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Viajes

Cómo hacer la maleta ideal para un viaje de negocios

Elegir prendas versátiles, teniendo en cuenta sus tejidos y posibles combinaciones, es fundamental.

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Javier García Ropero

Terminado el mes de agosto toca revisar la agenda, y repasar la planificación para las próximas semanas. Reuniones, comidas... y nuevos viajes. En este caso, eso sí, de negocios.

Según la Estadística de Turismo de Residentes que realiza el Instituto Nacional de Estadística, en 2015 se realizaron 16,6 millones de viajes de negocios, lo que significó un crecimiento del 9,5% respecto al año anterior. Cada uno de este tipo de desplazamientos dura, de media, entre tres y cuatro días, lo que convierte hacer la maleta en un quebradero de cabeza. Las dudas van desde la cantidad de ropa a elegir, al estilo de las prendas y sus tejidos, pasando por el tamaño de la maleta. Para este tipo de viajes puede ser suficiente con una pieza pequeña o trolley, si se siguen algunos consejos.

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Sara Largo, presidenta de la Asociación Española de Asesores de Imagen y Personal Shoppers (Asedai), y directora de la consultora Tuasesordeimagen.es, recomienda tomar algunas precauciones previas. Primero, tener en cuenta el destino y las condiciones meteorológicas que el ejecutivo o ejecutiva se encontrará allí, observando su evolución en los días previos. Después, hacer una lista de las actividades que se realizarán en el viaje: reuniones, cenas o comidas, cócteles... Hecho esto, poner encima de la cama los posibles estilismos para cada actividad, viendo así las distintas combinaciones y las prendas que pueden resultar más versátiles. “Con ello, podemos ver qué cantidad de cosas llevar y qué maleta elegir”.

Para cuatro días, puede ser suficiente con un trolley. En ese caso, los trajes azul marino son los más aprovechables por su facilidad para combinar con diferentes camisas y blusas (blancas o azules claro) y con otras chaquetas que sí podrán guardarse en la maleta con más facilidad. Pero, explica Largo, “las mejores marcas ya cuentan con tejidos más flexibles y que se arrugan menos al doblarse”. A evitar, en todo caso, prendas de lino y seda.

Lo mismo ocurre con los zapatos: unos negros de cordones, en el caso de los hombres, y unos stilettos con tacón mediano para las mujeres, también negros, son bazas seguras al combinar con todo. Las prendas complejas de guardar, como trajes, chaquetas o abrigos, es mejor llevarlos puestas o en la mano a la hora de iniciar el viaje. Si, por el grado de formalidad, es necesario llevar otro traje, se hará imprescindible utilizar un portatrajes.

Elegidas las prendas, siempre de colores neutros, evitando estampados o rayas, habrá que introducirlas en la maleta siguiendo un orden. Lo primero, explica Sara Largo, los zapatos, dentro de una bolsa de tela. Dentro de ellos pueden introducirse elementos como unos gemelos, pendientes, collares o un reloj, para aprovechar su espacio. Lo segundo, el neceser, a ser posible, plastificado. Si no lo está, la experta recomienda introducirlo en una bolsa de plástico para evitar posibles derrames de líquidos sobre el resto de elementos. Tenido esto en cuenta, hay que colocar en primer lugar las prendas que menos arrugas sufren, como los pantalones, o los cinturones. Aunque en este caso, Largo recomienda no enrollarlos, ya que pueden cuartearse, sino guardarlos lo más estirados posible. Después, es el turno de guardar lo más susceptible de arrugarse: las camisas y las blusas.

Es uno de los puntos críticos. El error más habitual es doblar camisas y blusas haciendo varios pliegues, con el fin de que ocupen, aparentemente, menos espacio. La presidenta de Asedai recomienda otro método. El primer paso, estirar la prenda sobre la cama u otra superficie lisa, con su parte frontal apoyada en esta. El segundo, doblar las mangas hacia adentro, de forma que la camisa o blusa quede con forma de rectángulo. Hecho esto, se le da la vuelta y se posa sobre la maleta. La parte que sobra no se dobla, sino que se introduce entre el resto de elementos que quedan bajo la camisa y el borde de la maleta. Si quedan arrugas, y no se quiere recurrir al servicio de tintorería del hotel, quedará recurrir al método casero: poner las camisas en perchas, colgarlas en el baño y llenar la bañera con agua caliente.El vapor generado ayudará a alisarlas.

Si, metido lo imprescindible, sigue quedando espacio, o se ha optado por una maleta de mayor tamaño, Sara Largo recomienda, en el caso de las mujeres y si la agenda lo requiere, un vestido negro de cóctel y una cartera plana como complemento.Para los hombres, un traje o chaqueta adicional.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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