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Estrenos en el mercado

El gigante mundial de explosivos Maxam se prepara para salir a Bolsa

Inicia contactos con bancos de inversión y su valoración preliminar ronda los 2.000 millones

Camiones de Maxam con componentes de explosivos.
Camiones de Maxam con componentes de explosivos.

Un gigante español desconocido. El fabricante de explosivos Maxam, fundado por Alfred Nobel en 1872, afrontará en los próximos meses una nueva etapa como empresa cotizada. La compañía controlada por sus directivos, que retienen un 55% del capital, y por el fondo de capital riesgo Advent, que tiene el 45% restante, es la mayor empresa del sector en Europa y la segunda del mundo.

La facturación de la antigua Unión Española de Explosivos en su último ejercicio fiscal, finalizado el 31 de marzo de 2016, fue de 1.051 millones de euros y su beneficio bruto de explotación (ebitda) alcanzó los 146,1 millones de euros.

Los planes del eventual debut son todavía iniciales. La empresa ha comenzado contactos con distintos bancos de inversión con el objetivo de salir a la Bolsa española. Las fuentes financieras consultadas señalan que la valoración preliminar oscila entre los 1.500 y los 2.000 millones de euros. Pero Maxam todavía no ha contratado a los eventuales colocadores ni tampoco tiene prisa para realizar el estreno en el mercado.

Ni siquiera está decidido que la puesta de largo sea este ejercicio. Un portavoz de la firma señala que no está programada para 2017, aunque añade que “a medio plazo una salida a Bolsa través de una venta de acciones o una ampliación es la opción con más posibilidades”. Fuentes de la banca de inversión añaden que la empresa sacará partido de una eventual ventana en la Bolsa este año. Así daría liquidez a los directivos y a Advent, que entró en su capital en febrero de 2012, tras comprar el 49% a las firmas de capital riesgo Portobello y Vista, que redujo posteriormente hasta el 45%.

Entonces, se valoró el 100% de la compañía en unos 900 millones de euros, incluyendo la deuda. Advent, que cumple cinco años en el capital de Maxam, pagó unos 250 millones de euros por ese porcentaje, sin incluir el pasivo financiero.

La otra posibilidad de desinversión al margen de la Bolsa es tantear la entrada a otro inversor, ya sea financiero o industrial. Sería una típica operación de dual track, como la realizada por Ono en 2014, que al final compró Vodafone, o la de Parques Reunidos, en la que las pujas de los fondos de capital riesgo perdieron la batalla en favor de un debut en Bolsa.

Maxam es una empresa extremadamente internacional, con solo un 10% de sus ventas en España. El resto se reparte por todo el planeta. El resto de países de la Unión Europea suponen el 38%; África, un 17%; EE UU y Canadá, un 12%, yLatinoamérica, un 9%. El 14% adicional está incluso más fragmentado.

El principal segmento de negocio de la compañía que preside José Fernando Sánchez-Junco Mans es el de explosivos civiles, que representa el 64,5% de la facturación. Esencialmente, se dedica a productos y servicios de voladuras, explotación de canteras y construcción de infraestructuras a nivel mundial.

La división de defensa supone casi el 20% y se ocupa de la destrucción y reciclaje de todo tipo de municiones y explosivos, de la descontaminación y de la limpieza y el mantenimiento de vehículos aéreos. La tercera gran pata de Maxam es la de munición deportiva para caza y tiro, que representa algo más del 11% de sus ingresos. Tiene además un pequeño porcentaje de negocio dedicado a productos químicos. Para hacer todo esto cuenta con 6.500 empleados en todo el mundo, con fábricas en más de 45 países y ventas en más de 100.

Deuda y dividendos

Una de los puntos fuertes de Maxam es su endeudamiento neto, con 458 millones a marzo, que supone una ratio de 3,1 veces el ebitda. Más de 400 millones de este pasivo vencen en plazos muy largos, más allá de 2023. El grupo registró un beneficio neto de 26,2 millones, aunque una vez restados las ganancias de los minoritarios se quedó en 16,7. El importe destinado a dividendos fue de cinco millones, si bien en el ejercicio precedente, terminado en marzo de 2014, no repartió beneficios entre sus accionistas.

Un mercado dominado por ocho empresas

El mercado mundial de explosivos está dominado por ocho grandes grupos, con un peso relevante de compañías sudafricanas y australianas. La más antigua de todas ellas es la estadounidense Austin Powder, puesta en marcha en 1833, y tiene presencia internacional con especial relevancia en Norteamérica y sudeste asiático.

Los representantes europeos en este ranking son dos. La española Maxam y el francés EPC Groupe, que en 2015, su último ejercicio completo, registró unos ingresos consolidados de 332,1 millones. Su capitalización en la Bolsa francesa asciende a 136,2 millones.

De Australia son dos de las empresas líderes en el sector, Orica Mining Services e Incitec Pivot, que adquirió en 2008 a la estadounidense Dyno Nobel.

Son compañías que tienen actividades de manufactura, industria química, fertilizantes y explosivos. La capitalización del grupo Orica, cuya principal división es la minera, es de 5.000 millones de euros, por encima de los 4.500 de Incitec.

AECI y Sason son otras dos empresas del sector, en estos casos de origen sudafricano, mientras que la chilena Enaex, perteneciente al grupo Sigdo Koppers, tiene un papel relevante en fragmentación de roca y procesos de voladura en América Latina.

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