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Consumo

Consejos para que salir de rebajas no pase factura

Diferenciar entre productos necesarios y accesorios o informarse bien es clave

Thinkstock
Manuel G. Pascual

Cada vez es más frecuente que algunos comercios adelanten las rebajas varias semanas. Pero los cánones siguen marcando que el inicio oficial de la temporada de bajos precios se sitúa el día después de que los Reyes Magos de Oriente entreguen sus regalos. Es entonces cuando los descuentos de las grandes superficies, que en ocasiones son muy altos, inundan las calles o incluso los televisores, que no dejan de mostrar año tras año las colas y carreras que se producen en algunas tiendas.

El precio, una cuestión de estatus

“Una marca de lujo que rebaja nunca tiene más prestigio que la que no lo hace”, espeta Susana Campuzano, profesora de IE Business School. “Eso no quiere decir que algunas boutiques tengan deferencias con sus mejores clientes”, matiza.

En los productos premium, el precio es una cuestión de estatus. Las firmas de lujo no suelen tocarlo porque tienen estrategias globales. Campuzano cuenta que la oscilación de las divisas han creado grandes disparidades de precios no deseados. “Los chinos que llegaban a Europa encontraban aquí los bolsos más caros un 40% o un 50% más barato que en su país, con lo que les salía a cuenta hasta pagarse un billete pera venir de compras”, indica. La respuesta fue subir los precios en el Viejo Continente y bajarlos en Oriente.

Como el precio es difícil que varíe, una de las estrategias que siguen las marcas de lujo para atraer a nuevos clientes es sacar cada vez más colecciones. “Hay algunos grandes almacenes que comercializan ediciones limitadas de alguna gran marca. Se busca exclusividad”, apunta.

Para quienes necesiten rebajas siempre quedarán los outlets, tiendas donde las marcas colocan productos de fuera de temporada con descuentos.

Quien pretenda que las rebajas no desemboquen en una catástrofe para su cuenta corriente debería tomarse con calma las salidas de compras. Lo primero es saber diferenciar entre lo necesario y lo accesorio. “La oferta de las tiendas se divide entre productos de funcionalidad, como los comestibles o de limpieza, y los de hedonismo, los caprichos”, explica Javier Rovira, profesor de ESIC y autor de Consumering y de Reset & Reload. Cambias o te cambian. Incluso dentro de los productos de necesidad caben artículos más básicos y otros extraordinarios. No siempre los productos que buscamos tienen el precio rebajado, por lo que hace falta sangre fría para no comprar lo que no se necesita.

Eso puede resultar más difícil de lo que parece. “Salir de rebajas es una mezcla de sensaciones. Existe la ilusión de ver lo que me encuentro, pero también de comprar una cosa que vi el otro día y que puede salir más barata”, abunda Rovira. Aunque parezca mentira en plena era digital, todavía pesa también el buscar el famoso chollo de última hora.

Otro elemento a tener en cuenta a la hora de comprar es la política de devoluciones. “A veces se compra por impulso y, al querer devolver, vemos que han cambiado los términos. Es importante informarse antes, sobre todo porque de rebajas a menudo compramos para otros”, indica Rovira.

Sobre el comportamiento de la impulsividad, asegura este experto, no hay estudios académicos serios. Aunque resulte frecuente salir a comprar una cosa y volver a casa con tres, todavía no se ha dado en explicar cómo se produce la decisión de adquirir productos que no figuraban en la lista de la compra. Lo que sí se sabe es que el consumo impulsivo es responsable de una parte importante de las ventas de las grandes superficies.

Una tercera cuestión a considerar es si el producto que se quiere adquirir es o no estándar. “Algunos comercios incluyen artículos defectuosos entre los rebajados, como fase anterior a enviarlos al outlet, donde también recalan los de la temporada anterior”, continúa el profesor de ESIC. Hay que tener en cuenta también que algunas marcas que lanzan productos específicos para las rebajas. “Como la gente va a buscar chollos, saco productos de calidad menor pero me aprovecho para sacarlo a la venta ahora que la gente está en disposición de comprar”, incide Rovira.

¿Qué sucede en el mercado del lujo? En este sector la situación es diferente. “Las rebajas no son frecuentes en las marcas premium, ya sea por imagen o por el valor del producto”, explica Susana Campuzano, directora del programa de Dirección y gestión estratégica del universo del lujo de IE Business School, que arranca el 3 de febrero. “No tendría sentido vender a mitad de precio un bolso que cueste 2.500 euros”, incide.

Sin embargo, aunque a los productos estrella, como el Amazona de Loewe o el 2.55 de Chanel, no se les suele aplicar descuento, sí se hace con los de colección. “Algunas marcas británicas y americanas optan por hacer rebajas en ese tipo de referencias”, dice Campuzano. Aunque, para preservar su imagen de marca, esos descuentos no se publicitan, sino que se comunican a los clientes interesados.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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