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Juicio por la salida a Bolsa

Iberdrola declara que no le constan llamadas del Gobierno para que invirtiera en Bankia

"Iberdrola invierte en base a la rentabilidad", aseguran

Detalle de una de las presentaciones de Iberdrola sobre la inversión en la salida a Bolsa de Bankia.
Detalle de una de las presentaciones de Iberdrola sobre la inversión en la salida a Bolsa de Bankia.
Juande Portillo

El juicio de Iberdrola contra Bankia, en el que le reclama los 12 millones que perdió por invertir en su salida a Bolsa, ha quedado visto para sentencia este viernes tras una segunda sesión intensa en el que no han faltado reproches entre ambas firmas.

"Iberdrola invierte en base a la rentabilidad" buscando "dividendos y beneficios por el valor de la acción", ha defendido este viernes el director financiero de la compañía eléctrica, José Sáinz Armada, sobre los motivos que llevaron a la firma a secundar la salida a Bolsa de Bankia.

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A preguntas de las diferentes partes y el juez, Sáinz ha negado tener conocimiento de que hubiera llamadas a la compañía de miembros del Gobierno de la época o del Banco de España presionando para que participarán en la operación. "No me consta", ha dicho.

Pese a que en un documento aportado a la causa (ver la imagen adjunta), una presentación interna de la eléctrica, se manifiesta literalmente que, además de la promesa de "rentabilidad por dividendo creciente", "se concluye la procedencia de llevar a cabo la inversión" entre otros factores por "la petición expresa de apoyo a Bankia por parte de las más altas instancias políticas a los grandes grupos empresariales y financieros", nadie ha repreguntado a Sáinz en qué se substanciaron esas peticiones expresas a Iberdrola si no hubo llamadas de este tipo.

La cuestión ha estado a punto de costarle a Iberdrola la incómoda imagen de su presidente, Ignacio Sánchez Galán, acudiendo a declarar a los juzgados, pues Bankia así lo había reclamado para aclarar si la eléctrica invirtió por motivos ajenos a la consecución de una rentabilidad. La entidad buscaba demostrar que la eléctrica tenía otros intereses por los que secundar su salida a Bolsa y que no se basó en sus cuentas o el folleto de emisión, que el Supremo ha reconocido que no era fiel a la realidad lo que hasta la fecha le ha valido a los inversores minoristas el derecho a recuperar su dinero. Está por ver, con este juicio como punta de lanza, si también lo recuperan los accionistas institucionales.

Iberdrola invirtió 70 millones de euros en el debut bursátil de Bankia y ahora le reclama los 12 millones por las minusvalías sufridas más cerca de 50.000 euros en comisiones y los intereses generados. Un montante menor para ambas compañías pero que ha supuesto un choque de gigantes en los juzgados del que está pendiente el resto del Ibex, pues un fallo a favor de la eléctrica podría llevar a otros inversores institucionales a reclamar el dinero que aportaron.

Sin información adicional

Más allá, el director financiero de Iberdrola ha negado que la compañía dispusiera de información adicional a la del folleto de emisión que se hizo público y aduce que tan solo dispuso además de las valoraciones recibidas de los analistas de la banca de inversión, que dijo, les sirvieron como "resumen ejecutivo" del contenido del folleto.

No podía imaginar, por tanto, la reformulación de cuentas que se llevaría a cabo meses después de la salida a Bolsa, reconociendo pérdidas millonarias y requiriendo el rescate público.

Sáinz, como ya hizo un día antes el responsable de riesgos de Iberdrola, ha remachado que la inversión se hizo dando por buenas unas cuentas que estaban auditarlas por Deloitte y avaladas por el Banco de España, dos instituciones cuyos máximos responsables en la época han sido imputados en la causa penal que investiga la salida a Bolsa de Bankia.

Una inversión basada, "al 100%", en las cuentas

A preguntas del juez, Sáinz ha manifestado que la inversión realizada en Bankia se hizo "al 100%" basándose en la información pública que había sobre las cuentas de la entidad, que según el Supremo no reflejaban la realidad. De haberse conocido la situación real de la entidad, ha dicho Sáinz, está no hubiera podido salir a Bolsa y desde luego Iberdrola no hubiera invertido en ella.

Iberdrola, ha explicado, había analizado la rentabilidad de la inversión y asumía que "en el peor escenario posible" habría perdido dinero los dos primeros años , pero luego habría recuperado el dinero el tercer año. Así, pese a los riesgos, aspiraban a quintuplicar su inversión inicial a medio plazo y desde luego no contemplaban la debacle que ocurrió.

Cuestionado sobre por qué Iberdrola vendió el 70% de su inversión a las pocas semanas, Sáinz ha aseverado que un equipo independiente del que analiza apoyar la inversión, el que se ocupa de hacer seguimiento de la cartera de acciones, le notificó que Bankia no contaba con apoyos entre los inversores extranjeros, "que la operación salió bien en España, pero no fuera", y que la propia entidad estaba soportando el precio comprando acciones.

Ante el temor de que las acciones comenzarán a perder su valor con rapidez, Iberdrola decidió, ha explicado, comentar a vender su participación.

A preguntas del letrado de Bankia, el director financiero de Iberdrola ha aseverado que la dependencia financiera de la entidad era mínima, de unos 300 millones, cerca del 1% de toda su deuda, por lo que, aduce, la inversión no se hizo para lograr un mejor trato del banco puesto que la compañía acude principalmente al mercado y a otras entidades de referencia para financiarse.

El letrado de Bankia ha matizado luego que la financiación total al grupo Iberdrola, contando sus participadas, ascendía en realidad a 800 millones de euros. También ha hecho notar que Iberdrola no suele invertir en bancos cotizados, con la excepción de Bankia y el también nacionalizado BMN, lo que a su entender es prueba de que acudió a la operación motivado por su interés en apoyar la recuperación de la economía española.

Los peritos de Bankia

Los peritos judiciales llamados por Bankia, Leandro Cañibano y Rubén Manso, autores de los informes que la entidad viene presentando para defender su salida a Bolsa en los tribunales, han aseverado que el interés de Iberdrola era principalmente debido a motivos estratégicos.

Según el criterio de Manso, a Iberdrola le pesó más la posibilidad de influir en una mejora de la prima de riesgo, de la que depende el coste de su financiación en los mercados o la tarifa eléctrica, apoyando una salida a Bolsa que era estratégica para todo el país que el interés en lograr una rentabilidad.

Manso ha admitido, sin embargo, que cuando Iberdrola vendió sus acciones semanas después lo hizo atendiendo a un criterio económico, deshaciendo su posición ante el temor de que otros grandes institucionales vendieran sus títulos y la acción se desplomara.

Cruce de acusaciones

Los alegatos finales de los abogados se han convertido, finalmente, en un duro cruce de acusaciones inusual entre dos grandes compañías cotizadas. Mientras que Iberdrola ha señalado el engaño manifiesto de Bankia en su salida a Bolsa, aunque esta cuenta ahora con un equipo gestor diferente, la entidad acusado a la eléctrica de "dejar tirados" a sus propios accionistas.

En concreto, el abogado de Bankia ha manifestado que la salida a Bolsa de Iberdrola Renovables salió igual de mal que la de la entidad nacionalizada y que los responsables de la eléctrica "dejaron tirados por el camino a algunos de los inversores" al deshacer la operación recomprando los títulos cuando estaban más bajos pese a lo cual "nadie piensa que Iberdrola ha estafado a su accionistas".

El abogado de Bankia ha hecho hincapié en que Iberdrola es un inversor institucional de máximo nivel y que no tomó su decisión de apoyar la salida a Bolsa basándose en el folleto de emisión, como hace cualquier particular. La letrada de Iberdrola, a su vez, ha expuesto que lo que se juzga no es si la eléctrica vendió o no sus acciones después o pudo haber perdido más o menos dinero, sino el hecho de que se le engañara con la información contable que se le facilitó para tomar la decisión.

La decisión está ahora en manos del juez de primera instancia aunque es previsible que sea cual sea el signo del fallo este sea recurrido a instancias superiores. El resto de accionistas institucionales de Bankia, así como sus accionistas, seguirán atentamente el pulso judicial.

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