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La ITV baja la nota a los autocares

Los defectos detectados en la inspección técnica crecen un 25% en 10 años. Problemas en frenos, faros y señalización, entre los más comunes

Thinkstock

Los autobuses y autocares de transporte de pasajeros también han hecho lo posible por reducir la factura del taller en los últimos años. En la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) reconocen que los defectos detectados en ese tipo de vehículos han crecido un 25% en los últimos 10 años, a causa del déficit de mantenimiento y, sobre todo, al envejecimiento de las flotas.

“Las empresas han espaciado los chequeos preventivos, han aguantado más los neumáticos y apuran al máximo el cambio de aceite, por lo que hacen más reparaciones en los motores”, afirma José Moreno, director de la red de talleres de vehículos industriales Top Truck.

El 25,43% de los autocares fueron rechazados en la ITV en 2015, dos puntos más que en 2011

De hecho, en 2015 fueron rechazados el 25,43% de los vehículos inspeccionados, más de dos puntos más que en 2011. Lo más alarmante es que donde más han aumentado los defectos es en elementos de seguridad tan importantes como los frenos, el alumbrado y la señalización, la suspensión, los neumáticos, los ejes y las ruedas.

Ante este escenario, ¿es seguro el autocar? Aunque es cierto que en la mayoría de los accidentes en este tipo de transporte tiene un fuerte protagonismo el error humano, resaltan en AECA-ITV, también los siniestros han subido mucho en los últimos años. Estos vehículos estuvieron implicados en 2.085 accidentes de tráfico en 2015 (último dato disponible), frente a los 1.771 del año 2011. ¿Casualidad o causalidad?

 A partir de los cinco años, los autobuses tienen que pasar la ITV cada seis meses, lo que requiere un mantenimiento importante. Es crucial hacer engrase, ajustes, limpieza de elementos para que funcionen a la perfección a partir de un número de horas y kilómetros recorridos, puntualizan en AECA-ITV. Pero el mantenimiento es caro, entre 2.000 y 2.500 euros al año para un autobús que recorre unos 95.000 kilómetros al año, estima Moreno.

Frente a las grandes empresas como las entidades municipales de transportes y potentes compañías, como Alsa, que cuentan con sus propios servicios de mantenimiento, las más pequeñas son las que más se han apretado el cinturón. Muchas incluso han optado por hacer la puesta a punto y reparaciones por su cuenta, coinciden en la asociación de talleres de Madrid Asetra y la federación española Conepa.

“Y esta no es una práctica muy recomendable”, advierte su responsable de relaciones institucionales, Nuria Álvarez, ya que los principales elementos de seguridad de estos vehículos son ahora muy complejos.

Esto ocurre, en ocasiones, con los frenos, actualmente fabricados con un sistema electrónico muy sofisticado, en el que el pedal (electrónico) es capaz de calcular el peso y la velocidad y “el cambio de estos elementos tiene que hacerse con piezas iguales o muy similares a las de fábrica [pastillas de frenos]”, arguye.

Ecológicos

Las Palmas de Gran Canaria es otra de las ciudades que ha apostado por flotas más eficientes. El ayuntamiento ha suscrito recientemente un préstamo con el Banco Europeo de Inversiones para desarrollar una nueva ruta de autobús de alta capacidad e incorporar en su flota 17 nuevos autobuses ecológicos, que serán eléctricos y también híbridos.

Lo mismo ocurre con los neumáticos. Las empresas han alargado al máximo su vida útil y lo prueba el hecho de que no es tan raro encontrarse trozos de ruedas en las carreteras, lo que demuestra que no están en su estado óptimo, añade Álvarez. Este capítulo es también bastante costoso para las empresas. Moreno estima que mantener las ruedas en perfecto estado cuesta entre 3.000 y 4.0000 euros al año.

El envejecimiento del parque es una de las principales causas del aumento de los defectos, aseguran en AECA-ITV. “Es prioritario rejuvenecer los autobuses, autocares, microbuses y vehículos industriales”, dicen en la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, Anfac.

Y aunque el año pasado ya se haya experimentado una cierta recuperación de las matriculaciones (un 23,2% de enero a noviembre de 2016), la antigüedad ha aumentado mucho en los últimos ejercicios, pasando de los 8,7 años de 2010 a los 10,4 años en 2015.

Las cifras

6 veces menores son las emisiones de CO2 por viajero y kilómetro de los autobuses frente a las de los automóviles. El uso del autobús ahorra, además, casi 1.200 millones de combustible al año.

2.085 fue el número de ccidentes en los que estuvieron implicados los autobuses en 2015, frente a los 1.771 de cuatro años antes.

10,4 años es la edad media que tiene el parque de autobuses y autocares en España cuando en 2010 la antigüedad no superaba los 8,7 años. La tasa de renovación del parque creció más del 20% en 2016, pero ha vuelto a bajar en enero de 2017.

Este año, además, no se puede decir que haya comenzado con muy buen pie. Los datos de Anfac demuestran que en enero han vuelto a descender las matriculaciones de autocares, autobuses y microbuses un 8,2%.

Tampoco ha ayudado mucho que “los concursos y subastas para contratar servicios de transporte de viajeros hayan rebajado tanto los precios, lo que deja menos margen de beneficio”, señala Moreno. El acondicionamiento exterior (espejos, por ejemplo) y el acondicionamiento interior (cinturones de seguridad, dispositivos de apertura de puertas, señalización de huecos de evacuación, entre otros) son los capítulos donde más rechazos se han producido por defectos graves, pero se llevan la palma los defectos en el alumbrado y la señalización de los vehículos, los frenos, la dirección, así como los ejes y las ruedas.

Asimismo, la mayor parte de los defectos leves, que han crecido un 12,3%, se han concentrado en la identificación de los vehículos y también en el acondicionamiento exterior, alumbrado y señalización, frenos, dirección, así como el motor y el sistema de transmisión.

Lo que también resulta muy llamativo es el porcentaje de rechazos de vehículos que se ha producido en la segunda inspección de ITV y las posteriores, que en 2015, último año del que se tienen estadísticas, se situó en más del 11%.

Las flotas mejoran mucho en emisiones contaminantes

Rafael Barbadillo, presidente de Confebus (Federación Española Empresarial de Transporte de Viajeros), dice que tanto las flotas de autobuses municipales como las que están en manos privadas están renovando el parque para reducir las emisiones contaminantes. Esto se ha traducido en la más importante reducción de defectos en la ITV desde 2011.

De hecho, los defectos leves por emisiones se han rebajado a cero en las inspecciones y los defectos graves, por su parte, han descendido más del 150%. “En Madrid, casi el 50% de la flota de la EMT ya es de gas, menos contaminante, pero todavía habría que renovar una gran parte de los vehículos menos eficientes. Asimismo, ha incorporado vehículos híbridos y eléctricos en las flotas y también en servicios como la recogida de basuras, jardinería, etc.

El transporte interurbano en manos privadas está haciendo también sus deberes. La mayoría de los autobuses interurbanos (los verdes) son ya Euro 6;una gran parte se alimenta de gas y también cuentan ya con vehículos híbridos, cuenta Barbadillo.

En España existen actualmente unos 42.000 autobuses, a los que hay que sumar 19.000 que realizan recorridos urbanos.

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