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Destinos

Olomouc, desconocida y sorprendente

En pleno corazón de Europa, en la ruta de Praga a Viena, cerca de Cracovia, la antigua capital de Moravia muestra sus encantos al viajero.

Vista de Olomouc desde la torre del ayuntamiento.
Vista de Olomouc desde la torre del ayuntamiento.Fotos: Marce Redondo (Cinco Días)

Es una de las grandes olvidadas en la agenda de muchos viajeros que visitan la República Checa, eclipsada por el brillo de Praga. Sin embargo, estamos ante una de las ciudades más bellas e interesantes del país, e incluso de Europa Central.

Y es que Olomouc –durante la Edad Media capital de la región de Moravia, título que hoy ostenta Brno– posee el segundo mayor casco histórico de Chequia después de Praga, lo cual es decir mucho, porque da idea de su importancia y monumentalidad.

De hecho, Olomouc ha tenido una relevancia similar a la de Praga. Durante el medievo fue una ciudad rica. Muestra de ello es que tenía obispo, príncipe y abad, como correspondía al principal centro político, cultural y religioso de aquel momento histórico en Moravia.

La ciudad de las fuentes y las columnas fue inspiración de Mozart, aquí compuso la sinfonía ‘La pastoral’

Reúne muchos de los atractivos de una ciudad grande: universidad (fundada en 1573), teatros, restaurantes, museos, galerías de arte, tiendas...

Pero por su tamaño –tiene poco más de 100.000 habitantes– es abarcable y mucho más amable y humana que las grandes urbes. Puede recorrerse a pie o en los tranvías que circundan el centro histórico desde 1882.

Olomouc se encuentra en el valle de Haná, en el corazón de Europa, a 245 kilómetros al este de Praga –un trayecto que se realiza cómodamente en dos horas y cuarto en tren rápido–, a solo 200 kilómetros de Viena y en el camino hacia Cracovia.

Históricamente, esta localización estratégica, cerca de dos vías comerciales, una que unía Europa con Asia y otra que comunicaba el centro con el sur de Europa, fue decisiva para el crecimiento económico y el poder político de la ciudad. De hecho, este privilegiado emplazamiento en la vía de comunicación entre Bohemia y Moravia la convirtió en un lugar de paso obligado en las rutas comerciales procedentes de Viena.

Fue prácticamente destruida al final de la Guerra de los 30 Años (1618-1648) y resurgió como una auténtica joya barroca en la segunda mitad del siglo XVII. El máximo exponente del esplendor de este estilo arquitectónico es la columna de la Santísima Trinidad y las fuentes que decoran sus plazas con escenas mitológicas que simbolizan el renacimiento de Olomouc.

La columna de la peste, en la plaza Horni, domina el centro de la ciudad.
La columna de la peste, en la plaza Horni, domina el centro de la ciudad.

La columna, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, domina el centro de la ciudad, en la plaza del Ayuntamiento, y asombra por su tamaño y armonía: tiene casi 35 metros de altura y está decorada con esculturas religiosas, repartidas en tres niveles, del artista moravo Ondrej Zahner, que falleció antes de ver acabada su obra. En su parte inferior hay una pequeña capilla abierta al público en verano. Se trata del mayor conjunto de esculturas barrocas de Europa Central.

La emperatriz María Teresa y su consorte, Francisco José I de Habsburgo, estuvieron presentes en la consagración de este monumento en 1754, uno de los últimos de este estilo que se construyeron en el continente. Estas columnas marianas comenzaron a levantarse en Europa a principios del siglo XVII como agradecimiento por el fin de las epidemias de peste.

Pero la conocida como plaza Horni o plaza Alta encierra otras sorpresas. Por ejemplo, el edificio del ayuntamiento, construido en 1375, que simboliza como ningún otro la relevancia económica y política de Olomouc a lo largo de varios siglos. En la cara norte del edificio se encuentra el reloj astronómico, aproximadamente de la misma época que el de Praga (siglo XV), esa maravillosa máquina medieval.

Debido a la compleja historia de esta zona de Europa, el reloj ha sufrido diversas metamorfosis: la Guerra de los 30 Años dañó sus tres esferas; en el siglo XVIII recuperó su esplendor y, después de los destrozos de la Segunda Guerra Mundial, el realismo socialista dejó su impronta en una escenificación en la que la clase trabajadora practica diversos deportes y oficios.

Hoy es una curiosa atracción en la que reparan los visitantes cuando cada día el reloj marca las 12.00 horas, momento en que las figuras mecánicas de obreros, campesinos e intelectuales se ponen en marcha acompañando el repicar de las campanas y el sonido de la música folclórica local, en una divertida representación del paso del tiempo.

Se puede subir a la torre del ayuntamiento, del siglo XV, que se eleva 75 metros, a través de unas escaleras sinuosas. El esfuerzo merece la pena para apreciar las magníficas vistas de la ciudad desde las alturas y curiosear en el cuarto del antiguo guardián de la torre. Las visitas regulares empiezan a las 11.00 horas y a las 15.00, y parten del Centro de Información Turística que se encuentra en los soportales del edificio.

En esta misma plaza se encuentra la fuente de Arión. Construida en 2002, completa el conjunto de fuentes, siete en total, inspiradas en la mitología grecorromana. En este caso, plasma la leyenda sobre el poeta y tañedor de cítara Arión, salvado de las olas del mar por un delfín. En los días de calor los niños pueden bañarse en su estanque.

Realismo socialista en el reloj astronómico.
Realismo socialista en el reloj astronómico.

Cerca de la plaza Alta se encuentra la llamada Dolní o plaza Baja, donde sorprende otra columna de la peste, decorada con imágenes de los patronos de la ciudad, y las fuentes barrocas de Neptuno y de Júpiter.

En los alrededores encontramos callejuelas de estilo medieval que invitan al paseo. Y en una equina, el palacio Hauenschild, renacentista, construido en 1583 por una familia burguesa del mismo nombre. El edificio fue reformado bajo la influencia barroca, aunque la planta superior es una construcción moderna. Durante años, entre 1744 y 1768, se representaron obras de teatro en una de las salas. En la fachada, una placa conmemora la estancia de Mozart en este palacio, adonde llegó con su familia enfermo de viruela a la edad de 11 años. En Olomouc compuso la Sexta sinfonía.

La planta baja la ocupa actualmente una taberna, Hanácká Hospoda, ruidosa, repleta de estudiantes y simpática para tomarse una cerveza, excelente acompañada de platos típicos regionales.

Otro edificio religioso destacable es el Palacio Episcopal, del siglo XVI. Este proyecto del arquitecto italiano Filiberto Luchesi, levantado en el lugar que ocupaba un palacio renacentista, es una de las edificaciones más representativas del barroco temprano en la región de Moravia.

Está formado por siete alas de dos plantas que rodean dos patios interiores. Las habitaciones conservan la decoración barroca de estuco original. Aquí fue coronado el emperador Francisco José I, en 1848. Se puede visitar de mayo a septiembre de 10.00 a 17.00 horas, y de abril a octubre, los fines de semana, o con visita organizada.

Callejeando nos acercamos al castillo, donde fue asesinado, en 1306, Wendeslao III, el último rey de la dinastía checa de los Premislidas, y a la catedral gótica, ambos en la colina de Wendeslao. La catedral forma parte inseparable del paisaje de la ciudad: una de sus torres, de más de 100 metros, es la torre de iglesia más alta de Moravia y la segunda de la República Checa.

Hoy es la iglesia-sede del arzobispo de Olomouc. También merece la pena visitar la iglesia de San Miguel, de origen barroco y con tres inmensas cúpulas que dominan la ciudad, y la iglesia de San Mauricio, construida en estilo gótico tardío, que acoge un órgano extraordinario, dicen que el más grande de Europa Central.

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Y si queremos dar una vuelta para conocer los alrededores, a unos 35 kilómetros de Olomouc se encuentra el castillo de Bouzov, uno de los más visitados de Chequia. El castillo gótico, de principios del siglo XIV, fue transformado en el XVII en residencia.

A finales del XIX y a principios del XX fue reformado por el archiduque Eugenio de Austria y llegó a ser la sede veraniega de la Orden de los Caballeros Teutones. Ha sido elegido en muchas ocasiones como escenario para rodar películas históricas. Nunca llegó a ser conquistado.

Museo de carruajes en la localidad de Cechy Kosirem.
Museo de carruajes en la localidad de Cechy Kosirem.Marce Redondo (Cinco Días)

Guía para el viajero

Cómo ir. Iberia (desde 170 euros) y Check Airlines (desde 130 euros) tienen vuelos a Praga. El tren rápido de Praga a Olomouc (dos horas y cuarto) cuesta 10 euros.

Agenda cultural. La vida cultural en Olomouc es intensa. Una pequeña muestra: día internacional de monumentos y lugares históricos (18 de abril, puertas abiertas); festival de música clásica de Dvorák (2-25 de mayo); festival de música barroca (hasta el 22 de julio); festival de música religiosa en las iglesias (del 16 de septiembre al 9 de octubre).

Alojamiento. En el centro de la ciudad, un cuatro estrellas muy confortable y conveniente es el Hotel Trinity. Pavelcákova, 22.

Para moverse. La ciudad se puede recorrer a pie. Otra forma es utilizar la Olomouc Region Card, para moverse en transporte público. Además, permite la entrada gratuita a los principales edificios y obtener descuentos en establecimientos seleccionados.

Excursiones. Cechy Kosirem es un pueblo cerca de Olomouc, sede de un curioso museo de carruajes antiguos.

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