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El Corte Inglés negocia ir a Bolsa en dos años para poner fin al conflicto en su capital

El objetivo es que la disputa no llegue a contaminar la marcha del grupo La venta de las acciones de Gimeno a un 'private equity' es otra opción, pero más complicada

Dimas Gimenos, presidente no ejecutivo de El Corte Inglés, y Cristina Álvarez Guil.
Dimas Gimenos, presidente no ejecutivo de El Corte Inglés, y Cristina Álvarez Guil. Pablo Monge

El primer movimiento para pacificar el consejo de El Corte Inglés se dará en las próximas semanas. El cese de Dimas Gimeno como presidente no ejecutivo es el requisito indispensable de un movimiento que tiene como misión última llevar la estabilidad definitiva, o casi, al capital del grupo.

Aunque todavía está por ver cuándo se celebrará el consejo extraordinario para expulsarlo, está previsto que este tenga lugar en la primera mitad del próximo junio. Las hermanas Álvarez Guil se preparan así para hacer valer el 15,2% de capital en sus manos. Un porcentaje que sube al 22,2% si se computan todas las acciones de IASA, la sociedad a través de la que tienen esa participación y de la que controlan el 69%.

El segundo paso, si el primero se ejecuta sin mayores problemas, será proporcionar una salida a Dimas Gimeno, que controla el 7% junto a su madre María Antonia Álvarez y su tío César Álvarez. Es decir, que el todavía presidente del grupo pueda vender sus acciones al mejor precio posible.

Fuentes conocedoras de la situación aseguran que la fórmula más adecuada, y que el consejo de El Corte Inglés tiene encima del tapete, es una futura salida a Bolsa. No sería ni mucho menos inminente, ni tampoco sería una maniobra de Dimas Gimeno para aferrarse al puesto. “Un debut en Bolsa como una huida hacia adelante es inviable, además de un suicidio económico”, añade otra fuente.

En cambio, un pacto para ir al mercado es una eventual solución para dar liquidez a todos los accionistas. Fuentes conocedoras de la situación del grupo añaden que se pactaría su ejecución en un tiempo prudencial, en unos dos años. Un plazo necesario para terminar de poner orden en las cuentas, en el balance y en el gobierno corporativo.

El grupo estudia con la banca el estreno en Bolsa como una fórmula para dar liquidez a sus accionistas, incluido Gimeno

Los acreedores que lideraron la refinanciación pactada en enero, Santander, Bank of America Merrill Lynch y Goldman Sachs, son partidarios de la solución de salir a Bolsa.

El gran objetivo es no haya ningún riesgo, ni para los prestamistas ni tampoco para los accionistas. Esas tres entidades financieras, junto a otras 10, firmaron un préstamo por 3.650 millones de euros. Ese contrato cuenta con tres tramos. Uno por 1.450 millones de euros a cinco años; una línea de crédito por 1.000 al mismo plazo, y un préstamo puente de 1.200 millones por 12 meses ampliables a 24.

También son acreedores CaixaBank, Bankia, Sabadell, BBVA, Société Générale, Crédit Agricole, Credit Suisse, BNP Paribas, Deutsche Bank y Unicredit. Un ejército de bancos que trabaja para El Corte Inglés y que quiere obtener la rentabilidad esperada por el dinero prestado y que no desea que las disputas en el capital contaminen la buena marcha operativa del líder de la distribución en España.

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Eso sí, en la Bolsa son exclusivamente los inversores quienes ponen el precio Y no uno ni dos, sino cientos: lo fondos son los que tienen que llenar el libro de órdenes. Y los grandes grupos de almacenes cotizados han sufrido en Bolsa en los últimos dos años.

El inversor catarí Hamad Bin Jassim Al Thani entró en julio de 2015 con un préstamo de 1.000 millones de euros convertible, este mismo verano, en un 12,5% del capital, y ampliable hasta el 15% si no se cumplían determinados objetivos, según fuentes conocedoras del pacto. Y precisamente desde hace casi dos años sus colegas del sector han sufrido lo indecible en Bolsa.

El grupo británico Marks and Spencer cae un 50% desde julio de 2015. Entonces valía unos 540 y ahora, menos de 300. Esta compañía ingresó 10.600 millones de libras (unos 12.100 millones de euros), en su ejercicio fiscal concluido el 1 de abril de 2017. Su beneficio operativo (ebit) ascendió a 253,2 millones de libras (alrededor de 290 millones de euros), de manera que su margen respecto a este último parámetro es del 2%. El Corte Inglés facturó 15.504,6 millones de euros en el ejercicio finalizado el 28 de febrero de 2017, con un beneficio operativo bruto (ebitda) ajustado de 1064,7 millones. El margen sobre el ebitda roza el 7%.

Los cálculos de los bancos de inversión pasan por restar a la valoración con la que entró el inversor catarí, de unos 10.000 millones de euros, los alrededor de 4.000 millones de deuda neta de la empresa. Esto arroja una tasación de unos 6.000 millones de euros, que habría que ajustar conforme a otros parámetros. Así, su competidor británico capitaliza en Bolsa alrededor de 5.500 millones de euros.

La compañía no puede comprar  a través de autocartera la participación del todavía presidente de la empresa

La otra opción encima del tapete del consejo de El Corte Inglés, con más dificultades de ejecución, es la entrada de un fondo de capital riesgo (private equity, en la jerga). Sería el rescatador de Dimas Gimeno, al que compraría su participación. “El problema está en que no es sencillo que un inversor financiero entre en un accionariado como el de El Corte Inglés, a menos que exista una cláusula que garantice liquidez una vez pasado el tiempo. Y aquí volvemos al punto de partida de la salida a Bolsa”, señala una persona conocedora de las entrañas del grupo de distribución.

La posibilidad de que la propia compañía adquiera las acciones de Gimeno y su familia está cerrada a cal y canto, según revelan fuentes financieras. Se podría buscar una solución intermedia, con la compra de una parte de ese paquete de títulos, pero no es lógico que suba el pasivo del grupo cuando la banca exige reducirlo.

La opción de que Al Thani adquiera el porcentaje en manos de Gimeno está fuera de cualquier escenario, según fuentes financieras. Y la posibilidad de que Dimas Gimeno se quede atrapado en el capital es el peor de los posibles. El ruido en torno al grupo no cesaría y entorpecería tanto su capacidad de financiación como su reputación. El Corte Inglés tiene que emitir bonos por 1.200 millones para amortizar el crédito puente por ese importe. La hoja de ruta inicial era que se hiciera en junio o julio, pero se aplazará a después del verano ante la tensión en el consejo.

Un consejo extraordinario sin fecha

 

El pasado 4 de mayo se realizó la solicitud de consejo extraordinario. A partir de ahí, hay que contar 30 días, de manera que la primera fecha límite es el 3 de junio. Entonces, si no lo ha convocado él, podrían ser convocado por los consejeros que lo solicitaron. Fuentes cercanas al grupo de grandes almacenes señalan que el escenario principal es que la reunión extraordinaria del consejo se celebre en la primera quincena de junio. Otras fuentes señalan que ese plazo es demasiado optimista y la ven para finales del próximo mes o inicios de julio.

Valoración en 2009. César Areces Fuentes, hijo de uno de los fundadores y propietario del 0,695%, vendió ese porcentaje, tras un acuerdo extrajudicial, por unos 50 millones al propio El Corte Inglés. Esa tasación valoró la compañía en casi 7.200 millones. De entrada, la empresa ofreció 35 millones por ese porcentaje, lo que arroja una valoración de 5.035 millones para el 100%.

 

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