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Alta dirección

Así motivan a sus plantillas Telefónica, BBVA y LG

La tecnología se ha convertido en una palanca para impulsar la flexibilidad También aumenta el nivel de compromiso de los empleados

Thinkstock

Hace unos meses, el director global de recursos humanos de la multinacional coreana LG preguntó a los empleados del país qué cambiarían para mejorar la compañía. De entre la multitud de respuestas recibidas, predominó una: dar mayor margen a la flexibilidad dentro de la empresa. Así lo explicó ayer el director general de recursos humanos de LG para Europa, Carlos Olave, durante la presentación del estudio El compromiso y el espacio de trabajo global, elaborado por Steelcase, firma de soluciones de mobiliario de oficina. “Y la organización dio respuesta a la demanda, porque si las aspiraciones de la plantilla y la compañía están alineadas, es mucho más fácil impulsar el compromiso de los empleados”, afirmó Olave.

Precisamente, hoy más que nunca, el compromiso es uno de los valores más demandados en las empresas, “y solo se fortalece limando los problemas y la desmotivación del equipo”, recordó el presidente de Steelcase para España y Portugal, Alejandro Pociña. Y urge hacerlo cuanto antes. Según se desprende del citado estudio, el 11% de los trabajadores del mundo está muy insatisfecho con su espacio de trabajo y presenta también un grado de compromiso muy bajo; y el 26% se encuentra relativamente insatisfecho y poco comprometido. “Solo el 13% mundial está muy motivado e involucrado”, señaló Pociña.

Los números no mejoran en el caso español, ya que la cifra de empleados muy satisfechos se reduce al 7% y el porcentaje de los trabajadores muy poco comprometidos asciende al 15%. “Una plantilla emocionalmente desconectada, hostilidad, menor rendimiento... Estas son las consecuencias de esta falta de involucración”, prosiguió Pociña.

Las cifras

15%Es el porcentaje de empleados españoles muy poco comprometidos e insatisfechos en sus espacios de trabajo

32%Es la cifra de profesionales relativamente insatisfechos y poco involucrados

“La sociedad cambia, por eso las organizaciones deben responder a las nuevas necesidades de sus equipos”, señaló la directora de la Ciudad BBVA, Gloria Lamas, que coincidió con el directivo de LG, en que hoy, una de las demandas de las plantillas es la flexibilidad. “La revolución digital ha propiciado muchos cambios a todos los niveles, por eso tiene que impulsarlos también a la hora de ayudar a los profesionales a hacer más cómodas sus tareas”, explicó Lamas.

Así, relató cómo los empleados de la ciudad de BBVA cuentan con un smartphone y un ordenador ultraligero para poder llevar a cabo sus tareas en cualquier lugar, con impresoras para poder imprimir un documento en cualquier parte del complejo y con una aplicación corporativa con la que reservar salas de reuniones o gestionar las plazas del parking. “La tecnología debe ser un facilitador. Si sigues anclado a la mesa de trabajo, realmente no vale de nada. Nosotros concebimos el entorno de trabajo como un elemento que incide con fuerza en el compromiso de la plantilla”, clarificó.

Por el mismo camino se dirige la directora de recursos humanos en Telefónica Digital, Marta Machicot. La tecnología se ha convertido en la herramienta más útil para retener el talento, combatir la falta de motivación en la empresa y fomentar el compromiso. “Trabajar de manera flexible no es una opción, sino una necesidad. Y no hay nada que comprometa más a un profesional con la compañía, que el hecho de que esta le dé la capacidad de gestionar su tiempo y sus herramientas en función de sus necesidades”. El secreto, apunta Machicot, es tener tantos modelos de trabajos posibles como personas hay en la organización. “Y eso solo se logra con los avances tecnológicos”.

Sin embargo, es necesario que la precaución tome la iniciativa en toda esta transformación. Debido a la velocidad del cambio, en muchas ocasiones se afrontan decisiones precipitadas de forma aislada, y no en su conjunto. “Por eso, cualquier estrategia o novedad que se lleve a cabo debe ser global en la compañía, porque si no a la plantilla le cuesta trabajo comprenderla. Otro factor que desmotiva a los empleados es sentirse fuera de las decisiones de la empresa o no entender los cambios internos que se llevan a cabo”, recordó Carlos Olave.

Merece la pena luchar por fortalecer este compromiso, señaló Pociña. “Los trabajadores involucrados tienen más control y libertad para moverse y tomar decisiones, así como elegir cómo y dónde van a trabajar. Además, se concentran en sus tareas con más facilidad y son capaces de expresar y compartir ideas”. Es una forma, además, de mejorar los resultados de la organización, ya que este intercambio de información repercute en los números y rendimiento de la firma. “No debemos olvidar que a la oficina también se va a relacionarse y aprender del resto”, apuntó Lamas.

“A los directivos de recursos humanos muchas veces nos gusta inventar palabras y métodos nuevos, pero en algunas ocasiones los métodos clásicos siguen siendo los más efectivos”, recordó Olave. Porque “uno de los mayores males de la sociedad ya no es el tabaquismo, sino el sedentarismo”, señaló Lamas. Por eso, los métodos que utilizan muchas compañías para promover actitudes saludables, como los gimnasios en la oficina, siguen siendo efectivos. “O también dotar a las instalaciones de restaurantes, cafeterías o escuelas infantiles”, recomendó la ejecutiva de BBVA. El tacto es otro clásico. Si una persona está desmotivada es porque tiene alguna razón, ya sea objetiva o subjetiva, “y sigue siendo una tarea de la empresa comunicarse con ella para intentar ayudarla”, reiteró Machicot. Tampoco debe olvidarse el tema de la retribución. “Si alguien cree que no se le está pagando justamente, también le influye negativamente en el ámbito emocional”, recordó Olave.

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