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Bebidas

Coca-Cola y Daurella: pacto accionarial en European Partners

Los representantes de las tres embotelladoras que se fusionan en Coca-Cola European Partners.
Los representantes de las tres embotelladoras que se fusionan en Coca-Cola European Partners.

Queda menos de una semana para que la mayor embotelladora de Coca-Cola, Coca-Cola European Partners (CCEP), aterrice en la Bolsa de Madrid y se van conociendo más detalles sobre la operación. Los reguladores británicos dieron el miércoles por la tarde el visto bueno al folleto para que la empresa comience a cotizar en Europa.

En este documento figura un pacto sellado entre The Coca-Cola Company, que posee el 18% de CCEP, y la embotelladora española Coca-Cola Iberian Partners, controlada por la familia Daurella y que tiene el 34% de la nueva compañía. La suma de las dos da el control del accionariado de CCEP.

Ambas empresas cuentan con un compromiso de no disposición de acciones durante el primer año. A partir de junio de 2017, los socios no podrán vender a una persona una participación que supere el 18% de las acciones sin que el otro lo apruebe. Tampoco podrá colocar en Bolsa un paquete superior al 5% de los títulos sin el visto bueno del otro interesado.

El grupo español ganó un 8% más en 2015

El folleto de salida a Bolsa de Coca-Cola European Partners aporta también las cuentas de 2015 de Olive Holdco, nombre que toma Coca-Cola Iberian Partners durante la fusión. La compañía española, controlada en más de un 55% por los Daurella, facturaron 2.919 millones de euros, un 3,1% más que un año antes. Además, el grupo cerró el ejercicio con un aumento del 7,9% en los beneficios, hasta los 191,1 millones. Con los datos de las tres embotelladoras que se fusionan, Coca-Cola European Partners nace con una facturación conjunta de 10.900 millones de euros, de los que 6.300 millones proceden de Coca-Cola Enterprises, 2.480 de la española y 2.181 de la alemana. Se habría apuntado en 2015 unos beneficios de 438 millones.

CCEP se gastará 253 millones de euros en toda la operación, que incluye tanto los costes de la fusión de las tres embotelladoras (Coca-Cola Enterprises, Coca-Cola Iberian Partners y Coca-Cola Erfrischungsgetränke, según figura en el folleto. La llegada al parqué se hará a través de un listing. Las acciones de Coca-Cola Enterprises, que es la única empresa de las tres que se fusionan que cotiza en Bolsa, pasarán a ser el free float de la compañía. Por ello, no se ha aportado un rango de precios para su salida, sino que se tomará en cuenta el precio con el que cierre esta noche las acciones de esta empresa. El precio a comienzos de sesión de ayer era de 50,90 dólares. Aunque no es una cifra definitiva, se emitirán en torno a 482,2 millones de acciones, de las que el 48% cotizarán en Bolsa.

756.000 euros al año

Sol Daurella, que ya había sido nombrada presidenta de la compañía, ocupará el cargo hasta la junta de accionistas que se celebre 2019, aunque previsiblemente permanecerá después otros dos periodos de tres años cada uno. La directiva recibirá en el cargo 756.00 euros como salario base anual, según figura en el folleto. Con un 6,3% de las acciones, será el miembro del grupo con mayor participación. Los otros cuatro consejeros de Iberian Partners en la nueva compañía (José Ignacio Comenge Sánchez-Real, Alfonso Líbano Daurella, Mario Rotllant Solá y Francisco Ruiz de la Torre Esporrín) tendrán un sueldo base de entre 105.000 y 131.000 euros, según figura en dicho documento.

La compañía confirma en el folleto que mantendrá una política de dividendo que suponga entre un 30% y un 40% de los beneficios anuales de la compañía, aunque no especifica cuál quedará para 2016. La empresa también asegura que tan pronto como sea posible tras la salida a Bolsa realizará una reducción de capital, sin cuantificar las cantidades.

El folleto incluye los riesgos a los que se enfrenta la empresa. Entre ellos, se incluye la posibilidad de que sea considerada estadounidense por parte de las autoridades de EE UU, lo que le obligaría a abonar los impuestos federales. “Podríamos quedar sujetos a pasivos fiscales significativos relativos al impuesto estadounidense sobre beneficios”, alerta el documento, “siendo significativamente mayor que lo contemplado”.

Por otro lado, la compañía reconoce que se enfrenta a riesgos regulatorios, como el nuevo impuesto sobre el azúcar anunciado por Reino Unido, además de un “creciente interés público” por la obesidad y la introducción de nuevas normas sobre publicidad y envasado. También pone el foco en la situación económica, puesto que el mercado en el que tiene actividad, Europa occidental, ha sufrido una crisis en los últimos años. El grupo de embotelladoras señala que, aunque se ha recuperado, sigue siendo una situación “frágil”.

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