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Emprendedores

‘Startups’ que han llegado para quedarse

Cabify consolida su liderazgo en Latinoamérica, BlaBlaCar absorbe su expansión en emergentes, 8Belts pone el foco en los empresarios españoles en África y Parclick quiere digitalizar el mercado del parking.

Logo de la plataforma Sí, innovamos, que promueve en Francia la creación de startups, en la residencia del embajador francés en Madrid.
Logo de la plataforma Sí, innovamos, que promueve en Francia la creación de startups, en la residencia del embajador francés en Madrid.
Denisse Cepeda Minaya

Solicitar un taxi con chófer (¡y guapo!) por internet o el móvil a través de Cabify. Conseguir una plaza de aparcamiento en pleno centro de Madrid gracias a Parclick. ¿Va a Cádiz? Reserve un coche compartido en BlaBlaCar. Y si ahora se plantea abrir una sede en África, contacte con 8Belts, porque necesitará que le echen una mano con el francés.

El consumo colaborativo es una realidad y la tecnología es el gran responsable de esa proliferación de startups, de mentes brillantes e innovadoras, que han revolucionado el mercado en muy poco tiempo.

Y aunque muchas lleven apenas cinco años, su gran meta es quedarse para siempre, como sucede con las ya mencionadas Cabify, BlaBlaCar, 8Belts y Parclick. Una vez superada su etapa de creación, ahora llega el momento del crecimiento, expansión y consolidación.

Ese impacto en la economía tradicional, la vida cotidiana y empresarial, pese al rechazo de algunos sectores, se ha constatado en la segunda edición de Oui Innov, un punto de encuentro de emprendedores francoespañol, celebrado la semana pasada en la residencia del embajador francés en Madrid.

La tecnología es responsable del boom de startups, de mentes brillantes e innovadoras, que revolucionan el mercado en poco tiempo

La cita, coorganizada por las agencias francesas de innovación French Tech y Business France, reunió a 150 emprendedores, inversores y representantes de instituciones francesas y españolas para “generar relaciones, fortalecer las redes de apoyo y encontrar soluciones a los retos del ecosistema”.

De hecho, en la apertura, la directora de Business France, Géraldine Filippi, manifestaba, de forma anecdótica e irónica, la interrupción brusca de esta nueva generación: (suena su móvil durante su exposición). “Perdonen, es mi hijo, debo coger la llamada. Estoy trabajando, ahora no puedo hablar, ponte a ver una película. No, no la bajes, ¡eso es ilegal!... Es cierto, si no hay Gobierno en España…”, bromeaba, a la vez que ilustraba cómo la actividad de cada una de las startups participantes ha modificado el comportamiento de personas y ciudades, tal y como se ha indicado al inicio del texto, parafraseando, en parte, a Filippi.

Las empresas aprovecharon la ocasión para anunciar sus próximos pasos, lo que refleja el proceso de consolidación y liderazgo en el que están inmersas, pero con miras al futuro.

Tras la inyección en marzo de 120 millones de dólares (109 millones de euros) por parte de la firma japonesa de comercio electrónico Rakuten, Cabify, la startup española que más financiación ha recibido según la consultora TTR, se prepara este segundo semestre del año para un intenso programa de expansión, específicamente en América Latina.

Así, Quito y Guayaquil (Ecuador); Buenos Aires y Rosario (Argentina); Costa Rica y República Dominicana son los mercados en agenda. Estos se suman a los de Panamá y Brasil, lanzado en la primera mitad del año; Chile, Perú, Colombia, México y España -recientemente Málaga, Marbella y Valencia- y Lisboa, que funciona desde mayo.

“El objetivo de esta ronda [de financiación] es la expansión geográfica. Nuestro foco es mucho mercado emergente; Latinoamérica, en principio, por afinidad cultural, origen de los fundadores y porque mejoramos la movilidad, de manera clara, en estas ciudades. La geolocalización, la seguridad, la calidad en el servicio aporta mucho valor, comparado con Europa, donde el servicio de taxi no está mal, aunque podría ser mejor”, comentaba a este diario Juan Ignacio García, director general de Cabify para España y Portugal.

Pese al éxito, esta empresa ha recibido demandas por supuesta competencia desleal en España y Perú. “Desde el punto de vista legal, el taxi siempre ha retado a los nuevos jugadores en España. Este mercado es, probablemente, uno de los más regulados del mundo, quizá por razones históricas y la enorme inversión en licencias que hay”, apuntaba García, que cifra en 4.000 millones de euros el bloqueo de licencias de taxis.

Timothée Boitouzet, de Woodoo; Catherine Barba, experta en comercio electrónico; el embajador francés en España, Yves Saint-Geours; Anxo Pérez, de 8Belts, y Géraldine Filippi, de Business France, en la apertura del encuentro.
Timothée Boitouzet, de Woodoo; Catherine Barba, experta en comercio electrónico; el embajador francés en España, Yves Saint-Geours; Anxo Pérez, de 8Belts, y Géraldine Filippi, de Business France, en la apertura del encuentro.

En Latinoamérica ocurre lo contrario. En un servicio aún muy informal, con pocas licencias, y ven a Cabify como un modelo. “Casi somos nosotros los que venimos a regular, entrecomillas, en cuanto a calidad en el servicio y forma de actuar; nos reciben como buena cosa”, afirmaba. Una vez que se forme Gobierno en España, García confía en que se establezcan unas reglas de juego más claras. Un reclamo que han trasladado a todos los partidos.

La francesa BlaBlaCar también mira a los países emergentes, tanto en Latinoamérica como Asia. Aunque para este año se enfocará en “absorber el crecimiento registrado en los últimos dos años”, que incluyó la apertura de 10 mercados, y que hacen que hoy opere en 22 países, con 30 millones de usuarios en total, de los que dos millones y medio están en España.

“Estamos viendo un gran avance en mercados emergentes. Rusia, concretamente, está creciendo mucho más rápido que otros países. India, México o Brasil también están teniendo una atracción importante”, indicaba Jaime Rodríguez, director general de la compañía para España y Portugal.

Es que, ante una infraestructura deficiente y poco desarrollada, este servicio se convierte en básico: “En Europa, BlaBlaCar está muy centrado en el ahorro, pero en países como India estamos habilitando la movilidad, porque el transporte tradicional está saturado”, explicaba Rodríguez.

En India, por ejemplo, tienen un acuerdo con la empresa ferroviaria equivalente a Renfe para transportar a los viajeros que ésta no puede asumir. “Como es imposible reservar un tren a menos de un mes vista, se redirige ese tráfico a BlaBlaCar, que permite conectar muchas poblaciones que de otra forma no tendrían conexión directa”, sostenía. Pero también pasa en Europa: “Dos tercios de los viajes en España no tienen conexión directa en autobús”, aseguraba Rodríguez.

El autobús, precisamente, ha denunciado a esta empresa por competencia desleal y falta de cobertura jurídica. “En España estamos viviendo una situación inédita. Es el único país donde hemos sido demandados”, se lamenta Rodríguez. El juez ha rechazado la petición de cierre cautelar solicitada por la patronal Confebus, pero el proceso judicial está aún pendiente de resolución.

“Nos cuesta imaginar un escenario que no fuera favorable después de seis años operando aquí”, expresaba con preocupación. La compañía pide, a la vista de esta situación, una regulación que acoja, por un lado, las recomendaciones de la Comisión Europea para impulsar la economía colaborativa y, por otro, que se establezca un marco homogéneo a los países del entorno. Es el caso de Francia o Alemania, donde se fomentan medidas de estímulo públicas para compartir coche.

Después de su triunfo con el chino y el inglés, la startup española de enseñanza de idiomas 8Belts lanzará en septiembre el aprendizaje en francés por la creciente demanda de esta lengua entre empresarios hispanos recién desembarcados en África.

“Hay un montón de empresas españolas que se están expandiendo a este continente, entre ellos estudios de arquitectura, y queremos satisfacer esa demanda”, anunciaba su fundador Anxo Pérez.

Esta empresa presume de haber crecido con recursos propios, de forma orgánica, sin financiación externa ni grandes sumas de capital. “Contactan fondos, pero, de momento, hemos dicho que no. Pasamos la etapa más difícil: hemos demostrado que el producto funciona y conseguimos crecer. Somos más de 100 empleados cuando hace cuatro años éramos solo uno, yo”, ostentaba Pérez.

Internacionalización, expansión, financiación, colaboración público-privada o trabajo conjunto con pymes y grandes empresas, entre los retos

“Es bonito hacerlo por nuestro propio pie. Demostramos a otros que es posible emprender en España, incluso sin financiación externa”, insistía. La empresa, que se financia con la venta de los cursos (alrededor de 1.000 euros por ocho meses de clases y con la promesa de devolverlo si el usuario no aprende), quiere dar el salto a América Latina, para lo que cuenta con socios no especificados. Pero si decide operar a escala mundial, “a lo mejor sí que necesitaríamos capital”, reconocía.

La primera edición de Oui Innov se celebró en 2014. Si bien ese año se centraba en la información, este fue el del trabajo: resolver en conjunto varios retos lanzados por las compañías, como la internacionalización, crecimiento, financiación, adquisición de clientes o mayor colaboración público-privada y entre grandes compañías, pymes y startups.

En esta jornada también participaron las jóvenes empresas francesas Woodoo, Aircall, Fluicity, Bifasor y las españolas Parclick, Fintonic, así como otras ya grandes, entre ellas Carrefour y Amadeus.

Lo que ofrece Francia a los emprendedores españoles

Solo en 2015, en Francia se crearon 600.000 empresas. Un reflejo de que este país se ha modernizado, pese a los clichés de una Francia puramente cultural, al acoger la innovación, la I+D y el espíritu emprendedor, defendía n el encuentro el embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours. “En esta casa de tradición, hay también modernidad”, mantenía.

Por eso, este país ha incluido a las empresas de reciente creación en sus programas de financiación estatales para impulsar su crecimiento y el desarrollo de un ecosistema digital.

Así, las ayudas de fomento están abiertas a cualquier empresa extranjera. Para poder acceder a esta financiación no retroactiva, que toma en cuenta la generación de empleo prevista, debe rellenar una carta de intención del Gobierno francés antes de desembarcar en el país, explica Filippi, de Business France. “Es muy importante llamarnos antes de ir a Francia, porque ya allí, no podemos hacer nada”, recalcaba Filippi.

El crédito fiscal a la I+D es la otra vía disponible, que cubre el 30% de la inversión y abarca todo tipo de gasto, desde nóminas hasta el coste de oficina. “Por eso tenemos tanto éxito en la atracción de empresas españolas en innovación”, destacaba. Indra, CT ingenieros o Parclick son algunas de las beneficiadas.

Esta última, que muestra online las plazas libres de parking en el entorno del usuario, quiere digitalizar por completo una industria muy tradicional. Y lo está logrando, poco a poco. Por ejemplo, a través de su plataforma ofrece a los turistas abonos de una semana, impensable en el pasado; incluidos descuentos de hasta el 70%.

De esta manera, ayuda tanto a operadores como a conductores. Cuenta con 25 empleados y Francia supone hoy el 50% de su facturación, señalaba Luis París, consejero delegado y cofundador.

Además, están los concursos para emprendedores, el French Tech Ticket, en el que al describir su proyecto y plan de negocios obtienen tanto dinero (entre 10.000 y 15.000 euros) como asesoría.

El ganador pasa a formar parte de una incubadora en la que recibe consejos, visibilidad, citas con inversores, banqueros (como el Crédit Agricole), añaden desde Business France. O pueden acudir al centro de negocios parisino Val de Marne o a la incubadora habilitada en dicha capital por las Cámaras de Comercio españolas en Francia para acoger específicamente a startups de la península ibérica.

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Sobre la firma

Denisse Cepeda Minaya
Periodista especializada en energía, medio ambiente, cambio climático y salud. Máster en Economía verde y circular por el Inesem y Máster en Periodismo por la UAM/El País. Con más de 20 años de experiencia en periodismo económico. Anteriormente trabajó en República Dominicana como reportera de economía en los periódicos El Caribe y Listín Diario.

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