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Desarrollo urbanístico

El Real Madrid afronta tres años de obras en el Bernabéu al final de la próxima temporada

Maqueta presentada en 2014 sobre la remodelación del Santiago Bernabéu.
Maqueta presentada en 2014 sobre la remodelación del Santiago Bernabéu.

El Real Madrid ultima el proyecto modificado para la reforma del estadio Santiago Bernabéu después de que fuera frenado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en 2015. El objetivo es presentarlo en julio para acometer las obras a partir del verano de 2017. El plazo de ejecución va de 30 a 36 meses y el plan reserva espacio para una plaza pública en la esquina que hoy alberga un centro comercial.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, va a tener un verano ajetreado tras la conquista de la undécima Copa de Europa. Se abre el mercado de fichajes y, sobre todo, el club vuelve a pelear por sacar adelante el proyecto de remodelación del Santiago Bernabéu cuando el Atlético de Madrid toma ritmo en la construcción de su nueva sede sobre La Peineta y el Fútbol Club Barcelona presentó en abril el futuro Camp Nou.

Fuentes cercanas al proceso aseguran que Pérez ha marcado el objetivo de tener el plan especial para su presentación este mes de julio –a mucho tardar sería en septiembre– y que su intención es que las obras arranquen tras la conclusión de la temporada 2016-2017. Con un plazo de ejecución que oscilaría entre los dos años y medio y los tres años, el estadio no cerraría sus puertas y seguiría albergando los encuentros del Real Madrid.

Las fuentes consultadas avanzan que se ha pensado en soluciones que esconden por completo los trabajos cuando el campo esté abierto al público. La modernización del que es uno de los estadios más emblemáticos del mundo pasa por la construcción de una cubierta y la renovación de la fachada, en la que luciría una pantalla gigante. Al parecer apenas hay cambios estéticos respecto al diseño presentado en enero de 2014, firmado por GMP Architekten, L35 y Ribas & Ribas.

En todo caso, se aprecia en el plan especial urbanístico concesiones como es la creación de una plaza pública en el espacio que actualmente ocupa la Esquina del Bernabéu, con lo que se habría trabajado en la redistribución de los espacios comerciales. Sobre el proyecto se tanteó la construcción de un hotel con vistas al terreno de juego que parece perder posibilidades. Y respecto al uso del suelo anexo en el Paseo de la Castellana, utilizado en la actualidad como aparcamiento de autobuses, el Real Madrid está por la labor de crear otra zona verde abierta al público.

Otro detalle que trata de encajar el club blanco en el nuevo diseño es el del incremento de aforo en el lateral que da a la calle Padre Damián, donde se pretenden ganar 3.000 asientos en detrimento de los que se pierden en otras zonas del campo. Y es que apenas variará la capacidad de la casa blanca, actualmente de 81.044 localidades. Restaurantes, tiendas, un parking subterráneo o los exitosos palcos VIP se mantendrán en el plan comercial del nuevo estadio.

Al margen de lo deportivo, el plan especial para la reconstrucción del Bernabéu es el gran legado que quiere dejar Florentino Pérez en esta segunda etapa como presidente, tras construir la ciudad deportiva de Valdebebas durante su primer ciclo. Desde que fuera presentada la primera versión del nuevo Bernabéu, a principios de 2014, se ha jugado con un presupuesto de 300 a 400 millones.

De salir adelante, el proyecto promete dar un significativo cambio de imagen a la Castellana, principal arteria de la capital, a la espera de que se decida el futuro de la Operación Chamartín. Al Real Madrid parecen no faltarle novias para poner nombre al nuevo Bernabéu con una operación de naming, valorada hasta en 40 millones por temporada, que podría financiar las obras. El fondo soberano IPIC, propietario de Cepsa, ha sido siempre el favorito tras firmar una alianza con el club en octubre de 2014.

En el entorno del Real Madrid se defiende que la relación con el Ayuntamiento de Manuela Carmena es fluida, tras un tira y afloja sobre el uso del suelos público anejo al estadio, y que el plan se está rematando en base a los acuerdos con el Gobierno municipal. El escollo principal ha estado en la justicia.

El 15 de noviembre de 2012 Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, ambos entonces en manos del PP, dieron el visto bueno a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para la permuta de esos terrenos municipales en la Castellana por otros propiedad del Real Madrid en el área de Opañel, donde el Consistorio levantaría instalaciones de equipamiento y zonas verdes. El intercambio fue frenado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en 2012 y la modificación del PGOU fue rechazada ya en abril 2015. Desde entonces, el Real Madrid y sus arquitectos trabajan para atender las modificaciones técnicas marcadas por la justicia.

El Atlético también desatasca su operación

El Atlético de Madrid también está negociando actualmente con el Ayuntamiento de Manuela Carmena las dos operaciones paralelas que le permitirían estrenar estadio. En primer término, el club está a punto de llegar a un acuerdo para abandonar el Vicente Calderón, en la conocida como Operación Mahou-Calderón, en la que se rebajará la edificabilidad prevista inicialmente en los antiguos terrenos del fabricante de cerveza y donde se descarta soterrar la M-30 para abaratar el desarrollo.

A la vez, negocia con el Consistorio cómo abordar la urbanización del nuevo coliseo de la Peineta y un posible traslado de su ciudad deportiva, mientras FCC sigue con las obras del estadio, que finalizarán en 2017.

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