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Redes de telecomunicaciones

Ericsson se anota un deterioro de 1.500 millones para reestructurarse

La empresa reestructurará sus divisiones y sus negocios

Borje Ekholm, presidente y consejero delegado de Ericsson, en la pasada edición del MWC de Barcelona.
Borje Ekholm, presidente y consejero delegado de Ericsson, en la pasada edición del MWC de Barcelona.Reuters

La que fuera una de las mayores empresas de redes y telefonía, Ericsson, vive sus horas más bajas. La fuerte presión de competidores como Huawei o Nokia, y la mala evolución de algunos de los negocios están haciendo que el gigante sueco se tambalee y haya tenido que acometer un delicado plan de reestructuración están lastrando el negocio de una compañía que ahora busca una salida a su situación.

Börje Ekholm, presidente y consejero delegado de la compañía desde enero, ha llegado al cargo con fuerza y ayer anunció el plan para intentar desatascar la situación de la empresa sueca. Este proyecto conlleva, entre otras cuestiones, reducir de diez a cinco sus áreas geográficas y dejar en tres sus divisiones de negocio, con el fin de ganar en eficiencia y rapidez de respuesta.

Para acometer el plan, la empresa se ha anotado en el primer trimestre un deterioro en sus cuentas de 15.000 millones de coronas suecas (1.573 millones de euros). Esta cuantía corresponde a las provisiones, las amortizaciones de activos y cargos por reestructuración que asumirá en el marco de la nueva estrategia, según informó el grupo.

Prevé duplicar los márgenes

El plan de Ericsson también pasa por una transformación en la toma de decisiones de la compañía. La organización del grupo se “simplificará para mejorar la eficiencia y acelerar las respuestas al mercado”, según informó.

A partir del día 1 de abril la empresa suprimirá definitivamente su estructura de liderazgo dual, formando un único equipo directivo. En este sentido, Ericsson defendió que tiene “significativos costes comunes que serán gradualmente eliminados”. El directivo descartó sin embargo que se produzca “grandes recortes de empleo”.

Ekholm defendió a través del comunicado que en el futuro se trabajará por objetivos “que superen las ambiciones actuales”. Sin embargo, argumentó que el plan de ajuste de la compañía comenzará a tener un impacto positivo para la compañía ya en 2018. A partir de ahí, el directivo ve potencial en el grupo para “al menos duplicar” el margen operativo de la compañía. “Con estos cambios confío en crear la mayor eficiencia y desarrollar las soluciones más competitivas para triunfar en un mundo totalmente conectado”, y añadió que “lograremos tener un retorno de capital que nos permitirá crear valor para nuestros accionistas”, concluyó.

La empresa pretende así tener una estructura mucho más ligera. Tendrá tres áreas de negocio, frente a las cinco anteriores: redes, servicios digitales y servicios de gestión de redes. Fuera de ellas quedan dos unidades separadas, que gestionarán el negocio de medios Ericsson Broadcast & Media y Ericsson Media Solutions. Precisamente estas son las más suspectibles, según los analistas, de convertirse en desinversiones de la compañía. “Buscaremos oportunidades estratégicas”, aseguró la empresa.

De tal forma, la empresa destacó como objetivo estratégico lograr una posición de liderazgo en el desarrollo de la tecnología de redes 5G. También se mantiene en el foco de crecimiento de la empresa la mejora de la posición en herramientas para el conocido como internet de las cosas. Por último, subrayó que se buscarán oportunidades para aplicaciones de desarrollo de la nube.

El nuevo directivo del grupo toma esta decisión tras haber caído un 33% en Bolsa en el último año. Los analistas señalaron que la compañía ha tenido problemas para seguir la estela de la competencia. “Durante algún tiempo, Ericsson se ha visto desafiado tanto a nivel tecnológico como de liderazgo de mercado y la estrategia del grupo no ha dado los resultados esperados”, declaró Ekholm. El pasado año, Huawei le destronaba como el mayor proveedor de infraestructuras para móviles. El plan de reestructuración se tradujo en una caída del 3,6% en la Bolsa de Nueva York a media jornada.

"La noticia vuelve a abrir la cuestión sobre la innovación y la tecnología en la "vieja Europa" porque parece que uno de los pocos referentes que quedan en el continente en tecnología e I+D no pasa por su mejor momento y toca volver a cuestionarse porqué Europa es incapaz de mantener líderes tecnológicos globales", reflexiona el analista español Jaime Garcia Cantero.

Entrando mas en el anuncio, este experto sostiene que Ericsson parece querer centrarse en negocios como el software o los servicios gestionados con tiempos de desarrollo, ciclos de producto e inversiones más pequeñas y, por tanto, menos riesgo.

"La tendencia hacia el software es generalizada (gigantes como IBM llevan años en ese camino) y parece que en el medio plazo solo los fabricantes asiáticos estarán en el mercado de hardware, pero Ericsson deberá buscar su valor diferencial en ese segmento", dice este analista, que destaca como las empresas asiáticas, especialmente Huawei, dominan el mercado del hardware relacionado con las infraestructuras de red.

"Otra apuesta clara parece la del Internet de las cosas (IoT), una tecnología de gran potencial en la que la compañía sueca está bien posicionada pero en la que los modelos de negocio no son obvios y deberá explorar maneras diferentes de llegar al mercado", apunta.

Pese al plan de reestructuración, los analistas se mostraron sin embargo críticos por el alcance de los cambios. Algunos señalaron que para mejorar los actuales niveles de rentabilidad se precisan “cambios más grandes”. También se recibió con preocupación las provisiones de entre 734 y 944 millones que la empresa ha previsto para las cuentas del primer trimestre a raíz de la negativa evolución de algunos proyectos.

El grupo hizo siete ERE en España desde 2008

La filial española ha sufrido en los últimos años de manera notable el declive del gigante sueco. La compañía acumula siete ERE desde 2008, según han denunciado los sindicatos. El último, el año pasado, supuso la salida de 281 empleados, el 9% de la plantilla. En tres años salieron de la compañía más de 700 trabajadores. Actualmente, la empresa cuenta con algo menos de 3.000 empleados en España.

La compañía anunció el último recorte de plantilla tras haber acometido la adquisición de Abentel, la filial de instalación de redes de telecomunicaciones de Abengoa. La transacción conllevó la transferencia de cerca de 500 trabajadores.

La empresa ha cambiado recientemente su cúpula en España. En enero, José Antonio López Muñoz, consejero delegado de la filial española asumió la presidencia de la empresa, sucediendo a Ingemar Naeve, que se jubiló tras cinco años en el cargo.

Con la nueva estructura organizativa de la empresa, España pasa de pertenecer a la región Mediterráneo, para ser parte de Europa y Latinoamérica. La renovada división del grupo busca adaptarse a las necesidades de los grandes clientes, de ahí el cambio en España. Ericsson cubrirá desde esta división a clientes como Telefónica, Vodafone, Orange, Telecom Italia o America Móvil, cuyos mercados de expansión se centran en Europa y Latinoamérica.

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