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Hablar por teléfono, chatear o mandar un WhatsApp ¿qué es más seguro?

En los últimos años la privacidad ha comenzado a ser un factor de importancia para la mayoría de usuarios que, anteriormente, ignoraban si sus conversaciones podían ser intervenidas por los organismos legales o, sencillamente, espiadas por terceros ya sea por intereses comerciales o de otro corte. La cuestión es que las declaraciones de Edward Snowden, por ejemplo, han puesto de manifiesto lo relativamente sencillo que tienen algunos organismos el hecho de interceptar comunicaciones entre usuarios particulares. Ahora bien, ¿hasta qué punto es seguro, o no, hablar por teléfono?

Hablar por teléfono ya no incluye únicamente las llamadas de voz sobre redes móviles

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Las redes móviles albergaban anteriormente llamadas de voz, únicamente, y hasta que evolucionaron para soportar también paquetes de datos, es decir, tráfico de Internet. Esto es lo que abrió paso a nuevas formas de comunicación a través del teléfono inteligente. Desde las propias llamadas de voz, pero ahora sobre el protocolo de Internet -VoIP- hasta las videollamadas, y evidentemente pasando también por el correo electrónico o la mensajería instantánea de servicios como WhatsApp y similares, entre los cuales Telegram o LINE son algunos de los más populares.

Llamadas de voz, llamadas VoIP y videollamadas

En las llamadas de voz la seguridad de nuestras conversaciones depende del proveedor de servicio. Es decir, del propio operador de telecomunicaciones que permite la conexión entre pares, los usuarios de la línea, que están en conversación a través de su infraestructura de redes de telefonía móvil. Y para interceptar este tipo de conexiones o comunicaciones es necesaria la participación de los operadores de telecomunicaciones, algo viable únicamente con una orden judicial que lo autorice de forma expresa.

En las llamadas de voz sobre el protocolo de Internet, o VoIP, dependemos directamente de la plataforma de intercambio. Esta es la que, dependiendo de su arquitectura, nos ofrecerá diferentes posibilidades en el intercambio de los paquetes de datos, y una de ellas es con un cifrado que protega la comunicación. Hay diferentes 'grados' de cifrado, pero la clave está en el cifrado de extremo a extremo, algo que también se puede aplicar a las videollamadas y sólo entonces serán seguras de forma fiable.

Los servicios de mensajería instantánea al estilo WhatsApp

La firma de Mark Zuckerberg, con WhatsApp bajo su propiedad, no fue pionera en la introducción del cifrado de extremo a extremo en sus conversaciones. Otros servicios como Telegram han llevado esta característica como bandera, y en su momento alcanzaron la popularidad precisamente por diferenciarse en este punto, el de proteger la seguridad y privacidad de los usuarios y sus comunicaciones. Por lo tanto, en tanto que incluyan el cifrado de extremo a extremo, a pesar de las diferentes claves posibles por su longitud y complejidad, las conversaciones no podrán ser intervenidas por organismos legales, compañías privadas o 'amigos de lo ajeno'.

¿Qué es el cifrado de extremo a extremo?

En las comunicaciones por Internet podemos encontrarnos con intercambios de paquetes de forma directa -P2P- o indirecta. En este segundo caso hay uno o varios servidores que hacen de intermediarios en el intercambio, pero que no participan del intercambio sino que únicamente 'median' para introducir información adicional, aunque crean dependencias para el funcionamiento de la plataforma de comunicación.

En cualquiera de los dos casos, sea un intercambio de paquetes directo o indirecto, se puede introducir una capa de cifrado según la cual, asociada a cada mensaje, viene una clave conocida únicamente por los dos pares. Es decir, una 'contraseña' que sólo tienen emisor y receptor, y que es la única que hace posible la interpretación del mensaje intercambiado. De lo contrario, sólo se pueden leer caracteres aleatorios e indescifrables.

Aunque haya servidores entre los clientes, estos no pueden 'descifrar' el contenido de nuestros mensajes

En este caso, en el caso que exista un cifrado de extremo a extremo, a pesar de que haya servidores intermedios que sirvan como 'puente' entre los dos o más clientes que participan de la conversación, no se puede descifrar el contenido de sus mensajes. Precisamente por ello, tanto en llamadas VoIP como videollamadas o mensajes de texto, siempre que exista un cifrado de extremo a extremo permanente, la compañía que gestiona esta plataforma de comunicaciones no podrá conocer el contenido de los mensajes, ni darlo a conocer a un organismo legal.

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