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Evolucion de los precios en marzo

La inflación subyacente repunta y anticipa futuras subidas del IPC

Inflación en España

Los precios de consumo en España cayeron ocho décimas en marzo, lo que supone el octavo mes consecutivo en el que registra tasa negativa. El principal factor que está condicionando la evolución de los precios es el desplome del barril de Brent, de referencia en Europa, que condiciona la evolución del precio de los carburantes y de los servicios ligados a la vivienda. El crudo pasó de cotizar a una media de 56,9 en marzo de 2015 a 39,9 dólares en marzo de 2016, lo que supuso un ajuste del 30%. Y eso tuvo un impacto directo en el precio de los carburantes, con el litro de gasolina rozando el euro y el de gasóleo por debajo del euro.

La inflación subyacente, que no tiene en cuenta los elementos más volátiles de la cesta de la compra, como la energía o los alimentos frescos, muestra justamente la tendencia contraria. En marzo subieron un 1,1%, el nivel más alto desde agosto de 2012. La diferencia entre el índice general y el subyacente se elevó a 1,9 puntos, la brecha más elevada desde julio de 2009, tal y como constata el INE. ¿Significa esto que no hay deflación o que no hay riesgo de que se produzca ese escenario? Los datos aportados por el INE esta mañana apuntan en ese sentido. Excepto el transporte, que acumula ya veinte meses consecutivos con caídas continuadas de precios (la definición más ortodoxa de deflación) y la vivienda, que acumula otros dieciseis meses de retrocesoss, el resto de partidas que componen el IPC no está en esa situación. Ambas partidas tienen un peso del 28% del total de los precios que mide el INE y eso es lo que provoca la caída del IPC.

De hecho, el resto de partidas registra tasas positivas. La de hoteles y restaurantes, que pesa un 11,5% en el total de la cesta, no ha registrado caídas en toda la crisis y en marzo crecen un 1,6%, regresando a avances logrados en 2011. También es apreciable el incremento de precios de los alimentos, con trece meses consecutivos de subidas con niveles cercanos al 2% en lo que va de año.

Funcas da por sentado que la senda de precios a la baja tiene los días contados. En sus previsiones para este año, publicadas en febrero, auguraba que el IPC volvería a tasas positivas en agosto y que crecerían con fuerza hasta cerrar en diciembre con un alza del 0,9%. En cuanto a la subyacente acierta con la previsión de marzo (1,1%) y augura que mantendrá crecimientos entre el 0,8% y el 0,9% todo el año. El informe, sin embargo, establecía un segundo escenario alternativo, en el que el precio del barril de Brent crecería con más fuerza hasta los 52 dólares y la inflación cerraría en el 1,4% en diciembre.

El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa.
El secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa.

El Ejecutivo en funciones ve el vaso medio lleno

El secretario de Estado de Economía en funciones, Íñigo Fernández de Mesa, achacó la caída de la inflación de marzo a la evolución del precio del petróleo, y prefirió ver el vaso medio lleno frente al medio vacío. “La caída de los precios mejora la renta real de los hogares y beneficia la capacidad exportadora”, apuntó en la rueda de prensa para valorar los datos del IPC, en la que recordó que si evolución del coste de la energía cambia, “en algún momento” la tasa puede volver a positivo.

Un análisis radicalmente diferente al expresado por los sindicatos y los empresarios. Desde UGT alertaron que los datos reflejan una situación económica débil y de bajo consumo por las dificultades de las familias, el paro y la devaluación salarial, por lo que reclamó la puesta en marcha de políticas económicas para fomentar el empleo de calidad y con derechos y el aumento real de los salarios, todo con el fin de impulsar la demanda interna y el consumo. En la misma linea, CC OO consideró que el crecimiento económico y la subida de los ingresos y beneficios empresariales tienen ahora que repartirse en forma de “más puestos de trabajo, de empleo más estable y de salarios que ganen poder de compra”. Por ello solicitó la recuperación de los salarios tras la “fuerte devaluación interna” sufrida por los trabajadores durante los seis años seguidos de crisis.

Desde CEOE se puso el acento en la perdida de competitividad que puede suponer romper la senda de moderación salarial de los úlitmos años. “Debe continuar con la moderación salarial para seguir aumentando la competitividad y favorecer la creación de empleo”, apuntaron en un comunicado. En 2015, los salarios pactados en convenio subieron un 0,74%, el nivel más alto desde 2012.

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