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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Con la reforma de las pensiones no es suficiente

No tendremos un sistema sólido de protección social si lo desvinculamos del mercado laboral

Pixabay

El Sistema Público de Pensiones constituye la política pública con mayor capacidad de redistribución y reducción de las desigualdades el 46%”. Así comienza el documento socialista que apuesta por preservar nuestro sistema de pensiones, nuestro sistema de protección social, pieza clave de nuestro desarrollo social, económico y político. Su poder redistributivo es un engranaje de garantías, tranquilidad y estabilidad de presente y futuro a cada uno de nosotros. Su máxima virtud es su transversalidad al afectar a mayores, adultos, jóvenes y niños.

El sistema de pensiones está en jaque. Y, no por casualidad, sino por intereses espurios, se responsabiliza de ello a la entrada de las cohortes del baby boom. La reforma de 2011 con acuerdo colectivo entre el gobierno socialista, sindicatos, asociaciones empresariales y la mayoría de grupos políticos se anticipaba a ello.

Solo dos años después, y sin dar tiempo a que la reforma de 2011 desplegara sus efectos, el Gobierno del PP aprobó la Ley 23/2013, con demoledoras medidas que avocan a pensiones de beneficencia. En 20 años, de seguir así, viviremos reducciones de un 30% a un 40% en las pensiones.

Además del medicamentazo, que convierte en inaccesibles los medicamentos para muchos pensionistas. Justo en el momento más delicado de su presente y futuro, el PP les deja al pie de los caballos. Una reforma que transita hacia pensiones privadas. El PP, unilateralmente, rompió el consenso del Pacto de Toledo y despreció el diálogo social, en el que se habían basado las reformas de Seguridad Social desde los noventa. Aquella reforma, que iba a llevar a la sostenibilidad del sistema, ahora se anuncia por la Ministra del mayor déficit de la historia: 2017 se cierra con 18.800 millones de euros. Un déficit que no es casual.

Para los socialistas, determinados a buscar soluciones, garantizar el sistema de protección social es garantizar un mercado laboral sólido, con salarios dignos, basado en un modelo económico productivo. Un triángulo, tres vértices: prestaciones sociales, trabajo digno y modelo productivo (innovación y conocimiento). No será fácil. Y no será suficiente con lo que genera el mercado laboral para resolver ese déficit y deberán entrar ingresos desde fuera como ocurre en Alemania o Francia, por ejemplo.

Hoy, el sistema de pensiones requiere de palancas de anclaje. No sólo por el incremento de pensionistas, sino porque la reforma laboral del PP del 2012 ha reducido la solidez de los ingresos derivados del mercado laboral. La devaluación salarial es un lastre para su sostenibilidad.

Nos equivocaremos si renunciamos a que el mercado laboral sea unos de los puntales de nuestro Estado del bienestar. Nos equivocaremos si olvidamos la recuperación del empleo digno y permitimos la cronificación de la precariedad. Eso de que “lo primero es un empleo y después un buen empleo” que dicen algunos –PP y C’s– es una farsa que se llama reforma laboral del 2012 del PP: una tasa inasumible de pobreza laboral, el excesivo índice de temporalidad, las bajas tasas de contratos indefinidos de los que un tercio son a tiempo parcial, una elevada tasa de paro juvenil y una deflación salarial del 25% en los nuevos empleos. Y una inaceptable brecha salarial entre hombres y mujeres del 25%.

No tendremos un sistema de protección social sólido y con prestaciones suficientes si lo desvinculamos del mercado laboral. Por ello, fortalecer la contributividad ha de ser una acción preferente. El primer reto por asumir es acabar con la precarización de los empleos, la depauperación de los ingresos, recuperando la senda de la consolidación y la sostenibilidad de las cuentas públicas. Y el primer paso deberá ser la derogación de la reforma laboral.

El segundo reto, urgente, es el cambio del actual modelo económico caduco y estéril por uno productivo. El acuerdo por la Ciencia y por la reindustrialización que planteamos da una oportunidad para el cambio.

Y todo ello es compatible con un sistema de pensiones sólido que, transitoriamente, y mientras el sistema lo necesite, acuda a la financiación complementaria.

La desafección hacia las instituciones es una realidad. Los socialistas entendemos que sólo la revertiremos si centramos nuestras relaciones sociales, económicas y políticas en el trinomio salarios dignos-modelo económico productivo-sistema de protección social sólido, en el que la solidaridad intergeneracional sea correa de transmisión. De ahí que la propuesta socialista se base sobre tres piedras angulares: el Pacto de Rentas, Modelo económico alternativo y Sistema de pensiones sólido.

Nuestra propuesta es una alternativa al callejón sin salida que supone el bloqueo del PP y C’s al mantener la reforma del 2013. Es urgente una apuesta decidida por una política de rentas. La recuperación del empleo digno para el trabajador y para el sistema debe contribuir en un 30% a sanear un déficit record de 18.800 millones de euros. Un déficit que lastra el propio sistema y dirige a los pensionistas a la pobreza de no rectificar la reforma del 2013.

El resto del desequilibrio se verá saneado con medidas desde la racionalización de los gastos como por un incremento de los ingresos. Los Presupuestos Generales del Estado deberán transferir a la Seguridad Social ingresos de forma paulatina y continuada, junto con la creación de figuras impositivas como impuestos extraordinarios a la banca y a las transacciones financieras. Ingresos que permitan el re-equilibrio del sistema de forma estable.

Las próximas recomendaciones del Pacto de Toledo han de ir acompañadas de medidas que permitan asegurar el equilibrio del sistema. Ese debe ser un principio rector del sistema de protección social y así generar confianza. Es inaceptable un déficit record con un crecimiento económico del 3,1%.

Los socialistas estamos poniendo en la agenda política una alternativa factible a ese bloqueo trazando el camino para una nueva oportunidad que sí forje un proyecto común, colectivo y sólido. ¿Será fácil? Por supuesto que no. Ahora bien, depende de todos que queramos apostar. Pensiones: ¿Apostamos? Los socialistas, sí.

Mercè Perea es Portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Comisión del Pacto de Toledo en el Congreso

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