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La renta fija sobrevive al mal diagnóstico

La deuda de los países se ha comportado peor que los bonos emitidos por las empresas

La subidas de los tipos de la Reserva Federal o la gradual retirada de estímulos por parte del Banco Central Europeo no eran buenos augurios para que la renta fija, el patito feo de la inversión en los últimos años, emprendiera la remontada. Sin embargo, los malos augurios no han afectado a todos los tipos de activos por igual y en 2017 la renta fija ha logrado salvar los muebles.

“No solo ha sido posible ofrecer valor este año en renta fija, sino que en muchos casos la rentabilidad obtenida ha superado las expectativas de los inversores”. Así de rotundo se manifiesta Felipe Lería, responsable en España de UBP. En su opinión, las claves han sido “y seguirán siendo, tres: un robusto crecimiento de la economía global, inflaciones bajas y controladas y unos bancos centrales todavía aplicando unas políticas monetarias acomodaticias”.

También es claro Gonzalo Ramírez Celaya, director de renta fija de Tressis, al admitir “que desde enero de este año solo hemos oído comentarios negativos en relación a las posibles subidas de tipos y a la burbuja en los bonos en Europa, pero sin embargo el comportamiento ha sido de los mejores en los últimos años”.

Ramírez Celaya resalta que todos los activos excepto algunos bonos soberanos han tenido buen comportamiento –“el bund alemán ha perdido este año un 1%. El bono español a 10 años, un 0,70%”–, pero hay otros bonos soberanos que han tenido un comportamiento espectacular, “el sobresaliente ha sido el bono portugués a 10 años con una rentabilidad por encima del 13%”.

Las políticas de tipos o la retirada de estímulos han afectado menos de lo previsto

Asimismo, Fernando Luque, director editorial de Morningstar, cree que finalmente 2017 no será un mal año. “Si nos centramos en los tres grandes segmentos de bonos de la zona euro, el más rentable es el high yield con una rentabilidad media para los fondos de inversión de esta categoría de 5,5% (a 11 de diciembre), seguido por la categoría de bonos corporativos de calidad (2,9%). Hasta los fondos de deuda pública están consiguiendo rentabilidades positivas este año, aunque muy bajas (apenas un 0,2%)”. No obstante, de cara a 2018, “lo normal sería esperar rentabilidades aún más bajas para los fondos de renta fija en euros. Incluso, lo más probable es que den rendimientos negativos”.

Marian Fernández, analista macro en Andbank, por su parte, achaca la buena marcha de la renta fija a “las bajas lecturas de inflación, por debajo de lo previsto, lo que ha llevado a que en los largos plazos, la duración, no haya sufrido como se esperaba, y, por otro lado, al apoyo continuado de los bancos centrales”. Además observa que cree que los inversores conservadores “no han estado fuera del activo, sino que dentro del mismo han ido incorporando segmentos de más riesgo: desde las subordinadas al [bonos] high yield”.

De hecho, Ignacio Díez, responsable de renta fija de Santalucía, destaca la rentabilidad de los activos de más riesgo, por ejemplo los cocos (bonos contingentes convertibles) “que han tenido un rendimiento similar a las acciones”.

Paul Brain, líder del equipo de renta fija de Newton, parte de BNY Mellon, observa que los mercados de renta fija han experimentado varios cambios desde la crisis crediticia de 2008, como “un aumento considerable de las emisiones de empresas no financieras, la inversión con tasas de rentabilidad negativas o el crecimiento de las operaciones que no implican a los creadores de mercado tradicionales.

El incremento de la deuda corporativa que se ha registrado, sobre todo, en los tres últimos años hace que el mercado resulte más vulnerable a cualquier deterioro del crecimiento económico y a un posible aumento de los impagos”.

Mark Holman, CEO de TwentyFour AM, ve probable que “2018 sea más desafiante que 2017 y los retornos menores, pero los sólidos fundamentales deberían significar que los inversores puedan afrontar el año con éxito con una combinación de gestión activa y enfoque diligente hacia el riesgo”.

Para Ana Gil, directora de inversiones del área de renta fija de M&G, la clave para conseguir rentabilidades positivas y proteger a los inversores dentro del universo de renta fija ha sido, sin duda, poder contar con estrategias de baja duración, que ofrezcan protección frente a posibles repuntes en tipos, así como estrategias globales y muy flexibles”.

“Los inversores se enfrentan a un gran muro de temores al ver su exposición a los bonos soberanos, y la pregunta que deben responder es si esta parte de su inversión le traerá dolor de cabeza en los próximos meses”, advierte Olivier Marciot, experto del equipo cross-assets solutions de la gestora Unigestion, quien cree que la inflación será el determinante clave para crear un buen escenario para los bonos soberanos en 2018, “ya que será el principal impulsor del ritmo de normalización monetaria de los bancos centrales”.

Las claves para 2018, un año de obstáculos

Robeco: oportunidades en deuda local emergente

Kommer van Trigt, gestor de cartera y responsable de renta fija global macro de Robeco, opina que la búsqueda del rendimiento en 2017 empujó a los inversores a categorías de renta fija con más riesgo y hacia la deuda local emergente.

Precisamente en este último activo ve oportunidades en 2018 ya que “los saldos por cuenta corriente de muchos países están en mejor forma que en 2013”. De todas formas, cree que “en caso de que la inflación repunte repentinamente es importante disminuir la sensibilidad de la cartera de bonos a los intereses para protegerse contra las pérdidas de capital debido a los aumentos de los tipos de interés”.

JP Morgan AM: diversificación para lograr retornos

El equipo de renta fija de la gestora cree que hay amplias oportunidades en los mercados de deuda global. No obstante, reconocen que “en 2018 va a ser un reto encontrarlas mientras los mercados digieren el cambio de los bancos centrales fuera de las políticas económicas ultraacomodaticias y cuando se camina hacia un incremento de los tipos de interés propio de mercados desarrollados”.

“Los gestores que puedan tomar un enfoque diversificado en la construcción de las carteras y gestionar dinámicamente a través de los distintos sectores y duraciones serán los mejor posicionados para obtener retornos en renta fija”, concluyen.

Legg Masson: la solidez de los emergentes

La mayor oportunidad para la renta fija se encuentra en los mercados emergentes”, asegura categórico Ken Leech, gestor del fondo de renta fija Legg Mason Western Asset Macro Opportunities Bond, con retornos del 12% en el año.

“Los inversores que busquen rendimiento podrán encontrarlo a raudales en los mercados emergentes donde, en comparación con los desarrollados, el crecimiento muestra mucha mayor solidez, mientras que el endeudamiento es muy inferior. Las tendencias demográficas son, en general, mucho más positivas, lo que se traduce en que el sector presenta las mejores oportunidades en cuanto a perfiles riesgo/remuneración”, afirma.

Deutsche AM España: el atractivo de los bonos ‘high yield’

Para Joaquín González-Llamazares, responsable de renta fija de Deutsche AM España, “dentro de un entorno de tipos anormalmente bajos, las oportunidades siguen residiendo en los bonos corporativos, mejor en dólares que euros, aun descontando los costes de cobertura” . Cita en particular los bonos high yield ya que “ofrecen el retorno más atractivo dentro de un entorno donde se esperan que las tasas de quebranto se mantengan contenidas y las políticas monetarias se sigan caracterizando por una normalización gradual de los tipos de interés”.

Para los bonos emergentes se espera un retorno similar dentro de un contexto de crecimiento económico y baja inflación.

BNY Mellon: los riesgos de la inflación

“Hasta ahora, las expectativas de inflación se han visto frenadas por diversos factores, como las nuevas tecnologías y el elevado exceso de capacidad. Sin embargo”, advierte Paul Brain, líder del equipo de renta fija de Newton, parte de BNY Mellon, “es posible que la inflación interna (provocada por las bajas tasas de desempleo) se acabe enraizando y resulte difícil erradicarla sin una recesión. “En un entorno como el actual, en el que los tipos de interés están aumentando y el IPC empieza a repuntar, puede resultar interesante invertir en títulos ligados a la inflación. El riesgo de duración podría contrarrestarse puntualmente con futuros sobre deuda gubernamental”, opina

Edmond Rothschild: subida de tipos de interés

Los tipos de interés, tanto a corto como a largo plazo, probablemente suban en 2018 por lo que “el próximo año promete ser más complicado que 2017, entre otras cosas por el cambio de tono de los bancos centrales. Se espera que el sucesor de Yellen siga el mismo curso que su antecesor. Sin embargo, la Fed puede ajustar gradualmente sus estímulos monetarios a la recuperación económica”, opina Eliezer Ben Zimra, gestor de asignación de activos y deuda soberana de Edmond de Rothschild Asset Management. De hecho, “todavía esperamos tres subidas de tipos el año que viene. En Europa, Mario Draghi puede anunciar el fin de la flexibilización cuantitativa a final del primer semestre”.

Janus Henderson I: ¿Fin del pesimismo?

“Corrieron ríos de tinta sobre las potenciales implicaciones negativas de la reducción del balance y de las subidas de los tipos de la Fed, así como de la retirada gradual de estímulos del BCE, y nada de esto ha afectado considerablemente al apetito de riesgo”, resume Ryan Myerberg, gestor de renta fija de Janus Henderson Investors. “2017 nos ha enseñado que la economía mundial se encuentra en una buena situación y casi todas las grandes economías desarrolladas y emergentes crecen al mismo tiempo, algo que no habíamos visto desde antes de la crisis financiera. Podría ser hora de reconsiderar algunas de las actitudes pesimistas que se habían afianzado desde 2008”.

Pictet AM: prudentes en crédito

Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, observa que los bonos tienden a comportarse peor al final del ciclo, “así que para 2018 convienen más las estrategias de rentabilidad absoluta. De hecho, estamos prudentes en crédito por excesiva valoración y baja calidad crediticia. En EE UU los diferenciales de rentabilidad a vencimiento en deuda empresarial respecto a la del Estado están cerca de mínimos y las rentabilidades a vencimiento pueden aumentar. Sin embargo, la deuda ligada a la inflación estadounidense tiene potencial”, y añade “que la deuda empresarial en euro es el activo más caro, mientras que la de emergentes sigue barata”.

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