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Política

Montoro, el lector de Laffer que más subió los impuestos sigue en Hacienda

Montoro seguirá al frente de Hacienda y deberá abordar la rebaja del IVA cultural y del IRPF

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Pablo Monge

Cristóbal Montoro (Jaén, 1950) es el ministro de Hacienda que más, y en menor tiempo,subió los impuestos en Democracia. En su descargo, hay que decir que se encontró a un país al borde de la quiebra y con un déficit público inmenso que superaba el 9% del PIB en 2011. Dicho de otra forma, cuando este catedrático de Hacienda pública juró el cargo, España gastaba 100.000 millones más de lo que ingresaba.

En la nueva legislatura que se inicia, la situación de las finanzas públicas ha mejorado, sin embargo, la exigencia de reducir los números rojos continúa. El déficit público cerrará este año en torno al 4,6% del PIB y debe bajar hasta el 3,1%. En 2017, Hacienda deberá abordar un recorte de 5.500 millones para cumplir con la nueva senda de consolidación fiscal. Según el pacto firmado entre el PP y Ciudadanos que Rajoy aseguró que respetaría, el nuevo Gobierno dará marcha atrás en la subida del llamado IVA cultural. También se comprometió a reducir dos puntos el IRPFen el momento en el que España reduzca su déficit público al 3% del PIB, algo que está previsto que suceda en 2018.Montoro será ministro de Hacienda y Función Pública y pierde la gestión de la reforma del sistema de financiación, una tarea que recaerá en la Vicepresidencia de Soraya Sáenz de Santamaría. 

La subida del IVA al cine del 8% al 21% enemistó al ministro con todo el sector

Durante su etapa en la oposición, Montoro cargó contra las subidas fiscales del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y aseguraba que elevar los tributos era el recurso del mal gobernante. El político del PP defendía la tesis de Arthur Laffer, autor de la famosa Curva de Laffer, que propugna que es posible bajar los impuestos y elevar la recaudación. Montoro solía recordar que la tesis del economista estadounidense se cumplió en su primera etapa de ministro de Hacienda, entre 2000 y 2004 con José María Aznar. Sin embargo, ante la peor crisis de España desde la Guerra Civil, Montoro fue el encargado de poner cara al incumplimiento electoral y, en diciembre de 2011, anunció la mayor subida del IRPF de la historia. Seis meses más tarde, también comunicó un incremento sin precedentes del IVA, cuyo tipo general pasó del 18% al 21%. Y prodcutos como las entradas de cine dejaron de estar bonificadas, lo que significó que el gravamen aumentó del 8% al 21%. Así fue como Montoro se ganó la enemistad del sector del cine. El pacto con Ciudadanos obligará al ministro a dar marcha atrás y bajar el llamado IVA cultural.

"Ahora me llaman socialdemócrata", se lamentaba en un entrevista a este periódico en 2013. El ministro de Hacienda reconoce que incumplió su palabra en la primera parte de la legislatura, pero se defiende recordando que se encontró un déficit público muy superior al comprometido por el anterior Gobierno.

Entre las políticas que más enorgullecen a Montoro se encuentra el plan de pago a proveedores, que sacó de los cajones millones de euros de deudas con el sector privado de comunidades y ayuntamientos. El Gobierno ideó un fondo para financiar el pago de la deuda comercial con el fin de poner el contador a cero. La medida fue efectiva, aunque ello supuso el incremento del nivel de la deuda pública, que hoy supera ya el umbral del 100% del PIB.

Si Montoro es el ministro que más ha subido los impuestos en Democracia, también es el que más ha reducido el déficit público. Lo encontró en el 9% del PIB y lo dejará en el 4,6%. Aun así, en ningúno de los cinco años en los que ha estado al frente del Ministerio de Hacienda se ha cumplido el objetivo de estabilidad. España siempre ha rebasado, en mayor o menor medida, el límite impuesto por Bruselas. Paradójicamente, este 2016, España está en disposición de cumplir el límite del 4,6% exigido por la Comisión Europea. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el límite inicial era del 3,6%. Bruselas, en verano, suavizó el objetivo ante la evidencia de que España no podía cumplir. 

A Guindos le preguntaron sobre su mayor error y respondió "subir el IRPF", una medida de Montoro

Los dos últimos años han sido para Montoro más plácidos que los primeros. "Por fin puedo hacer lo que me gusta. Bajar impuestos", dijo cuando el Gobierno abordó la reforma fiscal que entró en vigor en 2015 y que supuso la reducción del IRPF y del impuesto sobre sociedades. Aun así, en términos globales y teniendo en cuenta la subida del IVA, las familias hoy soportan una carga fiscal superior que al inicio de la legislatura. La oposición tildó de electoralistas las rebajas impositivas. Montoro se defendió asegurando que reducir el IRPF explica en parte que hoy España crezca por encima de la mayoría de países europeos.

Sin embargo, Hacienda no calibró el efecto de algunas de sus medidas. La rebaja en el impuesto sobre sociedades y, sobre todo, la supresión a partir de este año de un tipo mínimo sobre los pagos fraccionados ha generado un gran boquete en el tributo que grava los beneficios empresariales. El Ejecutivo ha tenido que buscar medidas de urgencia y el pasado 30 de septiembre aprobó reintroducir un gravamen mínimo del 23%, muy superior al 12% anterior. Ello deja un sabor amargo a un ministro que se denomina liberal y que, sin embargo, lo primero que hizo al llegar al Gobierno fue subir el IRPF y, lo último, elevar los pagos fraccionados que abonan las empresas.

La etapa de Montoro también estuvo marcada por la mala relación con el ministro de Economía, Luis de Guindos. El Ministerio de Hacienda y el de Economía están estrechamente vinculados y, sin embargo, la comunicación entre ambos departamentos ha sido nula en la parte final de la legislatura. A Guindos le preguntaron en una entrevista en El Mundo cuál había sido su mayor error y contestó que subir el IRPF. Es decir, Guindos asegura que su mayor equivocación fue una medida de ¡Montoro!. El ministro de Hacienda se mueve peor en el intercambio de golpes y ha preferido mantener un perfil menos mediático, más gris. Veremos si en el nuevo Gobierno, y con Rajoy ejerciendo de árbitro, la relación entre ambos ministros mejora.

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