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Bruselas lanza un nuevo presupuesto con un poco más de dinero pero con menos fondos

La propuesta de gasto se eleva más del 10% pero regiones y agricultores perderán más del 5% España corre el riesgo de convertirse en contribuyente neto por primera vez

El comisario europeo de Presupuestos, Günther Oettinger / AFP
El comisario europeo de Presupuestos, Günther Oettinger / AFP

Bruselas insiste en que son cuatro perras (apenas 80 céntimos al día por cada uno de los 500 millones de habitantes de la UE), pero el billón y pico de euros que supone el presupuesto comunitario para siete años (2021-2027) desatará a partir de este miércoles una trifulca de meses entre los socios europeos.

Los detalles de la propuesta serán presentados por el comisario europeo de Presupuestos, Günther Oettinger, tras la reunión de la Comisión Europea de este 2 de mayo. Pero los borradores ya anticipan que Bruselas quiere disponer de algo más dinero que hasta ahora, pero repartirlo de otra manera.

¿Cuánto dinero?

El período presupuestario actual (2014-2020) prevé un gasto total de un billón de euros, a razón de y unos 143.000 millones de euros al año, cifras que no llegan al 1% del Producto Interior Bruto (PIB) de la UE. La normativa actual permite elevar el techo de gasto hasta el 1,2%. Y el Parlamento Europeo reclama que se eleve ese techo hasta el 1,3%. Pero los Estados miembros no están dispuestos a apurar ese límite por lo que la nueva propuesta de la Comisión se quedará ligeramente por debajo, en torno al 1,18% (alrededor de 1,1 billones de euros o unos 153.000 millones al año).

El aumento parece espectacular, casi del 18% en relación con el PIB. Pero el salto tiene parte de truco porque tras la salida de Reino Unido del club se reducirá el PIB comunitario y el mero mantenimiento del gasto actual ya equivaldría al 1,13%.

¿Quién pondrá la diferencia?

Los principales socios, Alemania y Francia, ya han indicado que están dispuestos a aumentar su aportación para mantener tras el brexit (29 de marzo de 2019) la misma ambición presupuestaria que actualmente, pero todavía no han concretado cifras. La inevitable derrama será una de las broncas en la negociación que ahora se inicia.

¿Qué agujero deja el brexit?

Reino Unido es uno de los principales contribuyentes netos y su salida dejará un agujero de entre 12.000 y 13.000 millones de euros al año, según el departamento de Oettinger.

¿Cómo se cubrirá?

Oettinger quiere que la mitad del agujero del brexit se cubra con recortes en las partidas presupuestarias y la otra mitad, con dinero fresco.

¿En qué se recortará?

El 70% del presupuesto comunitario se destina a la Política Agrícola Común (PAC) y a los fondos estructurales, así que, inevitablemente, esas serán las dos partidas que sufrirán los recortes. Bruselas plantea un tijeretazo en cada una de ellas de entre el 5% y el 10%, aunque fuentes comunitarias apuntan que se quedará en la parte baja de esa horquilla. "Vamos hacia una evolución del presupuesto, no a un vuelco total", pronostican esas fuentes. Oettinger se conforma con que la PAC pase de suponer el 35% del presupuesto al 30%, lo que supondría un recorte de unos 25.000 millones de euros de los 400.000 millones asignados ahora a la agricultura.

¿Aun así, no es mucho dinero para la agricultura?

Da esa impresión. Pero debe tenerse en cuenta que la agrícola es la única política financiada casi exclusivamente a nivel comunitario y que, a diferencia de otros sectores, los Estados miembros apenas completan los fondos comunitarios con subsidios nacionales. Casi todo el dinero debe salir del presupuesto de la UE, mientras que los sectores industriales pueden beneficiarse de subsidios o ayudas a la innovación procedentes de Bruselas y de los presupuestos nacionales. Aun así, la PAC ha pasado de ser el 70% del presupuesto comunitario en 1985 al 33% estimado en 2020.

¿Se mantendrán los fondos estructurales?

Sí, los fondos (370.000 millones de euros en la actualidad) seguirán siendo, junto a la PAC, el otro pilar esencial del presupuesto comunitario. Pero la Comisión también los recortará y quiere modificar su gestión para que no sean solo subsidios a fondo perdido sino avales con efecto multiplicador de la inversión, como ha ocurrido con el llamado plan Juncker, que aspira a movilizar 315.000 millones de euros en inversión pública y privada en tres años.

¿Perderá fondos España?

Es muy probable, porque España es el segundo país perceptor de la política agrícola (por detrás de Francia) y el tercero, en fondos estructurales (precedido por Polonia e Italia) y ambas partidas son las que van a sufrir mayores recortes. En agricultura, España ya perdió 2.000 millones en el período actual y se quedó con una asignación de 45.000 millones. En estructurales, cuenta con 39.800 millones de euros, frente a los 26.600 millones del septenio anterior (2007-2013).

Bruselas calcula que un recorte cercano al 9% dejaría a casi todas las regiones españolas sin fondos, aunque ese escenario no parece probable. Además, Bruselas va a aumentar partidas como las de Migración, Defensa, Seguridad, Educación, Juventud e Innovación, y en casi todas ellas España parece en buena posición para captar fondos que, en principio, no estarán del todo preasignados por país.

¿Pasará España a ser contribuyente neto?

Cabe esa posibilidad, aunque hay factores que podrían hacer que siguiera recibiendo más fondos de los que aporta. Por un lado, el PIB per cápita nacional (en paridad de poder adquisitivo) ha caído durante la crisis (92% en 2016) por debajo del 100% de la media comunitaria, cuatro comunidades autónomas (Andalucía, Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura) y Ceuta y Melilla no rebasan el 75% (umbral que da derecho a más ayudas) y otras nueve (Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Galicia, La Rioja, Murcia y Comunidad Valenciana) se encuentran por debajo del 100% (que permite ayudas de transición).

Por otro lado, España crece desde 2014 a buen ritmo y por encima de la media de la zona euro, lo que propicia la convergencia. Y la salida de Reino Unido rebajará la media comunitaria de renta, por lo que España subirá relativamente.

Fuentes comunitarias apuntan que la posición de España puede decantarse a un lado u otro de la balanza durante el próximo período. En el actual, España ya rozó la contribución neta en 2014 con un saldo positivo de solo 330 milones y en 2016, con 410 millones. Pero esos baches fueron coyunturales y atribuibles a la escasa absorción de fondos comunitarios en esos dos ejercicios.

¿Cuándo se pactarán los presupuestos?

La Comisión actual, presidida por Jean-Claude Juncker, quiere que se pacten antes de las elecciones europeas de junio de 2019. En concreto, en la cumbre europea de mayo de ese año en Sibiu (Rumania) como señal de fortaleza del club tras la consumación del brexit. La experiencia indica, sin embargo, que la negociación puede prolongarse hasta el último minuto, es decir, diciembre de 2020. Así ocurrió, al menos, con el marco vigente, aprobado en diciembre de 2013, dos años y medio después de la primera propuesta de la CE... y un mes antes de que entrase en vigor.

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