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El Parlamento británico derrota a May en una votación crucial sobre el brexit

Miembros del partido conservador se unen a la oposición para obligar a que cualquier acuerdo con Bruselas se autorice con carácter previo

La primera ministra británica, Theresa May, abandona el número 10 de Downing Street para asistir a una sesión de control en el Parlamento británico, en Londres, Reino Unido, hoy, 13 de diciembre de 2017.
La primera ministra británica, Theresa May, abandona el número 10 de Downing Street para asistir a una sesión de control en el Parlamento británico, en Londres, Reino Unido, hoy, 13 de diciembre de 2017. FACUNDO ARRIZABALAGA (EFE)
CINCO DÍAS

"brexit" a una votación en el Parlamento.

Por 309 a favor y 305 en contra, la Cámara Baja británica aprobó una enmienda a la ley que guiará la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) que impide al Gobierno comenzar a implementar el pacto que firme con Bruselas sin el visto bueno del Parlamento.

El diputado conservador Dominic Grieve, antiguo fiscal general británico y defensor de la permanencia en la UE antes del referéndum de 2016, impulsó la propuesta que ha provocado la primera derrota parlamentaria de May como primera ministra.

El Gobierno ya se había comprometido a someter al escrutinio del Parlamento los términos de salida que acuerden Londres y Bruselas, pero había advertido que un eventual voto en contra no detendría en "brexit".

La oposición laborista calificó esa propuesta como una votación "simulada", mientras que Grieve y el resto de conservadores disidentes exigieron un compromiso por escrito de que el voto sería "significativo".  Sin ese aval legal, argumentaron, el Ejecutivo podría implementar medidas incluidas en el acuerdo con Bruselas a través de leyes secundarias, incluso si el Parlamento rechazara el acuerdo de forma global.

La derrota en la Cámara de los Comunes supone un golpe para la autoridad de May un día antes del inicio de la cumbre de la UE en la que los 27 socios comunitarios restantes deben decidir si dan su visto bueno para avanzar a una segunda fase de las negociaciones sobre el "brexit".

Desde el traspiés electoral de junio, la primera ministra necesita el apoyo parlamentario del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), un respaldo que le otorga una frágil ventaja de 13 diputados en los Comunes.

La jefa de Gobierno trató hoy de desactivar la rebelión de los conservadores durante la sesión parlamentaria de la mañana, en la que insistió en su compromiso de someter a votación en ambas cámaras (la de los Comunes y la de los Lores) el futuro acuerdo con Bruselas.

"Para ser claros, el acuerdo final estará listo antes de nuestra salida (de la UE) y los Honorables Miembros (del Parlamento) tendrán la oportunidad de votarlo", afirmó May.

La primera ministra advirtió sin embargo de que la enmienda de Grieve, que impide al Gobierno poner en marcha cualquier medida del acuerdo hasta que el Parlamento tramite por completo un proyecto de ley para dar su visto bueno, puede dificultar el proceso del "brexit".

"Eso podría significar que no somos capaces de acometer la salida ordenada y suave de la Unión Europea que esperamos que se produzca", alertó la primera ministra.

Las concesiones de May no lograron cambiar el sentido del voto de Grieve y el grupo de "tories" rebeldes, que se alinearon con el Partido Laborista, el Partido Liberaldemócrata y el Partido Nacionalista Escocés (SNP).

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