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Tribuna
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Hillary al ataque; Trump a la defensiva

Un dependiente ve el debate en Seúl, Corea del Sur.
Un dependiente ve el debate en Seúl, Corea del Sur.KIM HONG-JI (REUTERS)

Ha sido el mejor debate que he visto en unas elecciones presidenciales desde 1992. Hemos contemplado una Hillary fresca y mentalmente preparada, que ha llevado la iniciativa en todo momento, versus un Trump a la defensiva, cuya cara mostraba lo incómodo que se sentía. El debate se produce cuando los dos candidatos están empatados en las encuestas. Así que se juegan mucho.

En la sala, (Universidad de Hofstra, Nueva York) en la que hay más de mil personas, Lester Holt (NBC) modera. 90 minutos para tratar seis grandes temáticas. Aparecen los candidatos momentos después de que Bill Clinton salude a Melania Trump...; Hillary, vestida de rojo agresivo (crimson) da el primer paso al saludar a Trump y al moderador. Es la primera de sus iniciativas, porque todo el debate será así: ella llevando la batuta y él defendiéndose como buenamente puede.

El primer bloque trata sobre cómo conseguir la prosperidad. Ella explica que hay que subir los impuestos a los ricos y ayudar a las pymes y a los trabajadores con mejores salarios. Trump quiere bajar impuestos. Ella destaca la historia de un Trump que empezó su carrera en los negocios con 14 millones de su padre. "Yo tuve una experiencia distinta, dice Hillary, como hija del dueño de una pyme". Hillary acaba de meterse a la clase media en el bolsillo, 90% del electorado). Trump insiste en que empresas y empleos abandonan América porque los impuestos son muy altos.

Hillary arrasa con datos y detalla mucho su plan económico. Trump dice que la mejor manera de crear empleos es impedir que éstos se vayan a otros países. Hillary está al ataque y él a la defensiva: alaba las políticas económicas de "mi marido, cuando se crearon 24 millones empleos". Hillary no se inmuta cuando Trump empieza a calentarse y enfadarse al hablar de NAFTA Clinton sigue sonriendo, pero Trump empieza a ser él mismo (peligro) y Hillary bromea: "Donald, todos sabemos que vives en tu propia realidad". Hillary provoca risas; está al mando y es específica en sus propuestas, soportadas por datos

¿Por qué no hace públicas Trump sus declaraciones de impuestos? Pregunta el moderador a Trump, quien responde que no lo hace porque está siendo investigado por Hacienda y, añade, “las haré públicas cuando ella haga públicos los 30.000 emails que ha destruido”. Hillary está muy ágil mentalmente: si Trump no hace públicas sus finanzas es porque, bien no es tan rico como dice, bien porque no ha pagado impuestos o “porque está ocultando algo terrible”.

Hay tensiones raciales. Hillary dice que la cuestión racial determina la vida en América y que hay que controlar las armas. Para Trump son necesarios "ley y orden" Hay bandas de inmigrantes con armas que están matando afroamericanos e hispanos, asevera Trump. Ambos están de acuerdo en que hay que mejorar las relaciones entre comunidades y policía. Pero Hillary ataca el racismo que existe en América y se mete al 12% del electorado en el bolsillo; ". ella es partidaria de entrenar a la policía en cuestiones raciales y relaciones con la comunidad y Trump es partidario de mano dura para acabar con la violencia. Clinton arranca aplausos del público cuando dice que "Donald me acusa de prepararme para este debate, pero también me he estado preparando para ser presidenta", insinuando que Trump no está preparado para serlo. La cara de Trump es un porque Hillary habla de manera articulada y le acusa de haber inventado la mentira sobre que Obama no era americano; mentira sobre la que Trump ha construido su carrera política desde 2011.

Los candidatos hablan de los cíber ataques a Norteamérica y Hillary menciona los hackers ayudados por Rusia, sugiriendo conexiones entre Trump y Putin, “especialmente cuando Trump animó a Rusia a espiar a ciudadanos americanos; por eso, Trump no está capacitado para ser presidente"

Ambos hablan de acabar con ISIS y de evitar ataques en América por parte de ciudadanos norteamericanos. De nuevo, la cara de Trump es otro poema, a cuál más empitonado. Es, como si estuviera enfadado por no haber preparado el debate como ella lo ha hecho y porque se da cuenta de que Clinton está en primera división y él… en tercera. Trump hace esfuerzos por controlarse, pero su cara muestra que está muy enfadado. Hillary sonríe y hasta hace reír varias veces al público. Trump aparece como una persona antipática.

En política internacional, Clinton habla de la OTAN y de la necesidad de colaborar con otros países, como el acuerdo con Irán para impedir su programa nuclear, en que Estados Unidos colaboró con China, Rusia, etc. Para Trump, el problema radica en que América defiende demasiadas naciones “pero éstas no pagan ni un dólar a América por esa protección”. Hillary lanza un mensaje a los aliados para tranquilizarles: América hará honor a sus tratados. Y añade que aspira a liderar un país en el que el resto de naciones se puedan apoyar y con el que siempre puedan contar.

Trump acusa a Hillary de no tener fortaleza física para ser presidenta. Trump se acaba de meter en un buen lío: Hillary es mujer y le responde que le diga eso “cuando viaje a 112 países y negocie sin parar durante cientos de horas, sin comer ni dormir”, entonces podrá acusarla de no tener fortaleza física. Clinton arranca un aplauso al público. Trump se lo ha puesto en bandeja a Hillary, que aprovecha para recordar los insultos de Trump a las mujeres, dejando claro que las mujeres votarán en noviembre. Son el 51% del electorado. Las casillas de Clinton se llenan y las de Trump se vacían. De nuevo, la cara de Trump no es ya un poema, sino toda una antología de poesía dramática.

Hasta la cadena Fox concluye que Hillary ha sido quien ha tomado siempre la iniciativa, versus un Trump rezagado, enfadado y que ha estado a la defensiva.

Los 90 minutos, llenos de sustancia, se han pasado en un suspiro y Clinton ha ganado el debate.

Jorge Díaz Cardiel. Socio Director ADVICE Strategic Consultants. Autor de Obama y el liderazgo pragmático, La reinvención de Obama, La Victoria de América

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