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La salida de Noruega del crudo, un toque de atención para la industria

El fondo soberano quiere desembarazarse de las reservas de petróleo para diversificar Está enviando un mensaje: hay que prepararse para un futuro de bajas emisiones

Una plataforma petrolífera en el oeste de Noruega.
Una plataforma petrolífera en el oeste de Noruega. Reuters

La planificada salida del petróleo de Noruega es una llamada de atención para la industria. El gestor del fondo soberano del país quiere desembarazarse de las reservas de petróleo y gas con el objetivo de diversificar. Tiene sentido dada la dependencia del Estado de los combustibles fósiles, pero además Noruega está enviando un mensaje más importante: hay que prepararse para un futuro de bajas emisiones de carbono.

El fondo está financiado por los ingresos del Gobierno provenientes del petróleo y el gas. Por ello, vender acciones relacionadas con el crudo y el gas, como recomienda el Banco de Noruega, es una manera inteligente de reducir la exposición del país nórdico a los precios del petróleo.

El banco central asegura que esta recomendación no refleja su visión sobre la rentabilidad de la industria. Sin embargo, sí apunta que los retornos de los valores del sector del crudo son mucho más bajos que los del mercado en general cuando el crudo cae. Si el parlamento aprueba la propuesta del Banco de Noruega, venderá 37.000 millones de dólares en acciones de petróleo y gas.

La preocupación por la sostenibilidad de la industria petrolera resuena cada vez más. Fondos de pensiones europeos, como AP4, han incorporado el cambio climático a sus estrategias de cartera y apuntan específicamente a inversiones con bajas emisiones de carbono.

La mayoría de los inversores institucionales de EE UU evitan hablar de desinversión, pero recientemente exhortaron a Exxon Mobil para que estudie los riesgos que plantea el cambio climático para su negocio. Estas tendencias ejercen presión sobre las grandes empresas de petróleo y gas para que adopten su modelo.

Con el crecimiento de las energías renovables, la consultora Wood Mackenzie argumenta que las grandes petroleras tendrían que gastar más de 350.000 millones de dólares en energía eólica y solar hasta 2035 para replicar la cuota de mercado del 12% que tienen en petróleo y gas. En los últimos 15 años, Exxon solo ha invertido 7.000 millones en activos de energías de bajas emisiones. Noruega indica que es hora de hacer más.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Natalia P. Otero, es responsabilidad de CincoDías.

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