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Destinos

Esplendor en la selva y encantos coloniales

Mimada por un entorno natural fascinante, San Luis de Potosí conserva y presume de opulento pasado.

Cascadas sobre la Huasteca potosina.
Cascadas sobre la Huasteca potosina.Fotografías de Inma Moscardó (Cinco Días)

Un cerro, el de San Pedro, a más de 3.000 metros de altura, y sus ricos yacimientos de oro y plata descubiertos en 1592 puso a la desde entonces ciudad de San Luis de Potosí en la mira de los conquistadores españoles, una pequeña joya dentro de la llamada ruta de los tesoros coloniales de México y quizás la más desconocida de todas.

San Luis no goza de la majestuosidad de Zacatecas, el encanto de San Miguel de Allende o el preciosismo de Guanajuato, las plazas más conocidas de ese recorrido por la antigua Nueva España, pero sorprenderá igualmente al viajero.

Más allá de sus calles adoquinadas, impolutas e impecables; de las imponentes fachadas de sus edificios más emblemáticos, talladas en pura piedra rosada, típica de las canteras de la zona, o su reconocible arquitectura, donde predominan el barroco y el neoclásico, San Luis, ubicada estratégicamente en el corazón de México y capital del estado homónimo, ofrece una naturaleza desbordante entre desiertos, montañas y selvas exuberantes coronadas por increíbles cascadas o lagunas verde esmeralda.

Un entorno ideal para practicar el ecoturismo y el turismo de aventura o simplemente disfrutar de la naturaleza en estado pleno. ¿Le parece poco? Déjese atrapar por los pueblos mágicos que le rodean como Xilitla o el Real de Catorce. Un distintivo que la Secretaría (Ministerio) de Turismo otorga a localidades singulares y con encanto.

De calles

En un país tan convulso como México, San Luis pasa por ser una de las ciudades más seguras y con mayor calidad de vida y también es una de las de mayor proyección económica.

El deambular por sus calles y alamedas le trasladará a otra época, con eso ya cuenta el viajero nada más llegar a la ciudad; también intuirá un pasado glorioso y con mucho peso en la historia de México, ya que se considera una de las cunas de la revolución e independencia.

La catedral de San Luis de Potosí, con sus peculiares torres.
La catedral de San Luis de Potosí, con sus peculiares torres.

La historia de la ciudad comienza en la gran plaza de los Fundadores, primer asentamiento español, hoy convertida en centro de reunión y actos cívicos, exposiciones, conciertos o verbenas populares, y se lee en las iglesias y antiguas casonas coloniales, con sus característicos ventanales y balcones de herrería y ménsulas esculpidas.

Uno de los edificios más populares de la ciudad, también en el casco histórico, es la catedral metropolitana, al este de la plaza, en cuya decoración se mezclan barroco, neoclásico y mármol de Carrara, en su fachada.

La peculiaridad radica en sus dos torres de distinto color, ya que fueron construidas en dos épocas. La primera, la torre sur, se proyectó en el inicio de la construcción en 1701 y la segunda se le agregó para conmemorar el primer centenario de la independencia de México; otra particularidad es que es la única iglesia del país que cuenta con 24 esculturas de apóstoles, 12 de piedra, los originales, y otros 12 de mármol, añadidos posteriormente.

La riqueza de la ciudad, propiciada por sus minas, se detecta en la opulencia de construcciones como el Palacio de Gobierno, donde vivió Benito Juárez, y en el que destaca la proporción de sus arcos y, en su interior, una escalera monumental.

El Jardín de San Francisco, donde se ubica la iglesia del mismo nombre, que conserva una valiosa sacristía del siglo XVIII, es el más popular de San Luis.

En este itinerario no puede dejar de visitar los siete barrios que existen prácticamente desde su fundación, cada uno con su iglesia y sus tradiciones, y tampoco debe perderse un delicioso recorrido por San Luis en alguna de las réplicas de los antiguos tranvías (2,6 euros, adultos).

Soltar adrenalina

Barcas para navegar por el río Tampaón.
Barcas para navegar por el río Tampaón.

El estado de San Luis y los alrededores de su capital ofrecen al viajero un atractivo adicional y una experiencia única. Varios ecosistemas dividen naturalmente la zona en tres: la región central, boscosa y llena de manantiales, donde se permite nadar; el altiplano o zona desértica, donde se ubica el Real de Catorce como principal atracción, y la Huasteca Potosina, con sus tupida selvas, sus impresionantes cascadas y escenarios de cuento. En un recorrido del estado de norte a sur se encuentra la Sierra Gorda de Guanajuato, con sus valles y llanuras.

San Luis Potosí presume de tener el mayor número de cascadas del país, la más famosa es la de Tamul. Un vertiginoso salto de agua en la impresionante Huasteca Potosina de 115 metros de altura y otros 300 de profundidad. Los más osados pueden vivir la emoción de descender 105 metros por un cuerda junto a la cascada que se forma cuando el río Gallinas cae sobre el Santa María y juntos forman el Tampaón, con sus preciosas aguas turquesas, aptas por su fuerza para el descenso en balsa.

Los espíritus más contemplativos pueden optar por remontar el río en un precioso paseo en pequeñas embarcaciones de remo, hasta llegar a un mágico emplazamiento, para tomar la imprescindible foto de la cascada.

Por tierra también se puede llegar a la cascada a través del poblado de El Sauz. Necesitará contratar los servicios de agencias locales y le sugerimos reservar al menos un día de sus vacaciones. La mejor época para visitar la cascada es de noviembre a marzo.

Otro lugar que debería visitar es la laguna de la Media Luna, cerca de Rioverde, donde es posible acampar o alquilar alguna de las cabañas del parque natural. Allí puede explorar grutas y cuevas o disfrutar de las aguas termales, deslizarse en tirolina, practicar rapel o escalada, contemplar árboles petrificados o nadar.

Cerca de Aquismón, también en la Huasteca, está el manantial de Tambaque, un antiguo asentamiento donde aún vive una comunidad teenek. Algunos operadores locales ofrecen esta visita en combinación con las cuevas de Mantetzulel, unas cavernas formadas por roca caliza, en cuyo interior corre un río de aguas frías e increíblemente cristalinas. Los más valientes practican clavados desde la rocas, bajo su propio riesgo.

En el pueblo mágico de Xilitla, en la Sierra Madre Oriental, está el jardín escultórico surrealista, único en el mundo, creado por el británico Edward James, sobre una finca cafetalera.

El Real de Catorce es un antiguo pueblo minero, abandonado y hoy rehabilitado y destino turístico al que se accede a través del túnel de Ogarrio, de más dos kilómetros de longitud. De su antiguo esplendor quedan la Arena de Toros y el Palenque de Gallos, que hoy se utiliza para conciertos al aire libre y obras de teatro. Recorra sin prisas sus barrios como Charquillas, Las Tuzas, el Centro…

La animada plaza de los Fundadores, en el centro histórico de San Luis.
La animada plaza de los Fundadores, en el centro histórico de San Luis.Inma Moscardó (Cinco Días)

Guía para el viajero

Cómo ir. Desde España no hay vuelo directo a San Luis de Potosí. Aeroméxico vuela a diario y sin escalas desde Madrid a Ciudad de México a partir de 972 euros para salidas el 31 de octubre –una buena opción para pasar en México la festividad del Día de los Muertos–. Una vez en la capital puede tomar un vuelo local. Varias aerolíneas –Aeroméxico Connect, Aeromar o Volaris– enlazan las dos ciudades; alquilar un coche para recorrer la ruta colonial o tomar un autobús. Ambas ciudades están separadas por 408 km, unas cuatro horas en coche por la autopista 57 y la carretera federal 70. Información en Visitmexico.com y Visitasanluispotosi.com.

Dónde dormir. Si quiere estar bien comunicado y a tiro de piedra de los principales sitios y edificios históricos, una buena opción es el Hotel Panorama. A diez minutos de la plaza de los Fundadores y a cinco de la catedral, este cuatro estrellas moderno y funcional le permitirá llegar al aeropuerto en 20 minutos o enlazar fácilmente con la autopista 57. Buen servicio y habitaciones amplias. Desde 44 euros.

Dónde comer. No se pierda el restaurante Cielo Tinto, una imponente casona de época, restaurada y con varios ambientes. Tiene una magnífica carta de platos, donde destacan pescados y mariscos, y de vinos. San Luis tiene una jugosa gastronomía propia, en la que se fusionan la tradición indígena y la española. El asado de boda –carne de cerdo sazonada con chile rojo, cecina y otros ingredientes– es su plato más conocido; pruebe sus gorditas –empanadillas– al pastor o los tacos rojos.

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