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La CE someterá a control la inversión extranjera en sectores estratégicos

Juncker anuncia un sistema de vigilancia que afectará sobre todo al capital chino Se revisará la compra de infraestructuras y empresas de defensa, energía y tecnología

Jean-Claude Juncker, presidente de la CE
Jean-Claude Juncker, presidente de la CE

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha anunciado este miércoles la instauración de un sistema de "escrutinio" de las inversiones internacionales en Europa que someterá a una especial vigilancia la entrada de capital de extranjero en infraestructuras esenciales o en empresas relacionadas con los sectores de defensa, energía y tecnología.

"No somos unos cándidos defensores del libre comercio, Europa va a defender sus intereses estratégicos", ha señalado Juncker durante su discurso anual sobre el Estado de la Unión, pronunciado este miércoles ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo. Juncker ha señalado a puertos, aeropuertos, empresas de defensa, tecnología y energía, como las áreas en las que se someterá a un escrutinio especial la presencia de capital extracomunitario.

El nuevo marco nace impulsado por Alemania, Francia e Italia, que temen la transferencia de tecnología hacia empresas chinas o el dominio de empresas extracomunitarias en infraestructuras neurálgicas en transporte o energía. El presidente francés, Emmanuel Macron, dio de inmediato la bienvenida a la propuesta de Juncker a través de Twitter.

La iniciativa surgió tras el aumento de las inversiones chinas en la UE, que en 2016 alcanzaron los 35.000 millones de euros, un 77% más que en el ejercicio anterior. La presencia de capital chino en empresas con importante tecnología disparó las alarmas en Berlín y París, aunque Bruselas recuerda que la inversión china solo es el 2% de la inversión exterior en la UE.

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España se resistió en la última cumbre europea a la introducción de un mecanismo duro de escrutinio como el reclamado por Macron. La CE ha optado por una vía intermedia pero envía una clara señal política hacia China y otros países emergentes sobre la vigilancia especial a la que serán sometidas sus inversiones.

El proyecto de Reglamento aprobado este miércoles por la Comisión establece por primera vez normas a nivel europeo sobre los mecanismos nacionales de revisión de inversiones extranjeras y confiere al organismo comunitario la posibilidad de revisar numerosas inversiones.

Casi la mitad de los socios europeos (incluidos Alemania, Francia, Italia y España) disponen de mecanismos de revisión de las inversiones internacionales. Pero la falta de coordinación, según Bruselas, hace poco efectivos y predecibles esos sistemas.

El nuevo Reglamento, cuya aprobación se augura complicada, exigirá la notificación a Bruselas de los mecanismos de escrutinio; regulará la transparencia y calendario del mecanismo; y permitirá a la CE o a otros Estados miembros pronunciarse sobre los riesgos que puede suponer una inversión en cualquier país de la UE.

La última palabra la tendrá siempre el país de destino de la inversión. Pero la presión política de Bruselas o de otras capitales podría obligar al país en cuestión a frenar la inversión o disuadir al inversor.

La norma, además, otorga a la CE la posibilidad de pronunciarse sobre las inversiones relacionadas con proyectos o programas de la UE siempre que detecte un riesgo de seguridad pública. El listado incluye desde el sistema de satélites Galileo a los programas de investigación de Horizon y a las redes de interés europeo en transporte, energía y telecomunicaciones.

En todos esos casos, la CE podrá requerir a un Estado información sobre las inversiones que considere sensibles. Y Bruselas dispondrá de un plazo de 25 días para emitir un dictamen que el Estado deberá acatar o justificar adecuadamente su resistencia a cumplirlo.

El sistema europeo nace también inspirado en el Comité sobre Inversión Extranjera de EE. UU., que permite al presidente de ese país vetar la inversión extranjera en ciertos sectores. Entre 2008 y 2012, ese Comité ha revisado 538 operaciones, de las que 70 se abortaron durante el proceso. China es el principal país de origen de las inversiones escrutadas.

El modelo estadounidense se endureció en 2007 tras el revuelo por la venta de varios puertos a Dubai Ports World. Y la actividad del Comité aumenta año tras año. Entre 2012 y 2014 se notificaron 358 operaciones, 68 de ellas correspondientes a capital procedente de China.

La UE tiene uno de los regímenes de inversión más abiertos del mundo

Varios países de la UE (Alemania, Francia, Italia, Portugal...) también han endurecido los controles en los últimos años, aunque fuentes comunitarias reconocen que la aplicación de los controles ha sido “moderada”.

“La UE tiene uno de los regímenes de inversión más abiertos del mundo”, señala la CE en una Comunicación aprobada el miércoles. El documento subraya que la inversión extranjera en la UE ascendía en 2015 a 5,7 billones de euros frente a 5,1 billones en EE UU.

La inversión extranjera anual en la UE alcanzó en 2015 los 470.000 millones de euros, cifra que supera el máximo de 2007 previo a la crisis, según el documento de la CE.

El organismo comunitario recuerda que el capital extranjero solo controla el 0,4% de las empresas europeas. Pero admite que se concentra en grandes compañías, que suponen el 11% de la facturación comunitaria y el 6% del empleo de todo el continente.

La preocupación en algunos países también ha aumentado por el cambio en la procedencia del capital extranjero. EE UU ha pasado de ser el origen del 51,3% de la inversión internacional en Europa en 1995 al 41,4% en 2015, según la Comunicación de la CE. En el mismo período el capital japonés ha pasado de representar el 7,7% de la inversión extracomunitaria a menos de la mitad. En cambio, Rusia y China han pasado de representar el 0,2% y 0,3% a convertirse en el quinto y sexto inversor en la UE, respectivamente, con el 2% y el 2,2%.

Superministro de Economía
Juncker también anunció durante su discurso del Estado de la Unión su intención de presentar en diciembre una propuesta para fusionar los cargos de comisario europeo de Economía (Pierre Moscovici, en la actualidad) y de presidente del Eurogrupo (Jeroen Dijsselbloem). La nueva figura ejercería como una suerte de “superministro” de Economía, aunque sin poderes reales para vetar los Presupuestos nacionales como desearía Berlín.
El presidente de la CE también propone reconvertir el actual Mecanismo Europeo de Estabilidad o fondo de rescate en un Fondo Monetario Europeo, que gestionaría los rescates de países en dificultades sin necesidad del FMI, organismo que se encuentra en proceso de salida de la troika.
El discurso sobre el Estado de la Unión de Juncker también intenta zanjar el debate sobre la Europa de dos velocidades, alentado por él mismo con su Libro blanco del pasado mes de febrero e impulsado con entusiasmo por Berlín, París, Roma y Madrid. Juncker, con su sarcasmo habitual, se desmarcó este miércoles de los escenarios que planteó hace seis meses y se decantó por uno nuevo, consistente en una Europa de una sola velocidad en la que todos los países avancen a ritmo similar dentro de la UE, la zona euro y Schengen. Un gesto de buena voluntad hacia los países de Europa Central y del Este, que temían quedarse atrás, pero que parece incompatible con la disgregación política, económica y social que sufre el club desde la crisis de 2008.

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