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Los mercados financieros penalizan a sus acciones y las de Hutchison

Telefónica baraja alternativas al posible veto de Bruselas a la venta de O2

José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica.
José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica.

Las telecos europeas se enfrentan a momentos de trascendencia. Y es que el proceso de consolidación podría sufrir un frenazo si finalmente se confirma el bloqueo a algunas de las operaciones en curso en países como Reino Unido, Italia o Francia. Según Bloomberg, Hutchison ha fallado en su intento de convencer a la CE para que apruebe la compra de O2, filial de Telefónica en Reino Unido, y la posterior fusión con Three, filial del grupo asiático. La operación, valorada en 10-250 millones de libras (unos 12.800 millones de euros) supondría la reducción de cuatro a tres del número de operadores móviles de red, tal y como sucedió en Irlanda, Austria y Alemania.

Ya el pasado viernes, Financial Times apuntó que Bruselas había exigido más condiciones a Hutchison y que, de no presentarlas, bloquearía la operación.

Telefónica baraja distintas alternativas

En Telefónica hay tranquilidad con respecto a la evolución de los acontecimientos. La compañía, que acaba de estrenar como nuevo presidente a José María Álvarez-Pallete, maneja distintas alternativas en el caso de que la venta de O2 a Hutchison no salga adelante. Para empezar, al propio Pallete le ha gustado siempre el mercado británico, tanto en términos del propio negocio como su relevancia financiera y tecnológica. De hecho, muchas innovaciones tecnológicas del grupo se han estrenado en Reino Unido en los últimos años. El directivo sabe que O2 sigue siendo uno de los líderes del mercado de la telefonía móvil con más de 25 millones de clientes. En 2015, O2 elevó su base de clientes de contrato un 5% hasta 14 millones. En términos financieros, O2 elevó sus ingresos un 4,6% durante el pasado año con un avance del oibda del 2,2%, El margen de oibda se situó en el 24,6%, frente al 24% del año anterior.

De no salir la venta, Telefónica tendría la opción de buscar otro comprador para O2 o bien buscar su salida a Bolsa. Además, la teleco está trabajando en OPV de Telxius, su nueva filial de infraestructuras, que podría alcanzar una valoración superior a 5.000 millones de euros. Sus planes pasan por enviar el folleto a la CNMV en este mes.

Telefónica podría utilizar los recursos obtenidos por esta operación para reducir deuda. En este sentido, la teleco ha colocado sin problemas deuda en este principio de año con costes en mínimos históricos.

En relación al dividendo, Telefónica mantiene su intención de pagar 0,75 euros por acción en 2016. No obstante, en caso de no vender O2, en lugar de pagar en efectivo, la teleco tiene abierta la opción del scrip dividend.

Las especulaciones provocaron una fuerte sacudida en Bolsa de las acciones de Telefónica. A la apertura de la sesión, los títulos cayeron un 4% hasta 9,28 euros. Finalmente, las matildes bajaron un 1,7%, pese a la subida final del Ibex 35. Hutchison cayó un 2,2%.

En el caso británico, Bruselas no cree que la propuesta de Hutchison de vender espacio de su red a operadores móviles virtuales (OMV) pueda fortalecer suficiente a estas empresas y prevenir un potencial aumento de los precios.

La CE, en línea con las autoridades de la competencia y de las telecos de Reino Unido, quiere que Hutchison venda parte de su red a un nuevo competidor. La empresa asiática se ha comprometido hasta ahora a ceder hasta un 30% de la capacidad de red a otras operadoras como Sky y Virgin Media. Además, se comprometió a congelar los precios durante cinco años, invertir 5.000 millones de libras en ese periodo de tiempo y un vender el 50% del capital del OMV Tesco Mobile, propiedad en la actualidad de O2.

Ninguna de las partes afectadas quiso hacer comentarios. No obstante, todavía creen que hay partido y recuerdan que la CE tiene de plazo hasta el próximo 19 de mayo para tomar una decisión definitiva.

El proceso se ha complicado al coincidir en el tiempo con el referéndum del Brexit, que tendrá lugar el 23 de junio. Los reguladores británicos, tanto la autoridad de la competencia CMA como de las telecos Ofcom, han criticado la operación, exigiendo a Bruselas que no la apruebe. En estas circunstancias, la CE no parece querer buscar un enfrentamiento con Reino Unido en un sector estratégico. “Es la tormenta perfecta”, dicen fuentes del sector.

En este sentido, la comisaria de Competencia Margrethe Vestager indicó ayer que los operadores de red y los OMV son diferentes. “Continuaremos controlado las fusiones con los ojos de los consumidores”, dijo la comisaria, añadiendo que la situación en Reino Unido, Italia y Dinamarca son diferentes. “La CE no tiene números mágicos para saber cuántos operadores de red debe haber en cada país”, dijo.

La doctrina Almunia, amenazada por Vestager

La operación de Telefónica para salir de Reino Unido se ha convertido en el caso más delicado de los gestionados hasta ahora por la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager. En 16 meses de mandato, se ha ganado ya fama de dura al haber sometido 11 fusiones a una investigación en profundidad, récord desde 2007. A sólo un mes del veredicto, la venta de O2 puede convertirse en el primer veto de Vestager, una muesca en la cartuchera que la comisaria parece dispuesta a lucir.

Vestager soporta una presión enorme de los reguladores nacionales para que impida una fusión que reduciría de cuatro a tres el número de operadores. El regulador británico lleva la voz cantante en esa resistencia. Pero no es el único. El austriaco publicó un estudio con el que pretendía demostrar que los precios de la telefonía móvil subieron hasta un 90% después de que Bruselas permitiera en 2013 una fusión que redujo el número de competidores.

Aquella fusión recibió el visto bueno del entonces comisario de Competencia, Joaquín Almunia, quien aceptó la reducción del número de operadores a cambio de que se permitiera la entrada de OMV. Pero esa doctrina, bienvenida por las grandes del sector, está a punto de ser dinamitada por Vestager. Sus voces críticas en Bruselas consideran un error pretender garantizar la competencia en base a un número determinado de operadores. Y recuerdan que los reguladores nacionales tienen amplios poderes para intervenir a posteriori si detectan una subida anticompetitiva de precios.

Vestager, que con sus condiciones forzó la ruptura de la fusión de las filiales de TeliaSonera y Telenor en Dinamarca, tiene por delante el expediente de la fusión de las filiales italianas de Vimpelcom y Hutchison, que supone una reducción del número de operadores.

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