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Aqaba, donde el desierto se convierte en mar

El Mar Rojo jordano es un paraíso para los buceadores Los arrecifes de coral nacen a pocos metros de la orilla

Iglesia románica del siglo III, una de las más antiguas del mundo, en Aqaba (Jordania).
Iglesia románica del siglo III, una de las más antiguas del mundo, en Aqaba (Jordania).

A lo largo de su historia, la ciudad jordana de Aqaba, en las orillas del Mar Rojo, ha destacado por la relevancia de su puerto, un punto estratégico como centro de las rutas terrestres y marítimas que unían la Península de Arabia, el Lejano Oriente, África y Europa.

El rey Salomón lo utilizó hace tres milenios para comerciar con el mítico Reino de Saba, ubicado en los actuales Yemen o Etiopía, y al parecer fue base de la ruta hacia las minas de oro de Ofir, una misteriosa región mencionada en la Biblia, famosa por su riqueza y objeto de todo tipo de especulaciones sobre su enclave (Sudán, Arabia…), aunque también podría tratarse simplemente de una leyenda…

Y, mucho más recientemente, Aqaba protagonizó una de las conquistas de Thomas Edward Lawrence (el legendario Lawrence de Arabia), puerto estratégico de los otomanos en la Primera Guerra Mundial.

Poco queda de aquella ciudad milenaria, pero es uno de esos lugares donde se percibe el peso de su historia: como muestra de ello aquí se encuentra la que se cree es la iglesia románica más antigua del mundo, del siglo III, es decir, anterior a la del Santo Sepulcro de Jerusalén y la de la Natividad de Belén (ambas del siglo IV), descubierta recientemente en el puerto.

Hoy Aqaba sigue siendo una floreciente ciudad portuaria. Es la única salida al mar de Jordania, una salida que no es más que un trozo de costa de apenas 24 kilómetros que el trazado de fronteras tras la Segunda Guerra Mundial concedió al reino hachemita para que tuviera un puerto en el Mar Rojo.

No hay grandes playas. Prácticamente la mitad de la costa la ocupan las instalaciones portuarias, básicas para la economía del país. Sin embargo, la ciudad está rodeada quizás de las montañas más bonitas de Oriente Medio. Los atardeceres son evocadores, casi bíblicos, en este paisaje desértico y milenario.

La ciudad se ha convertido en un centro al que acuden buceadores atraídos por sus excelentes fondos marinos y aguas cristalinas. No en vano su mayor atractivo es el propio Mar Rojo donde se puede disfrutar de una de las mejores experiencias de buceo del mundo. El arrecife nace, literalmente, en el borde del agua y se pierde en un desfiladero submarino a pocos metros de la orilla.

Fondo marino en Aqaba, Jordania.
Fondo marino en Aqaba, Jordania.

Y es que la particular orografía de la costa permite encontrarse a cincuenta metros de profundidad a tan solo cien metros de la costa. Por eso, practicar buceo en Aqaba, además de ser una experiencia inolvidable, es muy sencillo, también para los novatos.

El clima suave y las corrientes marinas han creado un hábitat perfecto para el crecimiento de los corales y de una variada fauna marina, como tortugas de mar, delfines o peces multicolores.

Los amantes del snorkel podrán sumergirse en el llamado jardín japonés, un arrecife coralino que posee una flora y fauna sorprendentes y a poca profundidad. Sus aguas están pobladas por tortugas carey y formaciones de barracudas. Este es uno de los puntos de inmersión más conocidos en Aqaba.

El Ras al Yamanya es un entorno perfecto para el entrenamiento, con una profundidad de cinco metros y un fondo de arena plana. Aquí los recién iniciados en el deporte del buceo lo podrán practicar con total seguridad.

Para los más experimentados, su lugar es el Coral del Jardín. Para llegar a este paraíso marino es necesario coger un barco ya que hay fuertes corrientes y la zona de corales se extiende lejos, hacia el sur. Es un escenario ideal para los amantes de la fotografía.

El Cedar Pride, un barco hundido en 1985, ofrece una experiencia única para todos aquellos que quieran explorar su interior.

Para quienes no sean aficionados a este deporte pero que no quieran perderse las maravillas que esconden estos fondos marinos, existe la posibilidad de coger un barco acristalado o embarcarse en un submarino.

Aqaba dispone de más de 30 puntos de inmersión y tiene varios centros de buceo que ofrecen alquiler de equipos en buenas condiciones, instructores profesionales y traslado en barco hasta los lugares de inmersión.

Atardecer en el Mar Rojo.
Atardecer en el Mar Rojo.

Sugerencias

Las ruinas de Ayla reflejan la antigüedad de Aqaba. Se trata de los restos de un puerto que existió hace siglos. Muy cerca, caminando se llega al fuerte, donde se encuentra el Museo de Antigüedades de Aqaba que alberga una valiosa colección de monedas, utensilios de cerámicas y lápidas islámicas del siglo VIII.

Aqaba tiene una larga lista de alojamientos de cuatro y cinco estrellas. El hotel Kempinski, con vistas panorámicas al mar, o el Mövenpick Resort Hotel son dos excelentes opciones.

El litoral jordano cuenta con una treintena de puntos de inmersión.

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