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La UE, del revés

La zona euro gira poco a poco hacia el fin de la austeridad

Se despide de una política que no ha logrado recuperar los niveles de PIB, empleo e inversión precios a la crisis.

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Bruselas revisa a partir de hoy los proyectos de presupuestos generales de los países de la zona euro con el ánimo generalizado de permitir una relajación fiscal que favorezca la recuperación económica. La zona euro se despide así de una política de austeridad que ha reducido a la mitad las cifras del déficit público (del 4,2% en 2011 al 2,1% en 2015 y al 1,9% previsto para 2016) y ha frenado la evolución del nivel de deuda (92,9% en 2015 frente al 94,4% de un año antes), pero no ha logrado recuperar los niveles de PIB, empleo e inversión previos a la crisis.

“Hoy día ya no hay austeridad en Europa”, se apresuró a proclamar el lunes pasado el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, en vísperas de presentar las cuentas para un año tan crucial para Francia como 2017, con unas elecciones presidenciales en mayo.

El mismo mensaje lo repitió 48 horas después el comisario europeo de Asuntos Económicos, el francés Pierre Moscovici. “Durante varios años se impuso el saneamiento presupuestario y las finanzas públicas tuvieron un efecto recesivo, pero eso ya no es así. No hay austeridad en Europa”.

El lento giro hacia una política presupuestaria menos estricta se inició en 2015, cuando la posición fiscal de la zona euro, según la Comisión Europea, fue en general “neutral”, es decir, sin alegrías ni estrecheces. Durante 2016, según el termómetro de Bruselas, la posición fiscal ha pasado ya a ser “ligeramente expansiva”. Y en 2017, con elecciones en tres de las principales potencias económicas de la zona euro (Alemania, Francia y Holanda), la relajación se espera mayor. A ello se añade la ampliación del margen presupuestario que Bruselas ya ha concedido a España (hasta 2018) y las continuas ampliaciones del margen a Italia (dos en 2016 y es muy probable que reciba una tercera).

Esos cinco países suponen casi el 83% del PIB de la zona euro, de modo que el resultado global de la política fiscal de la zona euro en 2017 apuntará de nuevo hacia una expansión ligeramente superior a la de este año. Este nuevo rumbo, sin embargo, no supone una ruptura total con la disciplina presupuestaria ni un salto generalizado hacia políticas expansivas. La contención fiscal se impone todavía incluso en los países con mayor margen presupuestario.

Alemania, por ejemplo, ha adelantado a principios de 2017 una rebaja fiscal de 7.000 millones que el Gobierno de Merkel tenía previsto para después de las elecciones generales del próximo mes de septiembre. Pero según el instituto de estudios IFO, Berlín dispone de margen para una rebaja impositiva de hasta 20.000 millones de euros.

París tampoco podrá tirar la casa por la ventana, como tal vez desearía el presidente francés, François Hollande, ante su difícil reválida electoral. Francia se ha comprometido a situar su déficit por debajo del 3% en 2018, un límite que rebasa de manera ininterrumpida desde 2008, a pesar de que no ha sufrido ninguna gran crisis grave que justifique esa violación sistemática del Pacto de Estabilidad.

España también tendrá que continuar con una senda de ajustes que han llevado el déficit desde el 10,4% de 2012 hasta el 4,6% previsto para finales de este año. El futuro Gobierno, según el último dictamen de la UE (julio de este año), deberá acometer un ajuste estructural de unos 5.000 millones de euros en 2017 y de la misma cantidad en 2018.

El ajuste exigido a España es todavía significativo, pero muy inferior al que se le pedía hasta este verano. Bruselas reclamaba solo para 2016 un ajuste estructural de 12.000 millones de euros y un déficit nominal por debajo del 3% este año. El ajuste estructural se ha reducido y se ha distribuido en tres años. Y el objetivo del 3% se ha aplazado hasta 2018. En total, el próximo Gobierno “dispondrá de un margen presupuestario de casi 20.000 millones de euros”, señaló la semana pasada el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, antes de cerrar el borrador del proyecto de Presupuestos para 2017. Ese borrador prevé un déficit del 3,6%, aunque el Presupuesto definitivo (que deberá elaborar el futuro Gobierno) ajustará las cuentas hasta el 3,1%.

La zona euro emerge de los seis años de purga presupuestaria con una economía menguada y unas cuentas públicas más saneadas pero también más reducidas en relación con el PIB. La Comisión Europea prevé que el gasto público baje un punto el año que viene, hasta el 47,6%, debido en gran parte a la rebaja de las partidas sociales, la caída del interés de la deuda y la moderación salarial en la función pública.

La recaudación seguirá la misma tendencia a la baja y pasará, según las previsiones de la CE, del 46,8% en 2014 al 46% en 2017. Y la inversión pública, según el mismo organismo, seguirá por debajo de sus niveles habituales al menos hasta 2018. En ese año se cumplirá el décimo aniversario del comienzo de una crisis que la austeridad a rajatabla no ha logrado superar.

Bélgica pone en peligro el tratado con Canadá

Los ministros de Exteriores de la UE tienen previsto concluir mañana el Tratado comercial con Canadá, con vistas a firmarlo en la cumbre bilateral del 27 y 28 de octubre. Pero Bélgica se resiste tras el voto en contra de uno de sus Parlamentos regionales. En teoría, la UE podría aprobar el Tratado por mayoría cualificada. Pero en julio, por presiones de Berlín, Bruselas aceptó que sea ratificado por todos los Estados miembros, lo que de facto da a Bélgica un derecho de veto. El Tratado con Canadá es el prototipo del que se quiere firmar con Estados Unidos, el polémico TTIP. En este caso, los agricultores belgas de Valonia temen la competencia de sus rivales canadienses.

El presidente ruso Vladimir Putin.
El presidente ruso Vladimir Putin.Efe

¿Vuelve la guerra fría?

La UE y Rusia parecían a punto de superar el enfrentamiento por la crisis de Ucrania, pero el conflicto de Siria ha vuelto a envenenar la relación, hasta el punto de que algunos analistas hablan ya del regreso de la guerra fría, al menos, desde el punto de vista de la retórica diplomática. El presidente ruso, Vladimir Putin, canceló la semana pasada su visita a París después de queFrancia acusara a Rusia de crímenes de guerra en Alepo. Londres calificó a Rusia de Estado paria. Hoy, los ministros de Exteriores de la UE debaten la posibilidad de nuevas sanciones contra Moscú. Solo la canciller Angela Merkel parece todavía dispuesta a tender la mano a un Putin casi soviético.

El tribunal de la UE juzga los relevos en la CNMC

El Tribunal de Justicia europeo se pronunciará este miércoles (19 de octubre) sobre el cese prematuro de la cúpula de la CMT (Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones) tras el nacimiento en 2013 de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia), un macroorganismo creado por el Ejecutivo de Rajoy con la fusión de los principales reguladores sectoriales. El dictamen previo a la sentencia, emitido en junio de este año, señaló que la fusión era legal, pero el Gobierno había menoscabado la independencia del regulador al no permitir que el presidente y un consejero de la CMT (que son los recurrentes en este caso) agotaran sus mandatos.

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