedicar más de ocho horas a intentar desactivar el conflicto sobre la gestión de la inmigración irregular.

El acuerdo, que no se alcanzó hasta las 4.30 de la madrugada, era imprescindible para salvar al Gobierno de Merkel, que corría el riesgo de perder el apoyo de sus aliados bávaros (CSU) si no regresaba a Berlín con un pacto europeo para cortar los flujos migratorios.

Merkel gastó gran parte de su capital político en la noche del jueves al viernes para lograr la comprensión y apoyo de su aliados europeos. El viernes, para la cita de la zona euro, la canciller no estaba en condiciones de dar otra batalla y, menos aún, una que no le resulta imprescindbile como es la de la reforma de la zona euro.

Los potenciales aliados de Macron, como el gobierno de Pedro Sánchez, también parecían más preocupados por evitar la caída de Merkel que en las reformas a largo plazo auspiciadas por París.

España, junto a la Grecia de Alexis Tsipras, aprovecharon la cumbre para anunciar un acuerdo con Berlín para aceptar la devolución de los demandantes de asilo que tengan derecho a tramitarlas en esos países. Sánchez aseguró que lo importante del acuerdo con Mekel "es el mensaje" porque se trata, dijo, "de reforzar el vínculo político entre ambos Gobierno". Sánchez y Tsipras se arriman a Merkel en el momento en que sus tradicionales aliados se apartan de un árbol en riesgo de caer.

Bocinazo a Theresa May por el caos del 'brexit'

La cumbre europea del viernes dedicó solo unos minutos a analizar la negociación para la salida del Reino Unido de la UE. Pero fue más que suficiente para dar un tremendo bocinazo a la primera ministra británica, Theresa May, a quien se acusa de haber perdido el control sobre el brexit y de acercarse al final del plazo (Bruselas quiere cerrar la negociación en octubre de este año) sin ninguna posición clara sobre los elementos más importantes (Irlanda, Gibraltar, futura relación comercial...)

"No quiero dar lecciones a Theresa May pero me gustaría que nuestros amigos británicos adoptaran posiciones claras", urgió el presidente de la Comisión Jean-Claude Juncker. "No podemos seguir con un Gobierno dividido", añadió el luxemburgués a la pugna dentro del equipo de May sobre el tipo de acuerdo final.

"Última llamada para poner las cartas sobre la mesa", sentenció también el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Los 27 gobiernos de la UE aprobaron unas conclusiones en las que expresa su "preocupación" por la falta de avances en la negociación.  Un texto que insta a "prepararse para todos los resultados posibles", incluida la ruptura sin acuerdo, a todas las administraciones nacionales, instituciones comunitarias, empresas y  cualquier parte potencialmente afectada. A nueve meses de la salida efectiva (29 de marzo de 2019) el tiempo apremia para May.

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