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Destinos

Irlanda, donde mitos, leyendas e historia se dan la mano

Tumbas neolíticas, arquitectura milenaria, castillos, ciudades medievales, escenarios de batallas, suaves paisajes de ensueño, infinitos matices del verde...

Newgrange, en el valle de Boyne, condado de Meath.
Newgrange, en el valle de Boyne, condado de Meath.Turismo de Irlanda

Paisajes barridos por la lluvia, un litoral castigado por las olas de un mar bravo, imágenes de postal que permanecen intactas desde tiempos inmemoriales, vestigios de una civilización milenaria que se extienden desde la Edad de Piedra hasta los primeros años del cristianismo… Irlanda, un país de mitos y leyendas, es todo eso y mucho más.

Nuestra propuesta es un recorrido por el este ancestral de la Isla Esmeralda para descubrir tumbas neolíticas, arquitectura milenaria, castillos, ciudades medievales, escenarios de batallas, suaves paisajes de ensueño, infinitos matices del verde… Y Dublín, la puerta de entrada al país.

La capital irlandesa, siempre viva y estimulante, calificada por la guía de viajes Lonely Planet como una de las mejores ciudades para visitar en 2016, tiene historia, arte, mucha diversión y gente muy acogedora. Las calles estrechas y adoquinadas de Temple Bar, uno de sus barrios más antiguos y carismáticos, conservan la esencia de la ciudad y concentran una amplia oferta cultural y de ocio.

En esta zona, situada entre Dame Street y el río Liffey, los vikingos construyeron a mediados del siglo VIII y principios del IX su primer asentamiento en Irlanda. Desde entonces, aquí se ha concentrado buena parte de la actividad económica, pero sobre todo creativa y de ocio de la isla.

La capital irlandesa es una de las mejores ciudades para visitar en 2016, según ‘Lonely Planet’

Hoy, Temple Bar aglutina muchos de los pilares de la cultura irlandesa, tanto la oficial como la alternativa, además de acoger la vida nocturna de la capital, decenas de bares, pubs típicos, irlandeses por supuesto, galerías de arte y tiendas de moda. Durante el día se instalan en sus calles diferentes mercadillos de libros, frutas...

De los cuatro puentes que comunican el norte de la ciudad con Temple Bar, el más carismático es Ha’Penny Bridge (el puente del medio penique), una pasarela peatonal, construida en 1816, cuyo nombre se debe a que costaba medio penique cruzarlo.

Y para los interesados en alcoholes típicos de esta tierra, la destilería Jameson y la fábrica de cervezas Guinness, dos símbolos nacionales, ofrecen tours didácticos sobre sus procesos de elaboración y su historia.

Pero Dublín es también, y sobre todo, una ciudad literaria, declarada como tal por la Unesco. Méritos no le faltan: Jonathan Swift, Oscar Wilde, James Joyce, Samuel Beckett, George Bernard Shaw, William Butler Yeats… La huella de estos escritores está muy presente en muchos rincones de la ciudad; hay rutas literarias que los recorren y homenajes y viajes literarios para conocer de primera mano los lugares que inspiraron algunas de las grandes obras de la literatura irlandesa.

Ambiente callejero en Dublín.
Ambiente callejero en Dublín.Marce Redondo (Cinco Días)

Antes de partir a recorrer el este ancestral no hay que perderse la catedral de San Patricio; el castillo de Dublín, donde es interesante visitar la Chester Beatty Library, una biblioteca con una asombrosa colección de manuscritos, miniaturas, tabletas de barro, libros antiguos...; el Trinity College, donde se encuentra el libro de Kells, un manuscrito miniado del 800 d. C., realizado por los celtas en la ciudad de Kells, que es una de las obras del Medievo que mejor ha resistido el paso de los años, pieza principal del cristianismo celta y uno de los libros más antiguos del mundo.

Tampoco hay que dejar de ver las mansiones georgianas y las reliquias del pasado vikingo de la ciudad, o pasear por Phoenix Park que, con más de 700 hectáreas de extensión, es el parque urbano más grande de Europa, creado en 1662 como reserva de ciervos.

Explorar el este de la isla es adentrarse en un laberinto de 5.000 años de historia. A menos de una hora en coche al norte de Dublín aparece un paisaje que nos transporta a los orígenes de esta isla. En el valle de Boyne (condado de Meath) se encuentra una de las mayores concentraciones de arte megalítico prehistórico del mundo. Allí es obligado visitar Newgrange y la colina de Tara, dos lugares emblemáticos en la historia de Irlanda.

Newgrange, una tumba de corredor de 90 metros de diámetro y más de 13 de altura, más antigua que Stonehenge (Inglaterra) y que las pirámides egipcias e igual de misteriosa, construida en el año 3200 a. C., sorprende sobre todo en el solsticio de invierno cuando revela su extraordinario secreto: cada 21 de diciembre, uno de los primeros rayos de luz del sol naciente penetra por una pequeña apertura situada en la entrada del yacimiento e ilumina la cámara sepulcral en el centro del monumento.

Piedra del Destino, en la colina sagrada de Tara.
Piedra del Destino, en la colina sagrada de Tara.Marce Redondo (Cinco Días)

Era, al parecer, la forma en la que los antepasados irlandeses rendían tributo a los muertos, un hecho que se produce a la misma hora y en el mismo lugar desde hace más de 5.000 años.

Cerca de Newgrange se encuentra uno de los lugares más sagrados de toda la isla: la colina de Tara o colina de los Reyes, que durante siglos fue un centro místico, de coronación de reyes y de poder. El recinto alberga asentamientos neolíticos, el Montículo de los Rehenes, construido hacia el año 2500 a. C. y la Piedra del Destino que, de ser la original, habría estado presente en la coronación de más de cien reyes celtas a lo largo de la historia.

Según la leyenda, era esta piedra la que dictaminaba si un aspirante al trono era o no el legítimo heredero de la corona, rugiendo cuando este la tocaba, gritaba cuando el verdadero rey le ponía la mano encima. Son muchos los misterios que esconde este lugar; incluso algunas leyendas sugieren que Tara fue la antigua capital del reino perdido de Atlantis.

Pero el valle del río Boyne tiene otros tesoros: Trim, hogar no solo del mayor castillo anglo-normando de Irlanda, del siglo XII, conocido ahora por ser una de las localizaciones donde se rodó la película Braveheart, protagonizada por Mel Gibson, sino también de una gran concentración de construcciones medievales, más que en cualquier otro lugar de Irlanda.

Hoy el río fluye tranquilo, pero no siempre ha sido así. En este lugar, en julio de 1690, dos rivales, Guillermo III y Jaime II, se disputaron el trono británico en la mayor y más sangrienta batalla jamás librada en tierras irlandesas. Este conflicto se evoca con gran viveza en el centro de visitantes de La Batalla del Boyne, donde se exhiben presentaciones audiovisuales y armas originales, y se puede acceder al campo de batalla.

Dolmen de Brownshill.
Dolmen de Brownshill.Turismo de Irlanda

Completar el recorrido por el occidente irlandés nos lleva al denominado corazón histórico de Irlanda, un viaje en el tiempo a través de valles sagrados, mansiones y prados para adentrarse en la Edad de Oro irlandesa de santos y eruditos con visitas a los monasterios donde los monjes escribieron sus manuscritos.

El asentamiento cristiano de Clonmacnoise, en el condado de Offalay, atrae la atención por conservar una catedral, siete iglesias y varias torres del siglo VI. Es ineludible visitar el dolmen de Brownshill, el más pesado de Europa, en el condado de Carlow.

El círculo del viaje al este ancestral lo cierra la llamada Costa Celta. Esta zona abarca el sureste de la isla y ofrece un recorrido a través de la historia por monasterios y pueblos pintorescos, algunos unidos a la historia del Titanic, como Cobh, en el condado de Cork, el último puerto donde el trasatlántico hizo escala antes de hundirse.

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