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Ibiza en primavera: la calma que precede a la tempestad

Placeres de la isla blanca fuera de ruta y fuera de temporada Calas desiertas, trazos hippies y productos payeses entre lujo y relax

Es Vedrà fue considerado como un punto de espiritualidad por el movimiento hippie en los sesenta.
Es Vedrà fue considerado como un punto de espiritualidad por el movimiento hippie en los sesenta.Javier Martínez Mansilla (Cinco Días)

El sol aprieta pero no abrasa; huele a pino y a Mediterráneo en una cala desierta donde las olas se mecen con suavidad acariciando la orilla. Y lo mejor de todo: no se ve ni un alma. Huimos de la electrónica y el house, de las manadas de turistas y el calor sofocante para entregarnos a los placeres de Ibiza en primavera.

Ahora es el momento de saborear la isla blanca al estilo payés y con espíritu hippie: sin horarios, solo pendientes del atardecer y de hallar sus mejores frutos. Es hora de conformarnos con poco o de pedir mucho, según se miré, de perdernos en la naturaleza y en la calma antes de la tempestad estival. Aquí vienen unas pistas.

ME gusta

Nos despertamos en la cama tamaño king size en una suite con vistas a la bahía del ME Ibiza, en Santa Eulària. Empezamos bien. El estilo minimalista del hotel, de líneas suaves, pinceladas de arte contemporáneo y juego de luces, invita al sosiego y a la vez despierta los sentidos.

Radio ME Rooftop Bar del hotel ME Ibiza.
Radio ME Rooftop Bar del hotel ME Ibiza.ME by Meliá

Si queremos una iluminación más relax o más sexy, la cambiamos; si queremos otra música, también; y si no sabemos qué hacer, recurrimos al aura manager, que nos hará el mejor plan personalizado en la isla.

Después de un chapuzón en la infinity pool de la terraza del hotel, asistimos a la famosa clase de Antigravity Yoga de Sonia Pittet, la instructora. Colgados boca a bajo por unas telas y cambiando de postura nos damos cuenta de que no estamos para el Circo del Sol, pero nuestra mente y cuerpo están en la gloria.

Sant Miquel de Balansat

Rumbo norte nos detenemos en Sant Miquel de Balansat. En lo alto de la colina Puig de Missa, rodeada por un bosque de pinos, un conjunto de casitas blancas hacen de antesala a la capilla de Sant Miquel. En una de ellas encontramos la joyería de Natasha Collis, una inglesa que encontró hace nueve años la inspiración en la isla.

Justo al lado, Can Xicú es uno de los locales con más solera de Ibiza, con 130 años de historia. Tita Planells regenta este bar, en su día oficina de correos y estanco, que aún conserva íntegra su estética. En la terraza nos sentamos con un quinto de cerveza en la mano para escuchar las historias de Tita sobre el lugar mientras su hija de cabello dorado patina por las cuestas de la colina.

Cala de pescadores

Cerca de Portinatx, en la punta septentrional de la isla, seguimos el camino a través del pinar que termina en el acantilado. Desde aquí contemplamos la Cala d’en Serra, recogida en una ensenada entre escollos y antiguos varaderos de pesca. Con cuidado, descendemos hasta esta pequeña playa, de arena fina, aguas claras y alejada de turistas, especialmente en esta época del año.

El lugar invita a la paz, a la contemplación, a deleitarse con el cosquilleo del sol o a darse un baño en las aguas azul turquesa y bucear entre sus arrecifes.

‘Eco mercat’

Entre San Antonio y Santa Gertrudis se celebra cada sábado el Mercat de Forada (de 10.00 a 16.00 h). Este mercadillo convierte un pueblo casi desolado en un punto vital, donde se dan cita los locales en busca del mejor producto isleño y ambiente distendido.

Cosmética orgánica, conserva de higo, pastel de zanahoria, mermelada de naranja amarga o galletas de ghee (derivado de la mantequilla). Todo autóctono, todo muy sano. A la sombra, nos acomodamos para disfrutar de nuestro almuerzo eco a base de paella vegetariana de Chusa y Gaspar y tarta de la Calabaza Ambulante de postre. Siempre al ritmo de la salsa cubana del DJ.

Un atardecer de manual

Puede sonar ya un poco tópico, pero un atardecer en Ibiza deja sin palabras hasta al más resabiado. A medida que cae el sol, la gente se concentra en los lugares más emblemáticos de la isla que, por suerte, en primavera están vacíos, a nuestra merced.

Puesta de sol en Benirrás.
Puesta de sol en Benirrás.Javier Martínez Mansilla (Cinco Días)

Desde el extremo suroeste de la isla se contempla el islote de Es Vedrà, envuelto por leyendas y un magnetismo que se apodera de todo aquel que se acerca hasta lo alto del acantilado para presenciar el ocaso. La mítica playa de Benirrás se convierte también en un santuario al atardecer cuyos devotos adoran al son del yembé.

Podemos apostar por una cena sofisticada en el restaurante La Torre, junto a la costa escarpada de Cap Negret, y esperar a que Lorenzo se oculte tras la isla Conejera tiñendo de rojo el cielo ibicenco.

Guía de viaje

Dónde dormir. El hotel ME by Meliá Ibiza (desde 310 euros) es un cinco estrellas de ambiente juvenil y estética minimalista. Cuenta con 29 suites, dos restaurantes (Radio ME y el Salt and Sea) y piscinas con camas balinesas. Abre sus puertas el 27 de abril.

Dónde comer. Sluiz, además de una estrafalaria tienda de decoración, es un original bar y restaurante que cambia de menú con cada estación, al igual que varía el diseño de todo el establecimiento.

Dónde comprar. No se puede dejar la isla sin uno de los bolsos de la marca World Family Ibiza. Su creadora, Merel, y toda su familia ya son un símbolo hippie aquí.

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