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Demanda por la salida a Bolsa

Iberdrola declara que invirtió en Bankia por su confianza en el respaldo del Banco de España

La gran banca de inversión declara que la eléctrica tuvo la misma información que cualquier otro inversor

Logotipo de Bankia
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Juande Portillo

Este jueves arrancó en los juzgados de Madrid un pulso judicial de primera magnitud empresarial: la demanda de Iberdrola a Bankia por el dinero que la eléctrica perdió apoyando la salida a Bolsa de la entidad que acabó nacionalizada. Por si el calado de las partes no fuera suficiente, por la pequeña y discreta sala de juicios desfilaron también algunos de los grandes nombres de la banca de inversión. En juego, los 12,4 millones de euros que la eléctrica perdió, de 70 millones que invirtió inicialmente, más 52.474 euros en comisiones y los intereses generados. Una cuantía menor para dos gigantes del Ibex 35 pero de cuyo futuro dependen potenciales demandas por los otros 1.167 millones aportados a Bankia por inversores institucionales.

El primero en testificar fue el director de riesgos de Iberdrola, Fernando Sánchez Barranco, que explicó que en su día se limitó a elaborar un “aséptico” informe técnico sobre la inversión basándose en “la información pública disponible”, los datos facilitados por Bankia en el folleto de emisión registrado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta información, no obstante, no resultó ser cierta, según afirmó el Tribunal Supremo obligando a Bankia a devolver lo captado de inversores minoristas. El debate en este juicio es si, como apuntó el Alto Tribunal, las grandes empresas tenían otros elementos de juicio y si deben o no ser indemnizadas.

Sánchez alegó que es “imposible” saber si un banco miente, como han demostrado las estafas de Madoff a entidades como Santander o BBVA, ilustró. En todo caso, alega, las cifras de Bankia nunca se pusieron en duda e Iberdrola, dijo Sánchez, invirtió en su salida a Bolsa con la “tranquilidad” de que sus cuentas estaban “auditadas por una firma del prestigio de Deloitte” y avaladas por el Banco de España que tenía inspectores empotrados que conocían “las tripas de la entidad”.

Aunque no se ha hecho mención expresa, queda de fondo en estas declaraciones la reciente imputación por parte de la Audiencia Nacional de la excúpula del Banco de España por su papel en la supervisión de la salida a Bolsa de Bankia así como los mails del inspector Casaus, aportados a la causa penal sobre la operación, que prueban que la cúpula del Banco de España había sido advertida de que el debut bursátil de la entidad podía suponer el primer paso para su nacionalización, y pérdidas para accionistas y contribuyentes.

Sánchez ha declarado que él se limitó a hacer un "aséptico" análisis de los riesgos derivados de la operación pero que en su opinión, no era "coherente" el agujero que acabó detectándose en la entidad con los riesgos admitidos en el folleto pese a que este incluía una simulación del comportamiento de Bankia bajo un escenario de estrés.

Una atractiva inversión con riesgos

El abogado de Bankia, no obstante, ha hecho notar en su turno de preguntas que el documento de análisis de riesgos firmado por Sánchez contenía estimaciones de necesidades de provisiones futuras superiores a las plantadas por Bankia, lo que indica un análisis propio de Iberdrola; la previsión de un escenario en que el FROB acabara tomando el control de la entidad, como así ha acabado siendo, o la mención de que el informe se elaboraba sin conocer aún el folleto.

El director de riesgos de Iberdrola confirmó estos puntos y alegó que concluyó el documento después de conocer el folleto de emisión pero que esa mención debió ser un “error tipográfico” arrastrado de las versiones que comenzó previamente.

Con la información con la que contaba, ese folleto y los informes de analistas de banca de inversión para “contrastar”, Sánchez valoró la inversión como “atractiva” por el tamaño y potencial de la entidad resultante.

Iberdrola invirtió 70 millones de euros en la salida a Bolsa de Bankia y ahora le reclama 12,36 millones de euros por las pérdidas sufridas tras vender su paquete, 52.474 euros por las comisiones y gastos derivados de la operativa y los intereses devengados.

Desfile de la banca de inversión

La primera sesión del juicio, que estar previsto que concluya mañana, ha tendido una relevancia adicional porque se ha convertido en un desfile de algunos de los más destacados nombres de la gran banca de inversión

Los que en aquella época eran responsables en España de JP Morgan, Enrique Casanueva, y Merrill Lynch, Javier Oficialdegui, que ejercieron como coordinadores del debut bursátil de Bankia, han relatado las reuniones informativas que mantuvieron con Iberdrola sobre la operación.

Los testigos coinciden en señalar que a la eléctrica solo se le ofreció la información de la presentación para analistas que hizo Bankia, es decir, datos facilitados por la entidad que luego se recogieron en el folleto de emisión enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y que aunque Iberdrola participó en la operación como inversor institucional no es una firma que habitualmente acuda a este tipo de operaciones.

Una información pública a la que pudo tener acceso el público general y que según ha sentenciado el Tribunal Supremo, motivando que Bankia devolviera el dinero captado de inversores minoritarios, no se correspondía con la realidad.

Más allá, han coincidido en señalar los testigos, con dicha información en la mano no era posible prever la debacle posterior de Bankia que pasó de declarar 309 millones de beneficio a cierre de 2011 a reconocer casi 3.000 millones de pérdidas y a requerir 23.500 millones en ayudas públicas.

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