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Regulación Mifid 2

CC OO intenta presionar a la CNMV por la formación a los 200.000 empleados de banca

Exige parar la formación hasta que el supervisor publique su guía técnica; son cerca de 200.000 los empleados de banca en España El organismo que preside Sebastián Albella hará público el documento el lunes

El mayor sindicato del sector bancario ha lanzado una nota en la que trata de influir en el supervisor de los mercados para que relaje al máximo las exigencias de formación para la plantilla de la banca y le insta a publicar ya la guía técnica. El organismo que preside Sebastián Albella la publicará el lunes. 

Los casi 200.000 empleados de banca en España están de los nervios por las exigencias de formación que les requiere la norma europea Mifid 2, que entrará en vigor en enero de 2018 y que tiene como objetivo que el sector financiero funcione mejor, que los pequeños inversores estén más protegidos y que haya más competencia. 

Uno de los muchos puntos de la directiva, que en teoría debe estar traspuesta a la legislación española el 3 de julio a más tardar, es la formación de los empleados. La CNMV comunicó en mayo del año pasado su intención de cumplir con las directrices sobre la evaluación de los conocimientos y competencias publicadas por el coordinador de los supervisores europeos (Esma). 

En ese documento, que va unido a la entrada en vigor de Mifid 2, se ponen negro sobre blanco las exigencias para los trabajadores de las entidades que informen de productos o asesoren sobre ellos. 

Más información
Los 200.000 empleados de banca, a punto de librarse del examen externo para probar sus conocimientos
Documento: Nota de CC OO
Documento: Propuestas de la CNMV

Pero después de esa directriz genérica queda el toque final del supervisor que preside Sebastián Albella. Los interesados se han reunido con técnicos y directivos de la CNMV y esta publicará el lunes la guía técnica con los detalles. No será definitiva, sino que estará sometida a audiencia pública. El regulador tiene encima del tapete tres posibles opciones sobre el nivel de exigencia. 

La primera opción, la más laxa, sería publicar los criterios de las directrices y características de una cualificación adecuada de las personas que informen y asesoren. La segunda fórmula sería la más exigente: elaborar y publicar una lista de cualificaciones admitidas; no valdrá con la formación que proporcione la entidad. Esta solución cuenta con la oposición de patronales (AEB y CECA) y de los sindicatos. 

La tercera opción, la mixta y que es la que tiene más opciones de imponerse, es la mixta. La CNMV elaborará una lista de evaluadores externos, pero el examen no será obligatorio, al menos de entrada, como publicó este periódico el pasado martes. 

Comisiones Obreras (CC OO) ha publicado una dura nota en la que trata de ejercer presión sobre el supervisor de los mercados. “Instamos a la CNMV a que no dilate más la publicación de la guía técnica y que las entidades financieras corrijan sus políticas formativas Mifid 2 atendiendo a las peticiones que tanto CC OO como ellas mismas han transmitido a la CNMV y así se extinga la problemática que este asunto está ocasionando a las plantillas del sector”. 

El sindicato reclama que “en tanto en cuanto la CNMV no publique la guía técnica, las entidades paralicen los programas formativos puestos en marcha y/o relajen las presiones tanto de límites temporales para la realización de los mismos como la obligatoriedad de presentarse a exámenes externos”. La publicación, de hecho, será inminente: el lunes.

CC OO carga además contra los programas de formación. “Nos congratula que las empresas hayan recapacitado sobre este asunto y se hayan dado cuenta del despropósito en que se estaba convirtiendo la formación Mifid 2 en la mayoría de entidades, inmersas en planes formativos muy exhaustivos y exigentes tanto en lo que se refiere a contenidos, como a las exigencias de tiempo de dedicación de estudio que están interfiriendo negativamente en la conciliación de la vida laboral y personal de la plantilla afectada”. 

La norma europea

La Esma quiere una mayor convergencia en los conocimientos y competencias del personal que informe o asesore a los clientes de productos financieros. La misión: que no vuelvan a colocarse en avalancha productos complejos y peligrosos como las preferentes, entre otros artículos financieros de los que algunos comerciales desconocen su funcionamiento. También se refiere a “normas de conducta ética”. 

De entrada, las directrices marcan dos niveles. Las personas que ofrecen información de productos y las que además proporcionan asesoramiento. Pero los requerimientos de conocimientos son muy similares. A las primeras se les exigen 10 puntos; entre ellos, que conozcan las características y los riesgos de los productos, que sean conscientes de los costes para los clientes de los artículos financieros y que tengan conocimientos básicos para su valoración. Los trabajadores que den consejos concretos de inversión deberán, además, “conocer cómo el producto puede no ser adecuado”, que sepan los requisitos de idoneidad y que conozcan principios de gestión de carteras. 

El documento de Esma es extremadamente duro y pone ejemplos muy restrictivos en los que no sería necesario probar la cualificación. Son aquellos trabajadores que digan dónde se puede encontrar información, los que distribuyan folletos o documentos y los que no tengan contacto directo con los clientes. Fuentes del sector señalan que más del 50% de la plantilla del sector financiero tendrá que someterse a las directrices. De los casi 200.000 trabajadores del sector deberían pasar la evaluación más de 100.000.

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