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Escúteres y motocicletas

Llega el buen tiempo, tiempo de moto

En julio de 2004, el Real Decreto 1598/2004 introdujo un importante cambio en el Reglamento General de Conductores: todos los poseedores de un carné B con más de tres años de antigüedad pasaron a tener permiso para conducir cualquier motocicleta que entrase dentro de la clase A1.

El objetivo, según el propio decreto, era “mejorar la fluidez de la circulación, reduciendo el número de automóviles de turismo que circulan ocupados solamente por una persona". La intención era buena y, de hecho, el sector de las 125 cc experimentó un crecimiento de ventas sin precedentes, aunque la polémica también estaba servida. Al margen de lo que indicara la normativa, ¿se encontraban preparados todos esos conductores para circular en moto sin ningún tipo de preparación específica?

Defensores y detractores tomaron posiciones rápidamente, esgrimiendo sus argumentos a favor y en contra. Hoy, más de una década después, la discusión parece zanjada: cada vez es más habitual ver motocicletas de esta cilindrada por las ciudades españolas y, año tras año, con la llegada del buen tiempo, más conductores se animan a pasarse a las dos ruedas.

Las motocicletas de esta cilindrada, y en concreto los escúteres, son las más vendidas en el mercado español, además de las que mejor han resistido los efectos de la crisis del sector. En lo que va de año, los ocho modelos más exitosos se corresponden a esta tipología de hasta 125 cc.

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Sin embargo, los principiantes deben tener en cuenta una serie de nociones en la transición a un vehículo tan diferente a un coche. La primera es conocer qué tipo de motocicleta pueden conducir. Por ley, son motos de hasta 125 cc de cilindrada, que tengan una potencia de hasta 11 kW (equivalentes a 15 CV) y con una relación potencia/peso de 0,1 kW/kg. Además, también existe la posibilidad de optar por un triciclo de hasta 15 kW (unos 20 CV), una variedad muy demandada por la estabilidad que añade la segunda rueda delantera.

La otra premisa básica es ser consciente de que conducir una motocicleta poco o nada tiene que ver con la comodidad de estar sentado tras el volante de un automóvil.

El objetivo de la normativa es dotar de una mayor fluidez  al tráfico en las ciudades

Unos consejos prácticos

Enfrentarse a una moto por primera vez es toda una experiencia y, si bien llegar a ella gracias al carné B puede aportar ventajas (estar habituado a la circulación, soltura con el tráfico, conocimiento de las normas...), también puede acarrear vicios o costumbres derivados del uso del coche que sobre dos ruedas son peligrosos. Se trata de circular, pero desde un prisma muy diferente, por lo que conviene seguir unos consejos básicos:

Precaución máxima. En coche, un despiste en ciudad suele acabar por lo general en un golpe en la carrocería, pero en moto la más mínima distracción puede suponer lesiones graves y hasta la muerte en casos extremos. Al manillar hay que estar muy concentrado, ser conscientes de nuestro propio vehículo y de lo que nos rodea, no forzar las situaciones y llevar a cabo una conducción lo más prudente posible como garantía de una mayor seguridad.

Anticipación. Hay que saber interpretar la circulación, estar atentos a los vehículos que ruedan cerca (e incluso lejos) de nosotros y ser capaces de anticiparse antes de que consumen sus movimientos: incorporarse desde un carril de aceleración aunque no lo señalen, dar frenazos si delante comienza a haber atasco, hacer giros sin poner el correspondiente indicador...

Ser visto. Una moto no tiene el suficiente tamaño para que se la vea fácilmente y, si tenemos en cuenta la tendencia de muchos motoristas a circular entre carriles, la situación es incluso peor. Hay que tener mucho cuidado con los ángulos muertos, señalizar con anticipación todas las maniobras y respetar las distancias de seguridad para evitar imprevistos. Deducir que el conductor de otro vehículo es consciente de la ubicación de una moto supone asumir algo de lo que no tenemos constancia alguna.

Estado del firme. Cuando en lugar de los cuatro puntos de apoyo de un coche tenemos solo dos, meter uno de ellos en una zanja o un bache debido al mal estado de la calzada puede ser fatal. Hay que fijarse mucho más en el asfalto, saber interpretar sus condiciones, para reaccionar con tiempo y evitar todo tipo de irregularidades que puedan llevar a perder el control de la moto.

La pintura blanca es el enemigo. Aunque algunos ayuntamientos afirmen que las señales pintadas en la carretera son antideslizantes, la inmensa mayoría no cumple este requisito de seguridad. Pueden llevar a perder la estabilidad y la tracción y, si ocurre en la trazada de una curva, provocar una caída casi segura.

Lluvia. La dificultad de circular en moto se multiplica cuando llueve o con el asfalto mojado, no solo porque el resto de conductores circulen más despacio, sino porque las pérdidas de tracción son más comunes, se pierde seguridad al tomar las curvas... En estos casos, las zonas blancas de pasos de cebra, señales y las tapas de alcantarilla son terreno vetado.

Una oferta amplia

El mercado de los 125 cc ya era bastante amplio en España, pero con la convalidación del carné B las marcas supieron aprovechar el nuevo nicho. Pronto empezaron a aparecer nuevos modelos y, aunque tradicionalmente fuera un territorio casi exclusivo de los escúteres, a día de hoy está repleto de opciones de casi cualquier tipo.

 

ESCÚTERES

 

A pesar de la diversificación, siguen siendo los reyes del mercado. Se presentan divididos en dos grupos: los de rueda alta y los de rueda baja. Los primeros ofrecen una mayor comodidad al lidiar con las irregularidades del asfalto y una mayor estabilidad, mientras que los segundos tienen un mejor manejo y suelen dejar libre más espacio bajo el asiento. De los de rueda alta, el Honda SH 125i, conocido popularmente como Scoopy, es el rey; y entre los de rueda pequeña destacan la Yamaha N-Max 125 y el Kymco SuperDink, entre otros.

 

DEPORTIVAS

 

Tener la limitación a 15 CV y 125 cc no significa que no se puedan tener sensaciones deportivas (aunque a escala reducida). Muchos fabricantes tienen en su catálogo versiones compactas de sus motocicletas racing: para Yamaha es la YZF-R125; para Honda, la CBR 125 R, y en Aprilia es la RS4 125. La Kymco Quannon es una de las más demandadas por su ajustado precio y fácil mantenimiento.

 

'NAKED'

 

En los últimos años, y como ha ocurrido en otros segmentos superiores, las deportivas han ido cediendo el protagonismo a un tipo de moto de prestaciones similares, pero sin carenado y con una postura de conducción menos exigente, menos radical. Las naked también tienen representación entre las 125 cc, siendo muchas de ellas versiones a escala de modelos mayores, como la KTM Duke o la Yamaha MT-125.

 

CUSTOM

 

Otro de los segmentos más característicos de las dos ruedas es el custom. Es lógico que, por principios, una marca icónica como Harley-Davidson no fabrique motos pequeñas, pero muchas otras sí dan opción a sus clientes a vestir de cuero y llevar alforjas de piel tras el asiento, aunque no puedan presumir de un potente motor. Suzuki cuenta en su gama con la Marauder 125, Hyosung tiene la GV 125 Aquila y desde China ha irrumpido Leonart con modelos muy llamativos y a bajo precio, como las Bobber y Spyder 125.

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